Gerontocracia sin enmienda

Contra la enmienda se han levantado numerosísimos argumentos. Pero el más alucinante –hasta ahora- es el que advierte que, si lo dejan, Chávez envejecerá en el poder como el protagonista de El Otoño del patriarca. Quienes postulan esta tesis hablan de una hipotética gerontocracia, es decir, un gobierno de decrépitos.

Afirman que si no se le da un parao en el referendo, el Presidente, que en la actualidad tiene 54 años, nos gobernará hasta que Dios se lo lleve, si no es que antes firma un contrato con los chinos esos del satélite para que lo clonen.

Mi amiga Elba Quiroz hace unos cálculos rápidos: “Si el comandante dura tanto como ha durado el ex presidente Caldera –quien mañana arriba a 92, ¡feliz cumpleaños, doctor!- le faltarían al menos 38 años de cadenas y alós. Y si resiste tanto como Carlos Andrés Pérez, vienen 32 de alpargata y joropo. ¡Na guará!, diría mi ex jefe Elides.

Pero lo más alucinante es que este planteamiento ha surgido del corral de los bueyes cansados opositores. Es una ironía porque, a pesar de la inyección de colágeno estudiantil que se dieron en 2007, la oposición sigue siendo liderada por una gerontocracia sin enmienda.

¿No lo cree? Elba sigue echando números. En el proceso regional y municipal de noviembre, operó un consejo de ancianos plenipotenciarios que decidían quién sería candidato y quién debía retirarse en cada estado. Dos de los miembros de ese comité, el viejo maluco Miquilena y el eterno infante terrible Teodoro, suman -entre ellos dos solitos- más de 165 años echando lavativas en este perro mundo.

Elba saca más cuentas y me dice que hay algo que no le cuadra. Hasta las elecciones de 2006, Teodoro se autopostulaba como precandidato presidencial de postín. Si hubiese ganado en la pugna interna opositora (ja) y luego las elecciones presidenciales (ja,ja), hoy nos estaría gobernando en la lozanía de sus 76 años y llegaría ya octogenario a 2012, con chance de ser reelecto (ja,ja,ja), para otro sexenio. “¿Cómo es capaz de hablar de gerontocracia este vejucón?”, se pregunta.

Yo le digo que me parece comprensible la angustia de la dirigencia de la oposición porque si Chávez se gerontocratiza , todos ellos van a terminar, a la vuelta de pocos años, convertidos en unos abuelos amargados, como aquellos dos que salían en Los Muppets.

Hasta los lechuguinos (frase original del jubilable Ramos Allup), de Primero Justicia y afines, se van a encontrar algún día en el set de Globovisión tratando de ajustarse la dentadura postiza para poder decir “el rrrrégimen”.

“Cuando la dictadura chavista se transforme en gerontocracia, estos carcamales tendrán que pedir asilo –concluye Elba-, pero de ancianos”.

clodoher@yahoo.com


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Clodovaldo Hernández


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