Manifiesto de la Clase Proletaria en el 1º de Mayo del 2020

Nuevamente el sistema de explotación capitalista ha entrado en recesión y crisis profunda. No han logrado los capitalistas salir completamente de la crisis del 2008 que produjo bancarrota de grandes corporaciones en Estados Unidos, Europa y Asia y ya entran en otra, que según las instituciones de la ONU como la CEPAL y agencias imperialistas como el FMI, el Bank of América, Salomón Brother y otras, es el inicio de otra gran crisis recesiva igual o peor que la del 2008, profetizando un PIB para finales de año cerca del cero por ciento en las grandes potencias capitalistas y sus socios en todo el planeta. Latinoamérica y el Caribe no se salvarán de esta recesión capitalista, acelerada por la situación global producto del coronavirus.

Para la clase obrera, el campesinado y las comunidades, eso significa simplemente mayor explotación del trabajador, menos producción mundial, un gran desempleo -30 millones entre marzo-abril en Estados Unidos de acuerdo a las estadísticas del propio sistema lo que sin duda significa desabastecimiento, falta de combustible, especulación de precios, miseria popular, abandono de la educación y sobre todo de la salud como ya indican las cifras en víctimas de la pandemia en EEUU, la Unión Europea y los gobiernos neoliberales del Pacto de Lima encabezado por Colombia, Brasil y Perú.

Cifras de infectados y fallecidos en claro contraste con los resultados obtenido en las políticas sociales aplicadas en Venezuela, Cuba, Nicaragua, Vietnam, China y otras naciones que a diferencia de las políticas neoliberales se centraron en la gente y no en el mercado, como si hicieron en el 2019 Estados Unidos y sus socios europeos, al desmantelar las redes sociales, bajar los presupuestos de educación y salud, botar trabajadores, restringiendo las jubilaciones, debilitando la solidaridad social al lado de otras acciones de mercado.

La primera lección de estos nuevos sucesos es que el capitalismo público o privado, está en total decadencia histórica y política. Es decir, ha llegado la hora de explorar en otro sistema de vida que elimine la explotación, la demagogia y la corrupción. Para el proletariado esto quiere decir , que es el momento de luchar por un verdadero socialismo revolucionario enarbolando la consigna; ni capitalismo, ni reformismo, ni caricatura .

La crisis mundial imperialista apunta negativamente a la relación salario-precio -ganancia. La recesión castigará los salarios y el empleo, aumentando los precios de las mercancías, la acumulación y las ganancias de la burguesía monopólica e imperialista, precisamente como ya lo anuncian los personeros del capital monopolista de FEDECAMARAS-VENAMCHAM.

El anuncio de la alta burguesía venezolana Venezuela, resulta particularmente grave, no solo por el bloqueo imperialista al que está sometido nuestro pueblo, sino por las condiciones laborales de la fuerza de trabajo explotada. La clase trabajadora venezolana sobrevive con un ínfimo salario mínimo de 800 bolívares (aprox. 4 dólares a partir de este 1º de mayo,) en el escalón más bajo de Latinoamérica.

Para peor condición hablamos de un salario sometido a una hiperinflación desbocada del mercado, que las moderadas cifras oficiales del BCV situaron hasta diciembre del 2019, en más de 9850%.

Sin duda, se trata toda una ofensiva de gran capital ante la cual no hay bono (que además no es salario), ni CLAP, ni control de precios que la compense medianamente, aparte de que son medidas sociales irrespetadas por el comercio capitalistas, por funcionarios corruptos dentro del Estado o por la burocracia de turno. En fin, medidas sociales bienvenidas pero insuficientes ante la dictadura de los precios y la moral delictiva del capital.

He aquí pues un problema básico que debe ser resuelto por las autoridades del Estado a través de una política firme sin medias tintas, que imite al avestruz que entierra la cabeza en la arena cuando llega la tormenta; tampoco dejando hacer y pasar los abusos de los monopolios, del lumpen y la burocracia contra la alimentación del pueblo. Se trata de una encrucijada para el gobierno y el proceso no se superará con al puro discurso por muy bueno que este sea y menos aún con posiciones neoliberales privatizadoras, como las propuestas públicamente por el imperialismo y sus socios de la derecha, corriente neoliberal que se mueve a toda prisa aprovechando las circunstancias, en la oposición pero también dentro al propio gobierno bolivariano, ardiendo en deseos de privatizar PDVSA, CORPOELEC, CANTV y otras áreas económicas estratégicas.

