Los maestros otra vez dictan sus clases en la calle. La concurrencia a la demostración de los docentes, de hoy 16 de enero, fue superior a la de los días pasados. Aumentaron su caudal de asistencia.
Cabe destacar que a la misma se unieron sectores de los distintos estratos sociales del país. Amas de casas, desempleados, jóvenes, de los pocos que no se han ido, jubilados, pensionados, entre otros. Además, recibieron el apoyo solidario de los vecinos desde los edificios, carros particulares y la población en general. Cornetas pitos cacerolas se escucharon en el avance de las distintas manifestación pacífica de los docentes en todo el país.
En Los Teques fue contundente. En consecuencia, ese hecho invita al gobierno nacional y a la dirigencia del PSUV a reflexionar, quitarse la venda de los ojos, a atender urgentemente esa realidad. El tiempo se agota y la derecha acumulando fuerzas. La pobreza está haciendo estragos y ampliándose no solo en los docentes sino en los trabajadores dela administración publica activos, jubilados y pensionados.
Lo cierto fue que las estratagemas improvisadas del gobierno no funcionaron: Primero, la convocatoria de una marcha improvisada el día sábado 14 de enero. Segundo, la invitación de la Vice Presidenta a través de un vídeo que colgó en las redes ese mismo día, para informar que en próximas horas el Presidenta hará importantes anuncios se quedó en veremos y no hubo justificaciones porque la locución presidencial no se hizo. Tercero, la cancelación un bono de guerra, a través de la página Patria, un día ante de esa convocatoria de todas las federaciones sindicales del magisterio sin la participación de la federación patronal, SINAFUM, no logro el objetivo de suavizar la protesta.
En síntesis, los maestros no solo cobraron el bono, sino que tomaron las calles en todo el país al ritmo de NO QUEREMOS BONO, TAMPOCO COMIQUITAS, SOLO QUEREMOS QUE NOS PAGUEN EN DIVISA. En fin, esa nueva demostración de fuerzas los moraliza y los coloca en una posición ventajosa en la lucha por la conquista de un salario justo. El gobierno tiene la palabra.
