El verdadero rostro oculto en la cama: O cuando la almohada no ahoga el sonido de los cañones

*Mi Carta * *( Desde Caracas, para la Conciencia del Mundo.)*
 
*Pueblos del Mundo, Hermanas y Hermanos de la Patria Grande:*
 
Desde la profundidad de una nación que ha sido sometida a toda forma de asedio imaginable, pero que se niega a claudicar, lanzamos un grito que es a la vez un lamento y una proclama de dignidad. Es un llamado a no dejarse engañar por la monumental farsa que se representa en el teatro global, donde los actores, con caretas de moralidad, recitan un guión escrito en Washington para justificar lo injustificable: la agresión final contra la República Bolivariana de Venezuela.
 
Años de guerra económica, financiera, mediática y psicológica no han logrado su objetivo. El espíritu de un pueblo trabajador y pacífico, pero ferozmente soberano, ha resistido. Al ver fracasar estas tácticas, el imperio y sus lacayos locales han recurrido a la estrategia más infame y descarnada: la demonización total, la criminalización de una nacionalidad. La construcción de una narrativa donde el venezolano ya no es un migrante en busca de oportunidades, sino un delincuente potencial, un narcotraficante, un ser despreciable. Esta campaña, orquestada desde los estudios de televisión y los escritorios de think tanks pagados, es de una perversión atroz. Busca envenenar la mente de los niños del mundo, justificar la discriminación y, finalmente, allanar el camino moral para una agresión directa. Todo ello, ovacionado por una cohorte de ambiciosos agentes de la derecha apátrida, antivenezolanos que Venezuela, en su infinita nobleza, tuvo la desdicha de acoger en su seno.
 
El “ABSOLUTAMENTE” de la Traición y el Festín de los Influencers Tarifados
 
En este siniestro panorama, emerge con una claridad reveladora el verdadero rostro de quienes pretenden erigirse como alternativa. Es una interpretación aguda y política que desnuda a una pseudodirigente como la María Corina , popularmente conocida como “La Sayo”. La misma que se pasea por foros internacionales pidiendo, con una frivolidad criminal, una intervención extranjera sobre su propia tierra. La misma que, con un “ABSOLUTAMENTE”, avaló y celebró el secuestro extrajudicial de migrantes venezolanos en El Salvador, cometido por el único delito de su nacionalidad. Su “ABSOLUTAMENTE” resonó como un disparo de traición. Ese “ABSOLUTAMENTE” es la clave de su personaje: la sumisión absoluta a los intereses foráneos, el desprecio absoluto por los derechos de su propio pueblo, la absoluta desconexión de la realidad de dolor que ella misma ayuda a alimentar.
 
Y pareciera que, en su delirio americano, duerme feliz sobre una almohada que susurra promesas de poder. Pero bajo esa almohada, junto a su carta de fantásticas ilusiones, ya se escucha el lejano, pero creciente, sonido de los cañones que ella y sus amos invocan.
 
Este festín de la desgracia ajena no sería completo sin la jauría de influencers y analistas internacionales tarifados que han hecho de la posibilidad de una guerra su mina de oro. Convierten el sufrimiento potencial de millones en contenido viral, en clics, en seguidores. Especulan con la vida de las personas desde la cómoda distancia de sus estudios, con una frialdad psicópata. Entre ellos, destaca un tal Daniel, un personaje de múltiples rostros cuyo único principio rector parece ser el beneficio del momento. Siempre le vi sus múltiples caras, su oportunismo  descarado típico del doble agente  . Son la voz de la desinformación, los mercenarios de la palabra, que envenenan el debate público con medias verdades y mentiras completas, aupados por los mismos centros de poder que financian la guerra contra Venezuela.
 
La Farsa de los “Presidentes” y el Sacrificio de la Nobleza
 
Y en el colmo del esperpento, resurgen las carcasas políticas de aquellos que se sienten presidentes. Los inmorales y asquerosos apátridas, Guaidó e “Inmundo” (un apodo que la historia ya se encargó de sellar), emergen de su irrelevancia para, una vez más, servir de títeres útiles en el último acto de esta tragedia. Sus caretas, hace tiempo agrietadas, se han derretido por completo ante el calor abrasador de una verdad que ya no pueden ocultar. La historia, implacable, los juzgará. Y es un profundo lamento que sus descendientes tengan que cargar con el estigma de conocer las actuaciones impropias y traidoras de quienes, del suelo que los vio nacer, solo se aprovecharon por completo.
 
Estos personajes operaron con una vileza sin igual. Se aprovecharon de la nobleza e ingenuidad de algunos de nuestros hombres de las Fuerzas Armadas y de personas con responsabilidad de Estado, quienes, en un acto de buena fe, creyeron en encantadores de serpientes. Creyeron en las promesas de Daniel Wood y otros agentes de influencia que se presentaban como amigos, como mediadores, cuando en realidad eran caballos de Troya destinados a minar la institucionalidad y extraer información vital. Fue un sacrificio de confianza, traicionado con premeditación y alevosía.
 