En este plano político, el proletariado obrero-campesino y comunal es concreto y claro: Venezuela poseedora de enormes recursos naturales y humanos de todo tipo no tiene que aparecer como la pariente pobre del planeta. Exigimos al gobierno bolivariano y lucharemos por:

1. Romper definitivamente con los monopolios capitalistas, fuente de la especulación anarquizada de los precios por parte de los monopolios y la cadena de circulación y realización de las mercancías industriales y agrícolas, al punto de obligar a intervenciones moderadas del Estado, como el caso de la Polar, de Coposas etc. No actuar contra ese plan conspirativo conectado al bloqueo, desabastecimiento y las privatizaciones, es simplemente complicidad.

El pueblo sabe por una larga experiencia que el gran capital industrial, comercial y bancario hace caso omiso a las disposiciones legales, al sentido común, respondiendo sólo a sus intereses y beneficios, tal como lo ha hecho durante medio siglo y lo seguirá haciendo mientras no se le aplique mano dura y definitiva en el asunto.

2. Por ello exigimos aplicar los artículos 113 y 114 de la Constitución Bolivariana al gran capital monopolista, disolviéndolo y socializando sus medios productivos. La clase obrera no es una maquina productiva de la burguesía y sus aliados, es una clase anticapitalista y apta para ejercer el poder político.

3. El proletariado está en perfecta capacidad para conformar el nuevo Estado obrero-campesino y comunal, como ya fue demostrado en las insurrecciones del 2002.2003. Del 13 de abril en adelante, las masas populares derrotaron la poderosa coalición golpista de FEDECAMARAS-VENAMCHAM, la cúpula eclesiástica, la fracción gorila del ejército, los partidos derechistas y al imperialismo internacional liderado por Estados Unidos contra el presidente Chávez y el proceso revolucionario.

Las victoriosas fuerzas de obreros, campesinos, soldados y sectores comunales fueron capaces de liquidar la reaccionaria coalición cívico militar de la derecha local e internacional, salvando la suerte del proceso revolucionario y la vida del propio Presidente de las garras ensangrentadas de la burguesía. Desafortunadamente el gobierno nacionalista con todas las condiciones en las manos, no llevo hasta el final la acción de las masas que exigían pasarles factura a los golpistas y magnicidas de FEDECAMARAS-VENAMCHAM y sus aliados.

4. Luchamos por el poder popular, que constituye un objetivo cívico militar de vieja data de los socialistas y nacionalistas antiimperialistas en Venezuela. Con esa meta coinciden dentro del proceso bolivariano todas las fuerzas del gran frente revolucionarias en lucha: socialistas, marxistas leninistas, comunistas, progresistas, militares patriotas, sindicatos, comunas, ecologistas, de género, del nacionalismo bolivariano, de los partidos revolucionarios del proceso bolivarianos etc. partidarios de la liberación nacional y de un verdadero socialismo científico.

5. La lucha de las clases y de los sectores sociales contra el bloqueo, opuestos a las amenazas imperialistas de Trump y sus serviles alguaciles europeos, latinos y caribeños Guaidosistas de la oposición venezolana, es una línea para el proletariado obrero-campesino y comunal.

Esta grandiosa lucha de clase pasa por impedir cualquier tipo de privatización estratégica, cualquiera de sus modalidades, ya en forma de empresas mixtas u otra modalidad compartida, directa o con mayoría accionaria de las empresas petroleras imperialistas. Nos oponemos al proyecto en circulación pública de reconocer a las transnacionales autonomías de producción y venta en la operatividad de los pozos petroleros, en el arco minero, así como en otras áreas estratégicas de la economía venezolana.

Se trata de un plan general en marcha por parte de la derecha que ya mueve proyectos, comisiones, lobys y otros artefactos privatizadores en circulación dentro y fuera del Estado, fundamentado en la conocida maniobra punto fijista de deteriorar las empresas por dentro y rematarlas casi regaladas al gran capital.

Esta vulgar maniobra se hace argumentando que sólo la empresa privada es eficiente, razón anulada por la realidad de los hechos y cifras que muestran la ineficiencia, así como la poca productividad histórica de la burguesía venezolana.

