Credito S. Romero
Los chorros relativistas o jet son estructuras de materia y energía que emergen a velocidades extremas desde objetos astrofísicos. Han fascinado a los científicos durante décadas.
Estos flujos, que pueden originarse tanto en agujeros negros supermasivos como en estrellas en formación, destacan por su capacidad de mantenerse increíblemente concentrados en lugar de dispersarse en el espacio.
¿Qué mecanismo permite que estas estructuras sean tan estables a lo largo de distancias inmensas? Durante años, este misterio ha sido uno de los grandes desafíos de la astrofísica moderna.
Ahora, un equipo internacional de investigadores, ha encontrado la primera evidencia sólida de un campo magnético helicoidal en un jet protostelar, HH 80-81.
Este descubrimiento resuelve un aspecto crucial del enigma y confirma que el mecanismo que da forma a estos chorros es universal.
Gracias a observaciones realizadas con el radiotelescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA), se ha demostrado que este campo magnético helicoidal es el responsable de la colimación de los jets,
tanto en galaxias lejanas como en egiones cercanas de nuestra galaxia
Los chorros cósmicos son flujos de materia altamente concentrados que emergen de discos de acreción en torno a diferentes objetos astrofísicos. Estos chorros pueden extenderse a lo largo de distancias colosales y, en muchos casos, alcanzan velocidades cercanas a la luz.
Sin embargo, su estabilidad a lo largo de estas trayectorias siempre ha planteado un desafío para los modelos teóricos.
La colimación, el proceso que permite que estos flujos no se dispersen, parecía depender de un mecanismo universal, pero hasta ahora carecíamos de pruebas claras que lo demostraran.
La idea principal que sostiene la teoría de la colimación se basa en la interacción entre el material ionizado del disco de acreción y el campo magnético que lo rodea. Según este modelo, el campo magnético adopta una forma helicoidal que actúa como una guía para las partículas cargadas, manteniéndolas enfocadas a lo largo del eje del jet.
Aunque estas predicciones ya eran parte de la teoría desde hace décadas, la dificultad para observar directamente estos campos magnéticos había limitado nuestra capacidad para confirmar su existencia.
El reciente descubrimiento en HH 80-81 es especialmente importante porque proporciona evidencia directa de un campo magnético helicoidal. Este tipo de campo, con una estructura en forma de espiral, ha sido observado anteriormente en jets extragalácticos, pero nunca en un sistema protostelar tan cercano.
Este logro fue posible gracias a técnicas avanzadas como la Medida de Rotación de Faraday, que analiza cómo las ondas electromagnéticas se ven afectadas al atravesar un medio magnetizado.
El análisis permitió a los investigadores mapear la orientación tridimensional del campo magnético en HH 80-81. Descubrieron que el campo helicoidal combina componentes poloidales y toroidales.
El componente poloidal, que se alinea con el eje del jet, es más prominente en las regiones externas, mientras que el toroidal, que envuelve el eje del jet como un anillo, domina en el centro.
Esta estructura helicoidal es crucial para mantener el flujo de materia concentrado y evitar su dispersión.
Este hallazgo tiene implicaciones importantes para nuestra comprensión de los jets cósmicos
. Al demostrar que los chorros de estrellas jóvenes y los de galaxias activas comparten una estructura magnética similar, se refuerza la idea de que existe un mecanismo universal de colimación.
Este mecanismo sería independiente del tamaño o la naturaleza del objeto central que lo genera.
El término "tornillo" usado en el título es una metáfora que describe de manera intuitiva la forma helicoidal del campo magnético descubierto en los chorros cósmicos.
Este campo helicoidal funciona como una estructura tridimensional en espiral que guía y concentra el flujo de partículas cargadas, similar a cómo las roscas de un tornillo canalizan su movimiento.
Esta configuración no solo proporciona estabilidad al chorro, sino que también asegura que las partículas sigan trayectorias bien definidas, permitiendo que el material y la energía sean expulsados con precisión desde el sistema central, ya sea una estrella joven o un agujero negro supermasivo.
Este "tornillo cósmico" es esencial para comprender cómo los chorros logran extenderse a lo largo de vastas distancias sin dispersarse.
NO SE DEBE SER DÉBIL, SI SE QUIERE SER LIBRE