Con mi glamour no te metas

Esta mañana bajé medio dormida, con los pelos parados, vistiendo la
franela roñosa que uso para dormir; me senté en el sofá con mi café
bien cargado, servido en un pocillo sin platico ni cucharita. Miré a mi
alrededor y vi mi sala llena de juguetes, cuentos y migas de galletas;
bostecé y encendí la televisión. De sopetón me espabilé, en la tele, el
glamour impersonado en marianela salazar (con minúsculas y ya) me
restregó en la cara cuan ordinaria soy, cuan ordinaria es mi vida sin
dormilonas de seda, sin cabellos bien peluqueados, sin café expreso
servido en tacita popof.

Con las migas de galletas clavándose en mis posaderas, en mi sofá
sobao’ por manitas con chocolate, me sentí miserable, descuidada y fea.
Aquella mujer radiante, muy a pesar de su ancianidad, a las ocho de la
mañana, maquillada como para una noche loca, de esas que ella debe
conocer muy bien. Aquella beldad caduca, acompañada por otra flor de
estos lares que se hace llamar la bicha, hacían un análisis mono
neuronal de la situación del país.

Comenzó la tertulia con una presentación muy sentida por parte de una
bicha que no tiene sentimientos. Desde su acostumbrada batola de
colores estridentes felicitaba a marianela por ser bella, glamorosa y
valiente. marianela, por su parte, batiendo las pestañas trataba de
sonreír, pero el peso de sus labios inyectados no le daban tregua y en
lugar de una sonrisa le salió una triste y sensual mueca de vieja que
fue y quiere seguir siendo. Pero los años y la mala vida no perdonan
por mucha silicona que se ponga la ¿señora?.

Como era de esperarse, hablaron mal del gobierno, pero no de sus
políticas, ni de sus tendencias nefastas, hablaron de otras tendencias.
Decía la vejuca, que además de bella pretende hacernos creer que
también es inteligente, que al gobierno se agrietan las estructuras del
poder. Es evidente, dijo, que comienza a existir una disidencia dentro
del mismo chavismo. Cilia Flores, fue señalada como la cabeza de la
misma. Según la ciruela pasa, que solía jugar a la aeromoza loca, en lo
alto de torre Viasa, la señora Cilia Flores se ponía en evidencia
porque de un tiempo a acá se pinta los labios y se peina, o sea, que
cambió de look. No como Iris Varela, mona de las montañas andinas, ni
como Lina Ron, que ni siquiera llega a primate. Cilia con su elegancia
se distancia de sus ideas.

Por ahí se rompe la represa, así se tumba a un gobierno, desde adentro
y a punta de pintura de labios, zarcillos y perfume de mujer. Ojo con
Cilia compatriotas, que cada día es más bonita y la belleza, según
marianela, implica maldad y traición.

Para marianela, el glamour es su bandera, la belleza su salvo conducto,
y como ahora se le escapa, por no decir que ya se le fue, ella, cual
madrastra de Blancanieves, tiene que destruir a la muchacha bonita,
inteligente y valiente que le ha quitado su lugar, o, mejor dicho, el
lugar de sus amigos. Ser bella es de ellas, las de la oposición, hasta
la bicha es bella por hablar mal del gobierno. Buena vaina que le han
echado a los cirujanos plásticos. Ya no hay que recurrir al la remoción
de partes sobrantes, solo dices fuera Chávez y voilà.

Claro que el glamour es otra cosa, es como el cariño verdadero, que ni
se compra ni se vende. Eso cree marianela y por eso respira tranquila,
aunque sea por la herida. Aunque se siente invadida, sus espacios son
tomados cada día por chavistas parejeros que comen en restaurant, que
viven en casas, manejan carros y van a su centro comercial. Pretenden
expropiar la elegancia, la finura y el ''yenesecuá'' (excuse my
french). Lo quieren todo los chavistas pero hasta allí no van a llegar.

Llama a la rebelión la madama, ¡Mujeres bellas uníos!. Repartid
carterazos con con vuestros bolsos Louis Vuiton, sacad ojos invasores
con vuestras uñas acrílicas, apuntad al enemigo con los pezones que
coronan vuestras tetas operadas, embestid, mis bellas damas, aunque
quedéis desgreñadas. Acompañadme en mi cruzada, que es la cruzada de
todas las que hemos pagado un realero en cirugías y cremas. ¿Acaso será
posible, que alguien a punta de crema C de Ponds, una tierrua
cualquiera, se las venga a echar de fina, de culta e inteligente, y que
sin tantos sacrificios, sin entregar su dignidad, se convierta en la
presidenta de La Asamblea Nacional? Y a mi solo me dieron a Viasa y eso
que me entregué en cuerpo y cuerpo, porque alma nunca he tenido. No,
eso sería la peor de las bofetadas. Con mi glamour no te metas,
chavista recién vestida, ordinaria, chabacana ( y joven y bonita y con
ese moreno grandote que te acompaña en tu vida. Que envidia, que
rabieta, que suerte que tienen algunas) Corre bicha, llama a mi
cirujano plástico para que me arregle este puchero y este ceño tan
fruncido.

Buaaaaaaaaaaa!!!

carolachavez.blogspot.com
tongorocho@gmail.com


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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