“No hay más que silencio, silencio en todas partes”…
Ni las voces de los muertos ni las voces de los vivos.
Recién llegado el capitán Porras a la gobernación de este Estado, le plantee al asesinado Giandomenico Puliti, la necesidad que tenía el recién electo gobernador, de abandonar los proyectos heredados del gobierno de William Dávila Barrios. Recuerdo haber hecho hincapié, en el obsoleto sistema del Trolebús.
Después de publicar varios artículos en el Diario Frontera, contra semejante armatoste, el difunto Giandomenico, me informó que el trole debería llevarse acabo, porque en él ya se habían invertido 18 millones de dólares. A lo que contesté: Que se pierdan, total, en este país se han perdido muchos millones de dólares. Puliti me ripostó: ¡Cómo crees! en estos tiempos de cambio no podemos perder ni regalar nada… Además, los españoles nos demandarían. Esto último, me lo dijo en voz baja.
Lo cierto fue que siempre estuve en contra de ese mamotreto y lo sigo estando.
Poco tiempo después, se suspendieron las elecciones de aquel 28 de mayo de 2.000. ¿Recuerdan al inefable Semtei con aquello de: el 28, el 28…? Ahí volví a la carga y le dije al presidente del Instituto Merideño de Cultura (IMC): Épa Puliti, ¿y cuantos millones de dólares perdimos en estas elecciones que no se hicieron? El hombre se me quedó viendo en silencio, luego dijo: ¿No quiere tantito chimó?
El desastre ecológico que están perpetrando las autoridades regionales y las del Trolmérida, no sólo se circunscribe al asesinato de cientos de árboles y áreas verdes, sino a la feroz siembra de concreto y asfalto. ¿Cuántas hectáreas de tierra fértil han sido arrasadas, y cuantas más van a desaparecer para siempre?
Lo que ocurre con el desastre que está causando el trolebús en Mérida, es lo mismo que ocurre con la eliminación del IMC: Echarán a la calle a cientos de trabajadoras y trabajadores sostenes de familia. Silencio cómplice, silencio de miedo, silencio de m…. Viva la revolución con Rubén y Florencio a la cabeza.
Por otra parte, ¿recuerdan el paseo que le dieron a Chávez en el trole hasta el estadio que aun está sin terminar y ya se está hundiendo?
El Gobierno Nacional, tiene una campaña publicitaria en sus medios de comunicación, donde tratan de venderle al pueblo venezolano, las bondades del trolebús merideño. ¡Que engaño! Ese sistema lo que ha traído es desastre a esta ciudad. ¿Cuántos millones de dólares se han invertido? ¿Cuántos millones más hay que invertir? ¿En cuántos años estará listo?.. Las primeras voces hablaban de inaugurarlo en el 2.004. Luego en el 2.005. En el 2.006 no será, le falta un mundo para llegar a Pie del Llano.
Ni Florencio Porras ni William Dávila quisieron escuchar las verdaderas voces de esta ciudad, y menos las qua hablaban del tren electromagnético... Como se parecen esos dos gobiernos, “cortaditos por una misma tijera”, como diría un amigo hoy fallecido: de espaldas al pueblo, a la geografía, a la ecología y causando un malestar espantoso a la población que vive en las zonas que atraviesa esa insensatez.
Hoy las autoridades regionales y del trole, se plantean cerrar por tres meses la avenida Andrés Bello.
No conforme con lo que han causado, todavía le piden solidaridad a le gente.
¿Acaso ustedes le preguntaron a esta ciudad si quería un sistema de transporte como ese? ¿O es que asumen definitivamente que lo heredaron de la Cuarta para remendar el capote?.. Si llegaran a cerrar esa avenida ¿qué pasará con los habitantes de esa zona? ¿Podrán llegar a sus casas? Desde el punto de vista psíquico, ¿se afectaran? ¿O eso no importa? ¿Y qué pasará cuando la insensatez llegue al centro de Mérida? ¿Cerraran la ciudad? ¿Por cuánto tiempo? ¿Y cuando pase al lado de la Universidad, podrá circular el trole en las zonas de influencia de los dirigentes estudiantiles al estilo de los gandules de La Liria? ¿Y qué pasará cuando a algún dirigente exaltado se le ocurra quemar un caucho en la vía que atraviesa el trolebús?
¡Hay Gobernador! dicen que uno de los peores errores humanos es engañarse uno mismo; me lo dijo César Albornoz. Yo he cometido errores, lo confieso. Reconozco que uno de ellos fue votar por usted. Pero el del Trolebús es suyo… Recuerdo que en ese tiempo ni existía Carlos León, el alcalde que hoy avala toda la permisología.
Ese fracaso nunca llegará a La Hechicera; se lo empavaron o lo embrujaron o lo engañaron. Lo cierto fue que no escuchó voces.
Lo que sí es incuestionable, es que lo millones de dólares allí invertidos, sólo lo disfrutaran los empresarios españoles. Nosotros veremos como la insensatez se convierte en chatarra.
Freddy Siso
Cineasta. CI. 4.432.080
sisofre@yahoo.com