Mediante la dialéctica -decimos- que como método se llega a la verdad, es la confrontación de argumentos, el razonamiento o juzgamiento con rectitud, dentro de la visión de totalidad, partiendo del hecho local vinculado a los condicionantes políticos, sociales y económicos internos y externos (factores e intereses de centro de poder foráneo) o a la inversa, de lo total a lo particular.
Tomaremos como ejemplo, acudiendo de la visión de totalidad, partiendo del hecho local vinculado a los condicionantes externos, para ilustrar reflexionaremos sobre el declarado "día de la raza" (1921) y la hispanofilia estatuaria del navegante Cristóbal Colón, que se erige en plazas y avenidas en los países latinoamericanos, así como el sarampión o la peste de epónimos, topónimos y monumentos, para enaltecer conquistadores y colonizadores de ayer y de hoy.
Una de la finalidad es demostrar lo útil de la aplicación del método dialéctico en la explicación del día de la raza, en la búsqueda de las causas que la causa y el acontecer histórico, para poder superar lo narrativo de la historia oficial y oficialista, escrita por los amos de la historia, donde incluso, quedan atrapados en la red como peces, no poco, "insurgentes", defensores de íconos y símbolos de la "tradición" histórica conquistadores y colonizadores, al hacerse eco y voz de la "supremacía eurocentrista", adorando con un silencio cómplice la cultura de la violencia y destrucción, idolatrando y ensalzando a sus protagonistas.
Vamos a iniciar con la afirmación que el día de la raza fue un hecho impuesto por factores de la geopolítica internacional, por el poder político extranjero a los 400 años de la llegada de Cristóbal Colón, necesario también hacernos algunas preguntas para la reflexión, que nos ayudarán a aclarar el objeto de este breve ensayo.
¿Cuál fue la razón que transcurrido 400 años de la llegada de Cristóbal Colón, a estás tierras, naciera "inesperadamente" la necesidad histórica de declarar el 12 de octubre día de la raza?
¿Por qué no fue declarado el 12 de octubre como día de la raza antes del cumplimiento del cuatricentenario. Qué explica los 400 años sin tal declaratoria?
¿Por qué fue necesario, a finales del siglo XIX, crear en el mundo hispano el día de la raza?
¿La imposición del "día de la raza", la estatuaria y la simbología hispana es una expresión de la cultura colonialista y una necesidad para el centro de poder europeo?
¿El día de la raza y la estatuaria, epónimos y simbología colonialista es tradición venezolana de remota época, reconocimiento e idolatría cultural a los conquistadores y colonizadores durante 400 años o fue una invención cultural reciente?
¿La estatuaria, monumentos, los epónimos y toponimos colonialistas constituye parte de nuestro acervo y patrimonio cultural? ¿Es parte de nuestra identidad como nación, como pueblo?
¿Cuáles razones explican nuestro apego y defensa a una cultura, simbología y estatuaria foráneas, extraña a nosotros por más de 400 años?
¿Será parte del proceso de colonización cultural que algunos llaman transculturización?
Para una debida interpretación histórica, científica, acudamos a las orientaciones metodológicas sobre la interpretación de Juan Brom y de la dialéctica, por él expuesta en su libro "para comprender la historia".(1)
Debemos entonces averiguar y comprobar los datos, el contexto histórico sobre la época de las declaratorias del "día de la raza", finales del siglo XIX, (1890) cercano al siglo XX.
Necesario concatenar los hechos de la época o periodo histórico, de la declaratoria del "día de la raza", explicarlos, buscar sus causas, sus efectos, una vez establecidas -mediante la actividad dialéctica- volverlos a sintetizar, localizar sus relaciones causales y hacerse las formulaciones del acontecimiento real para la confirmación, el rechazo o la modificación del evento social estudiado, una vez obtenido la visión del conjunto, correctamente evaluados e interpretado, nos lleva o acerca a la verdad explicada de un fenómeno social y político, como lo fué la hispanofilia, al declararse masivamente el "día de la raza", o de la hispanidad en Venezuela, Chile, México, Argentina y otros países, además de España.
A celebrar y festejar el 12 de octubre, crear plazas, paseos, asignar cognomentos, inaugurar monumentos, estatuas y pintar en las escuelas los tres conocidos barquitos y hablarle a los niños y a la sociedad entera de la "bondad del descubrimiento" sin decir la verdad que la "hoja de una espada sin empuñadura, corta por todos lados" (E. Galeano) y que fue sobre la cabeza de 90 noventa millones de seres humanos, su cultura, su organización social y su civilización, que se celebraba el día de la raza, día que inicia un aterrador silencio ante el mayor holocausto de la humanidad.
