Reflexiones sobre la Cumbre, la actitud de Obama y de CNN

Lamentablemente mis vaticinios sobre la suerte del Decreto Obama en la VII Cumbre de las Américas, se cumplieron.

Independientemente de haberse confirmado como nunca que un presidente estadounidense luciría más aislado, amén de, abiertamente más vapuleado en un evento de tal magnitud, el gringo se salió, supuestamente, con la suya.

En mi último artículo publicado en esta tribuna bajo el título: Obama no aceptara derogar su decreto, abogaba entonces a Dios estar equivocado, pero lo visualizado se materializo: ni los millones de firmas respaldando a Maduro, ni la solidaridad de América latina y de los pueblos del mundo con nuestra patria, lograría conmover un ápice al rey del imperio, para atreverse a derogar tan infame sentencia.

Por otra parte, si bien es cierto Obama no abandono la Cumbre  luego de su discurso protocolar y debió calarse el del presidente Castro, si lo hizo a partir de la intervención de la presidenta de Argentina. Advertía el chaparrón que se le venía encima por parte del resto de los mandatarios  y, sobretodo, la del propio presidente Maduro, cuyos argumentos históricos no tuvieron desperdicio.

Todos los esfuerzos anticipados por CNN para contrarrestar los efectos luminosos de la cumbre, al hacerse eco de los detractores de la revolución bolivariana, incluyendo a los lacayos venezolanos, confabulados  a  extramuros con sus homólogos mercenarios, lograron apagar la verdad que  salía a la luz en la majestad de un evento histórico sin precedentes, cuyo legado de  dignidad, seguramente, arropara el futuro de nuestros hijos.

El encuentro entre la esposa de un “líder” de la oposición y la viuda de una víctima de aquel, exigiendo igual tratamiento al ofrecido a quien pedía liberar a su esposo justamente preso, no obstante poderlo visitar en la cárcel, mientras a ella solo le quedaba llevarle flores y llorar al suyo en el cementerio, puso en evidencia  la abyecta manipulación de CNN en español.

A propósito de los pronunciamientos de Obama hechos al margen de la cumbre, admitiendo que Venezuela no significaba una amenaza para los EE.UU. y viceversa, era ingenuo pensar que ello se podía interpretar como un adelanto de derogar su decreto puesto que, Obama, solo es un vocero del Pentágono al que deben obedecer al pie de la letra, los gobernantes de turno, so riesgo de correr la misma suerte de los presidentes Lincon y Kennedy, respectivamente.

En cuanto a la reanudación de relaciones diplomáticas con Cuba; la suspensión del embargo, la desaparición de la isla antillana

de la lista de países terroristas y la desocupación militar de Guantánamo;  son apenas, justas  aspiraciones  de Cuba para, de buena fe, suscribir esas nuevas relaciones, todo lo cual, Obama admitió, no estar autónomamente dentro de sus atribuciones y, en consecuencia, menos podría derogar el decreto contra Venezuela.

Se trata entonces de caballos de Trolla que siguen amenazando nuestra soberanía y estabilidad democrática.

No otra cosa se desprende, de lo ocurrido en Panamá, donde, afortunadamente, los gobernantes latinoamericanos y caribeños, también dieron cuenta del cambio de época al cual se ha referido el presidente de Ecuador, Rafael Correa,se encuentra en pleno apogeo, para dejar de ser el patio trasero del imperio.

Ojala el Pentágono logre despejar esta incógnita antes de ser sorprendido por  una lapidaria verdad según la cual: todo imperio tiene su fin y el suyo, por el curso de los acontecimientos,  podría estar más cerca de lo que ese Pentágono podría imaginar.



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Mauro Briceño Prato


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