Son las industrias básicas la única garantía segura para que el proceso revolucionario emprenda, desde ya, un firme e integral proyecto de industrialización y revolución agraria a gran escala de carácter profundamente social y ecológico. Las empresas estratégicas deben seguir bajo control del Estado y este debe ser obrero campesino – comunal, por eso y no por otra cosa lucha el pueblo venezolano.

Ensayadas y fracasadas todas las formas venidas del capital, son estas, venidas del trabajo las que podrán acabar de una vez por toda con la dependencia, con los chantajes de los bloqueos, los robos de activos internacionales –caso CITGO, MAROMENO, depósitos bancarios en el exterior y otros asaltos imperialistas.

Solo de esta manera podremos superar los efectos de la crisis mundial del capitalismo y sus reproductores locales; romper con el anacronismo de la dependencia, la importación de todo incluso teniéndolo a la mano, hasta el colmo de importar gasolina poseyendo las mayores reservas petroleras del mundo; carecer del gas al mismo tiempo que permitir que las transnacionales la queman en los mechuros desperdiciándolo y otras miserables paradojas como pasa con el gas y otros recursos, es una conducta por más sin sentido y estúpida. Acabar con esas paradojas es acabar con los chantajes de la reacción local y mundial, es salvar la unidad e identidad nacional.

6. En el plano inmediato es necesario congelar de inmediato los precios por debajo de la canasta básica, castigar severamente a los especuladores tanto de como que se enriquecen a costa del hambre del pueblo. Detener la caída del valor real del salario por la vía de los precios no de la inutilidad burocrática.

7. Igualmente detener los atropellos contra el movimiento obrero por parte de burócratas privatizadores, punto fijistas disfrazados de chavistas y bolivarianos, en verdad reformistas que actúan impunemente y desfachatez contra la nación y el pueblo incluso a nombre del socialismo desacreditándolo ante las masas y el mundo.

8. Volver al control de cambio, rechazando la dolarización de la economía por antinacional, potencialmente peligrosa para la independencia nacional y los intereses populares, porque facilita el bloqueo norteamericano, potencializa la dependencia del capital financiero internacional. Finalmente, es necesario revisar los mecanismos ilegales de la doble facturación de la del intercambio comercial en la deuda externa y volver a la doble facturación por cuya suspensión el país pierde más de 18 mil millones de dólares anuales.

¡SIN CLASE OBRERA NO HAY SOCIALISMO!

UNETE LUCHA VENCEREMOS

Por la dirección obrera sindical de:

Corpoelec. Joaquín Malaver (Secretario General del sindicato Corpoelec)

Pablo Ledezma (directivo sindical) Fernando Campero (dirigente obrero)

-De la Corporación de Servicio. Walter Zambrano.

-De Laboratorios Leti. Jhony Coronil.

-De Dianca y el circuito obrero Carabobo. Julián Lugo.

-Del sindicato de Educadores. Edo. Sucre. Indira Bolívar.

-De la dirección obrero FETRAELEC. Dilinger Denis.

-Del Colectivo comunal Caracas-Miranda. Néstor Zegovia, Carlos Medina, José Luis Ribas, Wilfredo Barrios

-Del movimiento obrero-comunal Monagas Egle Díaz, Capitán Oswaldo Salazar

-Del Colectivo Obrero-Campesino del Estado Monagas. José Luis Salazar.

-Del colectivo obrero-campesino del Estado Zulia. Guillermo Parra

-Del colectivo Comunal del Estado Barinas. Lenin Zambrano.

-De la organización obrera del Estado Cojedes. Eduardo Valera.

-Del trabajo comunal del Estado Lara. Janina Navas

-Del trabajo comunal Edo. Anzoátegui. Roberto Infante.

-Del sector trabajadores Estado Aragua. Robert V. Hernández

-Del colectivo de trabajadores Gas-Comunal. Edo. Guárico. Carlos Ramírez.

-De la organización obrera y campesina de Portuguesa. Lervis Pérez.

-Del trabajo comunal del Estado Nueva Esparta. Robert V. Quijada

-Por el Frente Antiimperialista del Edo. Bolívar. Juan Contreras, Miguel Herly, Luis Herrera, Pinto Fredy.

Por la Organización Unida de Personas con Discapacidad. Erwin Rojas.

Por la Dirección Nacional obrera del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Jesús Niño, Deyanira Vallenilla, Néstor Segovia. Otto Van der Velde Q.



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Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)

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