La Advertencia de Bismarck: Los Cañones que no Callan
 
Frente a esta escalada, es imperativo recordar las lecciones de la historia. Se atribuye a Otto von Bismarck, el “Canciller de Hierro” de Alemania, una frase lapidaria: "Se sabe cuándo comienzan a sonar los cañones, pero no cuando se callan".
 
Esta frase es la esencia de la Realpolitik más cruda y honesta. Es una advertencia monumental sobre la naturaleza impredecible y descontrolada de la guerra. Iniciar un conflicto es una decisión consciente, un acto de cálculo (o de irresponsabilidad) con un punto de partida claro. Sin embargo, una vez que la violencia se desata, las variables se multiplican de forma exponencial y caótica. La guerra vive por su propia inercia, devora recursos, vidas y destinos, y su final nunca es el que sus iniciadores planearon.
 
La historia está plagada de ejemplos que corroboran esta advertencia:
 
· La invasión de Iraq en 2003 comenzó con el "¡Sonó el silbato!" de Bush, pero sus cañones no se han callado realmente; el país quedó sumido en décadas de caos, surgimiento del terrorismo y una inestabilidad que aún perdura.
· La guerra en Afganistán, la más larga en la historia de Estados Unidos, comenzó con un objetivo claro y terminó en una retirada humillante y un regreso al punto de partida, después de incontables muertos y billones de dólares desperdiciados.
· La guerra en Libia, promovida con la hipócrita bandera de "proteger civiles", terminó con la destrucción total de un Estado, un país fracturado, mercados de esclavos y una crisis humanitaria de proporciones épicas. Los cañones callaron allí para dar paso a un sufrimiento mucho más silencioso y prolongado.
 
Por esto, mis queridos lectores, ante ese paso de la almohada de la pseudodirigente y sus amos que susurra "Todo va a estar bien", debemos gritar con toda nuestra fuerza: ¡MIENTE COMO DE COSTUMBRE! ¡QUÉ DELIRIO!  *Si tus  avioncitos de American Drinks se presentan. Irresponsable.* 
 l! NADA VA ESTAR BIEN! 
 
Nada estará bien si se cruza ese Rubicón. Los que invocan los cañones desde lejos no serán los que sufran su estruendo. Los que piden la destrucción de ciudades, cuarteles e infraestructura desde sus cuentas de Twitter privilegiadas no serán los que mueran bajo los escombros. Serán los hijos de nuestros trabajadores, los hijos de nuestros campesinos, los hijos de nuestra patria, quienes pagarán el precio infinito de una aventura guerrerista.
 
Conclusión: La Guerra Continental y la Resistencia Inevitable
 
El imperio ha cambiado de estrategia. Ya no se esconde. Lo vemos con el secretario de guerra en Puerto Rico, con el jefe del Estado Mayor Conjunto dando discursos directos a los militares latinoamericanos. Es una política de pataleo y de obtención de recursos, un retroceso brutal a la doctrina del "patio trasero". Es una confesión de que su guerra de todos los tipos ha fracasado.
 
Pero tienen un problema: subestimaron al pueblo. No cuentan con los pueblos. Aquí no hay gobernantes tibios que puedan contener por mucho tiempo la marea de dignidad que recorre Nuestra América. Los pueblos de Latinoamérica, Centroamérica y el Caribe convertirán esta región en un nuevo Vietnam, en dos, tres, muchos Vietnam, si así lo requieren para defender su soberanía.
 
La guerra continental, si así la quieren imponer, apenas comienza. Y será una guerra donde, les garantizo, quienes intenten gobernar como títeres lo harán sobre un paisaje de tumbas y sobre la memoria eterna de héroes que prefirieron la muerte a la rendición. Gobernarán solo para decirle "sí, señor" a su amo del norte, sobre las cenizas de lo que una vez soñaron destruir.
 
El sonido de los cañones, una vez iniciado, será ensordecedor. Pero más ensordecedor será el silencio de los victoriosos, cuando comprendan que han ganado nada, que han perdido todo, y que la semilla de la resistencia que sembraron con su agresión germinará por generaciones.
 
Venezuela está preparada. Nuestra resistencia es el legado de Bolívar. Nuestra verdad, la que quema las caretas de los traidores, es nuestro escudo. Nuestra dignidad, nuestra arma invencible.
 
¡Con la Patria en el Alma y la Historia por Delante! ¡Venezuela no se Rinde! ¡Hasta la Victoria Siempre! !Que así sea!  


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Lorenzo Angiolillo Fernández


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