Trump-adas": Estado profundo, guerra no lineal y excepcionalidad económica

Lo primero que se debe decir de las sanciones financieras decretadas por Trump-adas es que se trata del dispositivo central, de un proceso de guerra no lineal; para los estrategas del Estado profundo, la excepcionalidad económica tiene el sentido del "...arma que teníamos contra Chávez y ahora contra Maduro... la herramienta para que empeore la economía todavía más, de manera que la economía se desplome...", que (siempre) la plataforma mediática dominante apalanca con una jerga militarista, "las sanciones financieras suponen un torpedo en la línea de flotación del gobierno de Nicolás Maduro".

Los estrategas del Estado profundo asumen la compleja reestructuración del orden mundial como una situación de alta conflictividad estratégica, de potenciales e insoslayables conflictos bélicos: los halcones del partido demócrata (los liberales Clinton, Obama) y la gama de halcones republicanos pactaron una fuerza (política, financiera-económica y militar) que es independiente de la Casa Blanca, de las sucesiones presidenciales: la axiomática es "los presidentes se suceden", pero la estructura de poder del Estado profundo permanece. Y admiten, la posibilidad real de un mundo definitivamente inestable y caotizado que sea gobernado por EEUU; esto es, un mundo apolar regulado por el "poder difuso" del Estado profundo, en tanto, la situación "normal" de la supervivencia del capitalismo:

La rivalidad estratégica planteada por el Estado profundo, coloca "in extremis" el despliegue de una política unilateral de EEUU y del poderío del Estado profundo (el factor que hegemoniza el imperio), para bloquear la emergencia o la dinámica multipolar, desde la perspectiva de un mando totalitario del mundo.

Por otra parte, el ciclo auto-acelerado de sanciones contra Venezuela nos remite a las sucesivas oleadas neoliberales y al consistente proceso de financierización de la economía mundo capitalista; y particularmente al poder de la corporatocracia (finanzas mundiales-corporaciones transnacionales) que impone un Estado mundial de excepción económica (desde el Consenso de Washington, los Estados nación y los pueblos del mundo están topados con los poderes fácticos supranacionales). Quizás sea Grecia, la experiencia más inmediata de la excepcionalidad económica: la primera oleada neoliberal supuso el relanzamiento de la economía mundo capitalista; "disuelta en el aire" tal fantasía, emerge con toda su fuerza la regla de Estado de excepción económica. Ángela Merkel expresa brevemente tal desenlace: "Si Grecia quiere ayuda, debe hacer lo correcto"; esto es, renunciar al derecho a la autodeterminación y acoplarse a la dictadura del FMI, el Banco Central de Europa y las finanzas mundiales. Ya antes, entre nosotros, el golpe de Estado de 2002 y el paro petrolero evidenciaron, transparentemente, el uso de medidas económicas y financieras como un arsenal privilegiado de EEUU contra la patria.

Dado el desempeño de la excepcionalidad económica, es una impostura declarar y asumir que "Ninguna acción militar está planteada en el futuro cercano contra Venezuela". La cuestión no es que las medidas militares, en lo inmediato, han sido descartadas por EEUU, sino que las sanciones de trump-ada son pieza fundamental del proceso de guerra no lineal que dirige la banda de matones del Estado profundo. (En el amplio sentido de guerra no convencional y de IV generación, o en conceptos más específicos de guerra en red, híbridas y no lineal, la guerra como un proceso significa una manera de hacer la guerra que percibe el conflicto como un complejo asunto que trasciende lo militar).

La lógica del Estado de excepción económica, es redimensionada por el compulsivo unilateralismo de EEUU (recuérdese el documento sancionatorio, aprobado recientemente por el Congreso de EEUU, contra Rusia, las sanciones contra Irán, y la prohibición mundial de vender hasta un tornillo que pudiese ser usado por la industria militar de China). Las acciones del binomio excepcionalidad económica y Estado profundo, en el caso de Venezuela, recrudecen la presión que tiene por objetivo: agotar la liquidez y bloquear el acceso a las divisas claves, imposibilitar las inversiones productivas, generar incumplimiento del pago de la deudas e impedir su refinanciamiento, incrementar el riesgo político para impactar negativamente el valor de los bonos de deuda. Y recrudecer la violencia económica más visible: la espiral inflacionaria que posiciona con fuerza la crisis que requiere la intervención militar gestionada por EEUU, como un desenlace de obligado cumplimiento que asegura el préstamo de cien mil millones de dólares que ya está arreglado por George Soros, Moisés Naim y Ricardo Haussman, Lorenzo Mendoza y Julio "llorón" Borges.

