Sí, dentro de poco, tan solo en los próximos 25 años, el porvenir será nuestro, de los venezolanos y las venezolanas, y ya lo estamos presenciando desde hace doce años con el apoyo de la ciencia y la tecnología que está a nuestra disposición en todo el país en vía de superación y hacia la nueva Sociedad 5.0, que sin vacilación es el mayor logro del gobierno nacional y estamos a punto de alcanzar el Edén, claro, no por vía directa, porque como la mayoría de tal panacea es virtual, de la boca para afuera y con mucha labia, y hasta pareciera que de verdad se están acabando todos nuestros problemas humanos y no humanos, ambientales y naturales, y tenemos una vida y una existencia superior a los últimos 60 años, casi se podría decir que a nivel global en los últimos 2500 años.
Progreso y bienestar también están garantizados, todos los días nos damos cuenta y basta con oír a los expertos y escuchar a los líderes aquí y allá, con tan altos estándares en cuanto a los logros y resultados en beneficios y calidad de vida, que nos están proporcionando los pocos que son ricos y liberales a los muchos que hemos creído en pajaritos preñados, como eso del socialismo mejor que el capitalismo, donde la población mundial en el globo terráqueo, los aproximadamente 8 mil millones de habitantes en la Tierra, alcanzaremos en dos décadas y media y de manera inusitada, por las tecnologías de punta y la Inteligencia Artificial, lo que no fuimos capaces de vivir ni disfrutar en todo este tiempo pasado.
El concepto innovador de la Sociedad 5.0 aunque lo propone Japón, otros países lo vienen adoptando y adaptando con la promesa del futuro que ya está aquí, el de la tecnología, la IA, la robótica, la big data, la IoT, y cuantas novedades se integran para resolver todos los problemas sociales, ambientales, económicos, financieros, medicinales, nos proporcionarán comida sana y agua limpia y pura, esa es la promesa que nos cumplirán en tan complejo ambiente contaminado, descontrolado, desigual en extremo, lleno de calamidades y de catástrofes climáticas, de aquí al 2050. Es lo que nos están diciendo, es la nueva panacea, el antídoto para todos los males que nos aquejan y afectan desde hace rato en el planeta, desde que lo registra la historia en cuanto a lo que hemos sido capaces de hacer y deshacer ahora.
Por una parte, nos muestran lo que quieren que veamos mientras la realidad es otra y lleva rato que va de mal en peor y a ojos vista, en vivo y directo ocurre a nivel global, conflictos que van en crecimiento y problemas cada vez más acuciosos para el futuro, pero que las máquinas y la IA, la automatización se harán cargo del empleo, la robótica desplazando a millones de los trabajos y sus trabajadores, la mano de obra y las manufacturas, además de los nuevos roles serán controlados automáticamente. Sin embargo las políticas siguen siendo no redistributivas, la renta básica y los impuestos, que a la larga tendrán que pagar los propios robots también, lo que hace que la brecha entre ricos y pobres siga ampliándose, y sean los controles corporativos de las grandes tecnológicas como Google, Meta, Amazon y demás monopolios de los datos, los nuevos y poderosos amos, sin que haya regulación ni democracia, y toda la privacidad de la gente común y corriente, que no pueda costearse buenos y mejores sistemas y estándares de vida, estará en peligro de ser otro pieza con obsolescencia programada de corta existencia.
Entonces, habrá posibilidad de solventar la crisis que tenemos, y buscar las soluciones no dentro de las coyunturas como hasta ahora, donde los que están son y se eternizan en el poder a costa de los y las demás personas, que tienen que hacer de tripas corazón sin sueldo dignos y menos salarios que logren dignificar al trabajador a la trabajadora a los dispensadores de los servicios para que la sostenibilidad sea una verdad de Perogrullo. A la prueba me remito, veremos cómo nos reivindicarán este primero de mayo. No olvidemos que de lo que se trata es de la vida, de nuestra existencia en este planeta, de la especie humana, de los animales y demás seres vivos, de los ecosistemas, sean estos la naturaleza y la sociedad, donde las personas compartan todo lo que hay, que hasta ahora no es nada equitativo; es un problema de nosotros, las máquinas no lo requieren tampoco la IA, los tienen sin cuidado. Pero la verdad es que no solo de teorías se vive, hacen falta muchas cosas más para que lo real se alcance con esfuerzo y dedicación. La realidad se cumple inexorablemente, y las expectativas de la especie más inteligente y capaz de inventar y de crear a través de la imaginación, aspira a la trascendencia.
Con estas ideas vertidas, con los pensamientos que se pueden elaborar desde el conocimiento y lo que sabemos, solo si se tiene moral, si se es ético, controlando los impulsos atávicos, ancestrales, recurrentes, hereditarios, dejando de consumir tanta chatarra mental que atrofia lo cognitivo, con el incremento de los desechos sólidos que perjudican cada vez más y en mayor proporción al planeta, la única nave espacial que tenemos por el momento los millones de almas errantes de este vasto e inconmensurable universo. No solo se trata de que se siga beneficiando solo 1% de la población del planeta de este mundo, sino de mostrar las alternativas reales de lo que se puede alcanzar a tener, en este escenario que a todas luce, luce crítico y caótico, irracional y de mentira, porque se insiste en querer volver a viejos esquemas que funcionaron a medias en el pasado reciente, para satisfacción de los magnates de la economía entre las potencias, ajustadas a la mayor explotación de los recursos extractivos de los países del tercer mundo. Ese es el estadio de bienestar que nos están proponiendo y al que debemos ingresar, como si fueran los más amigables y humanos, con la promesa del rescate de la naturaleza y el control de las emisiones de gases invernadero antes de cumplirse el medio siglo.
