Si algo caracteriza a la violenta María Corina Machado, es precisamente su arrogancia.
Sin apartarse de su entorno elitista, ha venido demostrando que es una persona prepotente a la hora de asumir cualquier tipo de liderazgo, que en vez de lograr acertados rumores a su favor, de inmediato la gente que la escucha opta por dejarla sola, antes que seguir apoyando sus desmanes cargados siempre de odio, maldad y rencor, incluso, en contra de su propio país.
María, y no estamos hablando de la madre de Jesús, se ha proyectado en estás dos últimas décadas como una persona, además de violenta, también egocéntrica, que poco le importa la suerte que puedan correr las familias venezolanas, ante los malvados y desquiciados llamados que hace, por ejemplo, pidiendo que invadan a Venezuela, todo con la idea de ver sucumbir el gobierno revolucionario al que tanto odia.
María, o simplemente la 'Sayona', como el país la bautizó ante sus perversas actuaciones, dado que está carente de sentimientos, ha venido demostrando que poco importa los terribles males que pueda padecer la nación, a cambio de que ella pueda asumir el poder sin trabas u obstáculos.
Reconociendo, quizás, que siempre ha venido actuando fuera del marco de la ley, esta endemoniada mujercita ha aprendido a ocultarse en medio de la oscuridad, como lo hacen las fieras que salen a la media noche de cacería, tras sus presas adormecidas.
Eso ha dado pie que los pocos militantes de la extrema derecha que aún le siguen, se pregunten: ¿En dónde anda?, ¿Porque no da la cara?, y ¿A qué le teme?, si el gobierno nunca ha hecho el intento de detenerla, a pesar que le sobran motivos para hacerlo.
Quizás, esa frase que encabeza el título de esta nueva entrega, la hizo pública para justificar el porqué se esconde, a pesar que sus seguidores la califican que es valiente y corajuda.
En nuestra condición de periodista sabemos que la violenta representante de la extrema derecha anda totalmente equivocada.
Quizás piensa que la estrategia de esconderse, y escoger los sitios donde lo hace, nadie los conoce.
Aquí nos surge espontáneamente la risa, porque al parecer quienes son sus más cercanos aliados la han venido traicionando.
Ha sido precisamente la extrema derecha, dando un paso traicionero, que ha revelado los lugares donde la desquiciada dama se esconde, de vez en cuando.
Comenzaremos por ejemplo a destacar que se refugia, al estilo de "Ali Baba y los 40 ladrones", en la propia capital, en El Rosal.
No sé porque pero este lugar nos hace recordar, aunque no tenga ninguna similitud, al "23" de enero.
A los periodistas, aclaramos, nos sobran quienes nos hacen llegar información precisa, en la mayoría de los casos, con elementos claros de veracidad.
Por ello nos da risa. Y son muchas otras personas que también lo saben, incluyendo a los propios Organismos de Seguridad del Estado, que conocen con precisión en donde se refugia la "liebre".
Hay otros tantos que saben igualmente que la engreída dama se oculta, como nuevo dato, en el Contry Club.
No lo hace en España, como otros tantos creen, sino también en Terrazas del Ávila, quizás queriendo "tocar el cielo".
El Junquito ha sido un lugar escogido porque es muy atractivo. Allí se descansa plácidamente y se logra un relajamiento completo. María, María, por dónde quiera María.
En el municipio Libertador nos demuestra que el dinerito para sufragar los gastos le rinde. Allí una tal misia le prepara unos deliciosos jugos exclusivos de suculentas naranjas california.
En La Candelaria, por igual, vale la estancia, pues le permite ver, de vez en cuando, los afamados duelos de futbol entre el Real Madrid, con el Barcelona.
Hay un dicho muy criollo en nuestro país que dice: "entre cielo y tierra no hay nada oculto".
Hay otro que es muy usado también que advierte que "las paredes siempre tienen oidos".
Alguien, definitivamente, y muy cercano a Mariita, le está echando la burra pal' monte, después no digan que no hubo quien se los dijera.
Por cierto, el "falso positivo" que han querido vender con aquello del rescate de los cuatro violentos que estaban refugiados en la embajada de Argentina, ha sido bien 'burdo', mal concebido, como estrategia política.
Ha sido tan malo, pero tan malo, que se ha caído por su propio peso. No sé porque, pero la risa nos embarga de nuevo.