La miseria de la especulación

La especulación es una forma de obtener ganancia por cualquier medio a través de una negociación u operación, hoy día practicado de la manera más miserable bajo la necesidad de un pueblo necesitado donde su entorno lo explota en su propia miseria de “pueblo comiendo pueblo”. Al mencionar que se trata de exprimir ganancia a la necesidad de un pueblo podemos referirnos a los alimentos, medicinas, repuestos de partes y autos, vestido, calzado, etc…

El proceso que se vive en Venezuela de cambios en la conducta del capitalismo a la solidaridad y colectivismo se hace praxis sustancial de la alienación en la explotación del hombre por el hombre, más que la propia expresión de camaradería inexistente; como diría un empresario capitalista: “puede ser que especulemos, pero generamos fuentes de empleo”.

Las políticas de estado pasan por alto la anarquía de esa explotación y miseria de la especulación, bajo la complicidad de muchas autoridades podemos ver a un buhonero o vendedor de esquina con productos escasos del mercado común y puestos a la venta con tres veces por encima del valor real; por ejemplo: aceite comestible (20 bsf), harina de trigo (15 bsf.), leche en polvo (30 bsf). La realidad o quizás la necesidad siempre atrapa o ataja incautos aunque muchas veces, quienes adquieren estos productos, en la mayoría de los casos lo hacen más por su propio negocio (ventas ambulantes de comida) que por la necesidad de su hogar.

Existen además políticas de regulación de precios en algunos productos, sin embargo, hay otro modo de especulación y aumento en el producto irónicamente cuando se le rebaja la cantidad y se le aumenta el precio (es normal que un kilo ahora se convierta en 900 grs., un litro en 900 mil, etc.), sorprende incluso que de empresas nacionales (socialistas) se aplique esta forma especulativa, también es común el uso de lenguaje y fórmulas para duplicar el valor del producto (lights, ligeras, sin grasas trans, con avena, con arroz, etc).

La novedad del mercado actual se aplica también en un modo de comercialización y venta impuesta, por ejemplo; si un comercio tiene en sus anaqueles un producto regulado y al mismo tiempo en escasez, se impone la compra de otro producto para tener acceso al escaso, lo que crea muchas veces un desequilibrio en el ya golpeado bolsillo del consumidor, quien en su necesidad, debe adquirir algo que no tenía en presupuesto, (esta forma de venta se hace también real en distribuciones del estado como Mercal y Pdval aunque quizás sean políticas de entes o personas aisladas).

Si tomáramos el ejemplo de otros países en el boicot o compra de un producto que nos ofertan sobreprecio, quizás lográramos algunos resultados, amén del acompañamiento del estado como fortaleza que imponga medidas de respeto a la necesidad del pueblo, así pudiéramos ir entendiendo cual es la orientación del colectivismo sin tener que dejarnos robar las monedas que nos asaltan en cada compra o la especulación de una simple llamada telefónica para denunciar.


larrymarquezperalta@gmail.com


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Larry Márquez Peralta


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