En uno de los interesantes artículos de Juan Veroes que con regularidad leo en Aporrea, recordaba uno donde señalaba las causas de la salida del actual Gobernador de la lista de postulados para el nuevo período. Al principio me pareció muy interesante sus críticas certeras, más en este movimiento político nuestro, que parece temerle a las críticas internas, las cuales para rebatir dicen generalmente los más indefensos argumentalmente, o que son producto de un “sesudo” analista o que son criticas externas, o sea, del imperialismo y por lo tanto no hay nada que discutir. Bueno, Juan creo que no entra en ninguna de esas categorías.
Y recordaba el escrito de Juan Veroes mientras veía una noticia en VTV donde Jehyson Guzmán aparece inaugurando un suministro de agua en una, no se cual, población de Mérida, y se le veía muy alegre y satisfecho. Por lo que pienso que no ha sido plenamente la gestión en la Gobernación lo que puso piedras en el camino de la reelección si se buscaba, porque un Gobernador dedicado a su proyecto personal no estaría contento por proporcionar el agua a una población.
Por otra parte, creo que hay un conjunto de estereotipos que dificultan tomar posición sobre algunos temas, como puede ser, disminuir la idea del proyecto personal, pues el proyecto personal es fundamental en la historia, lo fue para Cesar en Roma y para nosotros aquí, pues gracias a un proyecto de este tipo, y para un maestro como Juan no es menester recordarlo, es que estamos asediados, asesinados, pero libres, pues Bolívar y Chávez siguieron sus proyectos personales. Claro eran proyectos que reflejaban y reflejan las esperanzas del colectivo, no eran por ejemplo, parciales o religiosos.
En el caso de Juan predomina el analista sobre las pasiones, y cuando uno espera que la próxima expresión saldrá del hígado, al final señala como que una de las causas de la malquerencia con Jehyson en Mérida corresponde a su origen de clase, de familia humilde, que lo enfrenta a la “casta” terrateniente de ese estado.
Si tomamos una categoría general como “el merideño” podemos decir que también en general son grandes personas, gochos claro, y por lo tanto cerrados inicialmente, pero que después del trato son grandes amigos. Como clase social los merideños son distintos. Pero no se ve o no es notoria la política de alianza de clases chavista necesaria en todo movimiento politico exitoso.
Creo por otra parte, que el proceso revolucionario no defiende adecuadamente a sus dirigentes ni reconoce sus méritos, y puede suceder con Jehyson así como creo que ha sucedido con otros. Ejemplo, el Presidente menciona con regularidad, que en los últimos años hemos reducido la dependencia alimentaria externa por los suministros nacionales, lo que pasa es que en ese período el ministro del ramo fue Castro Soteldo, que sin una medalla por lo menos se le lanzó a algún cargo, como uno más del montón. Por qué sucedió eso, o que hizo, lo desconozco, pero si no está preso por lo menos deberían reconocerle su labor que para mí tiene más méritos que la de Fernández Moran.
Jehyson Guzmán es hijo de la revolución bolivariana y chavista. Vino de abajo y logro ascender. Para el pueblo pobre imposible que eso sucediera en la Cuarta. Pero sus éxitos y fracasos no son una obra exclusivamente personal, hay responsabilidad del PSUV, quien es el responsable de determinar y difundir las políticas que aplicarán los funcionarios que proponiéndolas o siguiéndolas serán electos, entre ellas la protección y cuido de la población mayor cada vez más numerosa.
Si las entendieron o nó y aplican bien o mal esas políticas, es responsabilidad organizativa la evaluación y tomar las correcciones necesarias pensando, con más rapidez que ahora, ya que se afecta no solo la imagen de un dirigente sino que se afecta todo el entramado social, politico, comunal, económico que se ha estado construyendo penosamente y por lo cual hemos sido sometidos a las mayores torturas por el imperialismo opresor.