Si el camino es equivocado nadie llega al objetivo ni aquí ni en Roma ni en Atenas, a menos que esa mujer ---quise decir, persona--- quiera o poco le importe "suicidarse" y, ni así tampoco renta porque suicidarse, en sentido lato, no parece ser una acto de valor ni de cobardía sino de enajenación de la consciencia.
Estimo que para conseguir un objetivo trazado, por supuesto, la mujer de marras (extensivo a toda persona humana, inclusive) debe hacer un esfuerzo constructivo, debe ubicarse en el contexto del caso, identificar los elementos del proceso y asumir a consciencia lo conveniente, al menos, antes de entrompar esgaritada, como sonámbula o como carrito chocón, sin importarle a quien se lleva de por medio y aunque tenga que escachaparlo, digo al menos.
Procurar ser una/un "grandesliga", por ejemplo, sin considerar el proceso de logro, reitero, es una estupidez sin sentido y en el caso que atañe ---y que el dilecto lector o la lectora dilecta que pudiese haber fijado su atención en este mi atolondrado discurrir, conviene o no--- pienso que es de perogrullo intuir de quien se trata, aunque hago de un pintor ciego tratando de hacer el retrato hablado de una mujer (quiero decir, persona humana) perversa.
Para decirlo de otra manera, se trata no sólo de una persona sino de un grupete de personajes que pretenden, y de hecho, de facto es así, dar saltos que no dejan otra huella que las cenizas de los pueblos incendiados y si eso no es una pavorosa vileza, cómo se puede catalogar, ah, cómo?
¡Retrato hablado de lo que la oposición le ha hecho a Venezuela y pretende seguirnos haciendo; por lo que el próximo 28 de Julio el pueblo arrecho pudiera escachapar a esa oposición en vez de lo contrario!
Contamos con un pueblo esclarecido pese a que en el año 2015 fue engatusado con lo de "la última cola".
Así como un soldado no va con su moral en alto a pelear si desconoce lo que debe defender, si desconoce lo que cada palmo de su territorio tiene que ver con él, el pueblo en su conjunto, en su integridad, debe cerrar filas con la revolución, con nosotros, con Maduro y con Diosdado, exigencia enfática del Comandante Chávez, como la Luna llena.
Culipandear es perderse en la nada, la verdadera esperanza está en la calle pero también está en Miraflores y además Miraflores, por contraste, está callejeando también, ¡qué bien!
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