Quizás estamos en una peculiar situación que demuestra la vigencia de la idea marxista de primacía de la economía; que los conflictos políticos, después de todo, se dilucidan y resuelven en los ámbitos de lo económico. No vamos argumentar al respecto, acerca de que la libertad de los pueblos exige desarticular la violencia sistémica que es inherente a la hegemonía de las relaciones de producción capitalista. Quizás sea suficiente decir, que en los atolladeros de las coyunturas políticas se emplaza el lugar real de los acontecimientos revolucionarios, la potencialidad de una política transformadora, y la dignidad o ética de la responsabilidad política de los pueblos

Entonces: es exigente nuestro acto de libertad, la posición de pueblo emancipado y el coraje de las fuerzas chavistas:

1. Nos corresponde contener y hacer estallar "los medios no militares", para neutralizar las posibilidades de que la amenaza de invasión militar se transforme en conflicto militar efectivo y directo.

2. Los subyugados por el poderío del Estado profundo, ya están postrados y derrotados. La posición subjetiva de sujeto colonizado emplaza la traición a patria, la apostasía grupal de la MUD y la renegación de los esclavizados. Una lección ética e histórica es: juicio por traición a la patria; aceptar su posición de que no son venezolanos y despojarlos de la nacionalidad que ya no define su existencia; confiscar sus bienes e inhabilitarlos política y administrativamente

3. Reafirmar que el unilateralismo está muerto, que en la presencia de un mundo multipolar, en el escenario de multipolaridad sin centro hegemónico, decidimos nuestra victoria como pueblo: nuestra alternativa real, es absolutamente internacionalista.

4. Los hechos reales de nuestra libertad y emancipación no tienen por referencia crucial "los peligros que nos acechan", "que estamos en una situación desesperada y al borde de una catástrofe política y económica"; sino en el compromiso y dignidad de un pueblo que decide su auto determinación, su existencia en paz y en proceso de ruptura con el modo de vida capitalista. Lo crucial, ahora más que nunca, es la apuesta subjetiva del Comandante, cuando manda el "ALCA AL CARAJO", ironiza políticamente con aquello de "huele azufre", y proclama la "Revolución Socialista".

5. La única alternativa nos exige "jugar duro", para explorar la potencialidad política de nuestras capacidades económicas y de los países aliados, solidarios con la defensa de la patria y el desempeño de la revolución bolivariana; se impone redimensionar y fortalecer (aceleradamente) nuestro consistente marco de alianzas, con un vasto proyecto de inversión centrado en la economía real, renegociar la deuda externa con descuento (con vencimiento a mediano y largo plazo), procurar el acceso a nuevas fuentes de crédito, y desplazar (efectivamente) nuestra atadura con la divisa dólar.

6. Al margen de consideraciones estratégicas y tácticas acerca de la defensa (tales como "la defensa es más fácil que el ataque...La defensa es la más fuerte de las estrategias... la más económica...), puntualizamos el inalienable derecho a la guerra defensiva de las naciones y de los pueblos oprimidos. La cosa no es que procuramos legitimar el uso eventual de la guerra defensiva (en el caso de una amenaza real, de un conflicto militar directo con el imperio), sino que siempre la guerra defensiva es legítima, y que su despliegue depende de la decisión política .de utilizar o no esta forma de lucha. La entidad política y/o estatal que se auto-asuma como enemigo del pueblo venezolano, que militariza su política, que ataca con actos terroristas y acciones militares: es objeto de la guerra defensiva de nuestro digno pueblo, de la unión cívico-militar

7. Sabemos muy bien que el poder no puede fundamentarse ni legitimarse en una violencia desnuda, que la violencia no define la vida humana, que debemos deslindarnos de la idea de mutar hacia los conflictos despojados de la lucha política. En esa perspectiva, no podemos eludir la posibilidad real de una guerra defensiva: es una ilusión inaceptable pretender hacer una revolución y no asumir el hecho real de su defensa irrestricta.

8. La defensa consumada de la patria y de la revolución, depende del principio "la causa justa es la paz", de la paz como un modo de vivir juntos y de habitar un mundo que es espoleado por los nuevos fascismos. y por una escalada de conflictos militares activos y latentes.

9. De los movimientos anti fascistas (relacionados con el ascenso al poder de Hitler, Mussolini y Franco) resulta una inapreciable lección, que José Brocca (pacifista y antifascista español, radicalmente negado a la violencia) expresa así, "...desde el primer momento me puse sin reservas al servicio de la libertad, sin renunciar no obstante a mis principios de absoluta resistencia a la guerra, es decir, he hecho y continuo haciendo cuanto puedo de palabra y obra... para la causa antifascista y dentro de las organizaciones proletarias y democráticas que están luchando para salvar a España de esta tiranía reaccionaria."

10. Y del proceso histórico de nuestra constitución como pueblo habría de decirse, que los testimonios imbatibles de nuestra dignidad no son flores de arena que se las lleva el viento. Entonces, de todas todas, unidos con las alternativas políticas y la impecable dirección del presidente Nicolás Maduro: Discurre el tiempo de la fiesta absoluta del pueblo digno...insurgente... apropiado de su existencia: ya no hay amo que determine su destino.



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Francisco Cedeño Lugo


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