Es posible un cambio real para 2050 pese a la crisis ambiental y de sostenibilidad en el planeta. Será capaz la Inteligencia Artificial desde la ética, para frenar a la IA destructora, y si es posible rescatar la biodiversidad, controlando la contaminación y plantearnos minimizar el uso de los recursos naturales, y lo apropiado de las inversiones en medicina, agricultura, energías renovables, y supervisar el uso y manejo de las cuantiosas erogaciones presupuestarias anuales para guerra autónoma, vigilancia masiva, manipulación social, y la ingeniería de control planetario a manos de unos pocos. Ha habido avances, aunque teóricos, como el Acuerdo de París, ODS 2030, pero la realidad es que la deforestación, la polución y la pérdida de especies siguen en aumento de forma indiscriminada. La última la de los coalas.
Para quienes la tecnología y la big data es un lucrativo negocio, son prácticamente monopolios tecnológicos de cuantiosas inversiones por parte de unos pocos beneficiarios, que le suministran datos a los Estados para que puedan funcionar, lo que dice lo frágil que es la propia seguridad de la información en manos de los controladores de las máquinas y del control de los algoritmos, donde se vierte cualquier cantidad de elementos que requiere el intelecto humano para resolver y despejar incógnitas, enigmas, misterios, y a través de metáforas son capaces de mantener en pie una estructura monstruosa de saber y de conocimiento de las criaturas de este mundo. Acaso no son ecuaciones las causantes de tantos conflictos y el alto grado de inseguridad que se vive hoy en día, bajo constante amenaza y las agresiones por parte de los gobiernos principalmente en nuestra América, por las bandas que le sirven de escudo a los que se enquistan en el poder, y que a través de mentiras, de manipulación, de enajenación, hacen creer a sus pueblos, que la IA está contigo y con NiMaMo más.
En un modelo de economía como la actual que se incentiva tanto el desperdicio, y que la obsolescencia programada y el consumismo es lo que mueve el mundo de las mercancías, sin que se note ningún cambio real, más bien andamos en círculos, creyendo que de esa forma saldremos adelante, ecológicamente es una destrucción inevitable. Solo si se asomara una posible y efectiva comunicación contactando con entidades tecnológicamente más avanzadas, que nos darían una mano, frente a las disputas que se mantienen sobre lo que todavía queda inexplorado del planeta, lo cual será objeto de otro artículo al respecto. Lo que sí es necesario y urgente es ir hacia la transición de energías limpias y renovables, pero no al ritmo como vamos con China y EE.UU. dependientes todavía de combustibles fósiles. Los organismos como la ONU carecen de poder real para imponer soluciones climáticas o frenar conflictos.
Por último, pero por ello no menos importante, las políticas y los derechos humanos, esa situación lamentable y perniciosa que es la desigualdad extrema, donde el 1% más rico controla el 44% de la riqueza global (Oxfam), y sin reformas fiscales globales que hacen que crezca la inestabilidad social y de la economía. Todo esto tiene como principales responsables a los gobernantes a nivel global, ineficientes como ellos solos cuando toca defender los derechos de las mayorías. El efecto de los desplazamientos masivos acarrea problemas sobre la seguridad, pero un problema aún mayor la escasez de agua y alimentos, lo que provoca mayores conflictos por tales recursos. Cuáles serían las alternativas, si existen, más allá de la tecnología como propósito. Aunque el uso de la IA puede llegar a optimizar lo que en la práctica se requiere para mejorar la agricultura, la medicina, la energía, se requiere de otras cosas también importantes, como son el bienestar y la dignidad de lo humano, y no solo para lo que corresponde al lucro de las corporaciones. Se requiere de nuevos modelos económicos, los del bien común, frente al decrecimiento, siendo indispensable el cooperativismo digital. También son necesarias las regulaciones a nivel global, más impuestos a los que más contaminan, prohibición del plástico de un solo uso, y ponerle freno a la obsolescencia programada.
El activismo y la presión ciudadana, los movimientos como los que aprecian al futuro como los días que se alcanzan a vivir con dignidad, y las que se rebelan contra la extinción de las especies por deforestación y daño al ambiente, los cuales hay que acompañar y sortear las amenazas y presionar sobre las políticas y los políticos sin conciencia. Es posible que estemos más cerca de lo que se cree de contactar con civilizaciones avanzadas, con la computación cuántica y los avances en astrofísica, podemos ir a descubrimientos de vida extraterrestre, de inteligencias artificiales avanzadas. Esto haría, además de tener que replantearnos nuestro lugar en el universo, y en definitiva el mayor riesgo que corremos no son los alienígenas, sino nuestra propia y segura autodestrucción.
Con cual futuro soñamos, con uno cada vez más humanizado o por el contrario con uno distópico, puesto que de ello depende que haya futuro, siempre que la tecnología sea usada para el bien común, no para el lucro individual aislado. Gobiernos y corporaciones deben actuar con urgencia ante la crisis climática, y la sociedad exige mayor equidad y sostenibilidad, pero real, no solo a través de discursos, de lo contrario el escenario será más conflictivo, más desigual, más caótico, y tendremos en consecuencia un planeta cada vez más hostil, menos habitable. En fin, la Sociedad 5.0 puede ser una utopía tecnocrática, y con suerte un paso hacia un mundo más justo, pero todo dependerá de lo que estemos dispuestos a hacer desde ahora mismo. No hay tiempo que perder, no queda tiempo, el 2050 está frente a nosotros todos y todas.