Con la declaratoria del día de la raza y sus accesorios: monumentos con epónimos, topónimos, cognomentos de asesinos, pederasta, violadores, asaltantes y saqueadores de vidas y bienes se refuerza la exaltación del proceso de conquista y colonización y la presencia hispana, imponiéndose como cultura colonial, aceptada como valor impuesto sobre una identidad originaria perdida y olvidada, como lo fué y es "la resistencia indígena y afrovenezolana".
Se inicia la celebración y el festejo oficial de la llegada del "descubridor", cada 12 de octubre, que en nuestro caso abarcó el irrisorio periodo de sólo 81 años (1921-2002) pero funcionaba en la memoria cultural venezolana, como un evento sin fecha, o más bien, en la psiquis, como una celebración tradicional indefinida en el tiempo o relacionada a una data de 500 años, como si fuera parte de nuestra historia y tradiciones más antiguas, hasta constituirse erradamente -en las mentes y pensamientos de muchos- en un acervo y patrimonio nacional, que -según ellos- hay que preservar, por ser supuestamente parte del ser venezolano, de nuestra identidad, la estatuaria del inspirador día de la raza y autor del "descubrimiento".
El "día de la raza", la estatuaria Cristóbal Colón, Juan Rodríguez Suárez, Francisco Fajardo, Alonso de Ojeda y demás miembros de la cofradía conquistadora y colonizadora, los topónimos como "El Empalao", así como la supuesta "superioridad hispana" permanecieron, por imposición cultural en la conciencia y memoria cultural del pueblo, por responsabilidad o protagonismo de los actores de la dominación y los escribidores de oficio de la historia tradicional, oficial y oficislista, cuya almas vendida al diablo del orden y del capital, desfiguraron la verdad histórica, implantando la falsedad de una narrativa negadora de nuestros valores ancestrales en la conciencia y memoria cultural del pueblo.
La ruptura definitiva de esa trilogía de "acero" ha sido difícil, no obstante, el nacionalista, bolivariano, anticolonialista, antiimperislista, humanista, antiracista, indiano y pluricultural decreto de la abolición del "día de la raza" (10/10/2002), por parte del presidente Hugo Rsfael Chávez Frías y la declaratoria del dia de la resistencia indígena venezolana, que tiene la trascendencia el 12 de octubre de convertirse en el día de la resistencia indígena en todos los continentes.
Derretir esa congregación acerada, trágica de un mismo autor, ciertamente ha sido difícil, pesa más de 500 años de cultura colonial -pero se avanzó un mundo- se dió un paso gigantesco y se dejó sembrado en el corazón de los pueblos indígenas, afrodescendientes, asiáticos, hindú y de todos los continentes, la no existencia de raza alguna sino de seres humanos, así como, el hecho ir de forma resuelta y definitiva hacia un proceso de descolonización, mediante una nueva estatuaria, una nueva simbología fundamentada en nuestra originaria y verdadera cultura, en la identidad verdadera de nuestro pueblo amante de la paz, del respeto de los derechos humanos y de la libertad.
Son 23 años del ejercicio soberano al romper las cadenas de una realidad política que se confrontaba internacionalmente, por la presencia hegemónica y dominio cultural en los espacios de las antiguas colonias y que llevó a inventar el "día de la raza".
Aún hay que avanzar en la fundición de la trilogía, abrogando, extinguiendo una estatuaria consecuencia del "día de la raza" de sus símbolos e iconos y de la impuesta cultura de la superioridad hispana.
Es evidente que la estatuaria y los cognomentos de conquistadores son una consecuencia de la imposición del eurocentrismo que siempre, desde 1492, ha pretendido una supuesta e inexistente "superioridad de la raza hispana", de sus intereses geopolíticos, que repuntó a finales del Siglo XIX, para comprobarlo basta revisar que la fecha de construcción del monumento a Colón en el golfo triste fue en 1904, para darse cuenta que es una decisión en la onda política de la reina María Cristina, que alcanza esplendor con la hispanofilia del "día de la raza" en nuestra américa, como la llamó José Marti.
Polvorín. Explosión insumisa de ideas. Un combate por la vida.