EEUU auspicia la desestabilización en Venezuela

La entrevista que dio el anticastrista Otto Reich, uno de los principales asesores de Washington, al reaccionario Roberto Giusti de El Universal el pasado domingo 10 de Julio, es sumamente reveladora.

Inmensamente desilusionado por la ausencia de marines estadounidenses en suelo patrio y la negativa de Reich a admitir algún tipo de plan para invadir y ocupar a Venezuela en el futuro inmediato, el palangrista Giusti pregunta "¿qué puede hacer un pueblo desarmado frente a un gobierno, como dijo Chávez, 'armado hasta los dientes'?", a lo que Reich respondió contrastando la situación política venezolana con Ucrania, donde "el gobierno tenía la fuerza y trató de cometer un fraude, pero el pueblo salió a la calle y gracias a eso el mundo supo lo que estaba ocurriendo... En Venezuela también hubo un fraude y no sólo el 15 de agosto…" Con esta respuesta, Reich devela la clave de lo que ha venido constituyéndose como la agenda golpista de Estados Unidos y sus cipayos ultrareaccionarios en Venezuela: deslegitimar a las instituciones democráticas bolivarianas, en especial al Consejo Nacional Electoral, para provocar una situación de desestabilización - utilizando al colectivo antichavista como carne de cañón, tal y como ocurrió el 11 de abril - que le ofrezca a Washington la excusa perfecta para intervenir directa o indirectamente en Venezuela.

Esta estrategia coincide con un informe publicado el pasado mes de marzo por el Center for Security Policy, en el cual se exhorta al gobierno de Washington a acelerar la "autodestrucción política de Chávez" e intervenir militarmente en Venezuela para cuando se produzcan las elecciones presidenciales de 2006. En este sentido, el informe advierte que la "última esperanza en el calendario para una solución pacifica" en Venezuela, son las elecciones presidenciales de 2006, para lo cual es necesario implantar "un nuevo modelo y proceso electoral que evite el fraude que ocurrió en 2004." Igualmente, el informe plantea que la "nueva" estrategia deberá "ayudar a que Venezuela logre un cambio de régimen pacifico para el próximo año... [y] que aun es posible lograrlo sin el uso de la fuerza", aunque acciones militares serán necesarias "si el dictador decide tomar acciones contra la infraestructura económica del país, como trató de hacerlo Saddam Hussein en Irak."

Las organizaciones apátridas venezolanas ya se encuentran plegadas a la estrategia golpista de Washington. La agrupación ultraderechista "Alianza Popular" - que de popular solo tiene el nombre - manifestó a través de su presidente, el nefasto Oswaldo Álvarez Paz (El Universal, 10 de Julio de 2005), que "trabajará activamente para que no haya elecciones", y le exigió a los venezolanos "que se abstengan de votar y a los partidos de oposición que retiren a sus candidatos." De la misma manera, la "Federación de la Verdad" - que no es un grupo religioso - exhortó a los candidatos de la oposición, por medio del reaccionario Tulio Álvarez (El Universal, 10 de Julio de 2005), a que retiraran sus candidaturas y "ponderar si tiene sentido convalidar al CNE ilegítimo y a un sistema electoral que contraría los más elementales principios democráticos". Por su parte, el pseudo analista Carlos Blanco (El Universal, 10 de Julio de 2005), anunciaba con bombos y platillos que el pueblo venezolano había decidido "sencillamente" no votar "como un auténtico acto de resistencia ciudadana", muy distinto al llamado abstencionista que realizaron los "terroristas" - como sus entrañables colegas antichavistas, Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez - en los sesenta.

A pesar de los reiterados ataques contra el gobierno venezolano y el CNE, el golpismo no ha logrado otra cosa que dividir aun más a la exigua oposición, la cual está dispuesta, en su mayor parte, a acudir a las elecciones del próximo 7 de agosto. Sin embargo, la campaña de desinformación en el exterior, financiada por el Departamento de Estado y ejecutada por Súmate, comienza a tomar vuelo y cobrar nuevas víctimas, por lo que el gobierno venezolano está en la imperiosa necesidad de contrarrestar dicha campaña promoviendo la institucionalidad democrática de Venezuela y develar las apetencias golpistas de Estados Unidos y sus claros deseos de fomentar la desestabilización del país.

(*) Internacionalista


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Antonio Guillermo García Danglades *


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