Guaidó da flojera

Conozco a muchos amigos que desde hace más de 5 años, están en el tranco de dejar las filas de la revolución bolivariana, por dar paso a las “ideas”, “propuestas” y “razonamientos” al accionar público de la oposición violenta y es que, creo que algunos de ellos, definitivamente ya no son chavistas, les respeto; pero estoy absolutamente seguro que, militantes de la oposición rancia no son. Más bien creo que pudieran a llegar ser “oposicionistas”, entrecomillo el término porque quiero destacar que esta condición es un trastorno en esencia, que no es otro que el de desafiante, que implica un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil dirigida hacia las figuras de autoridad.

En todo caso; la tendencia entre las clases medias, es abrigarse en el seno de una supuesta esperanza que se oponga a las políticas del presidente Nicolás Maduro, y eso no es malo, lo que es malo, es darle importancia relevante a un sector que no conecta con las masas y que cree, que invadir, usurpación, dictadura y elecciones libres, son frases que en definitiva, forzarán un cambio político, sin necesidad de convocar a las masas populares y conquistar los votos, tal y como se hacen en las democracias, tal y como lo hizo el presidente Maduro aquel 20 de mayo de 2018.

No hay duda que el más visible de los opositores, por su aventurada fantasía de autoproclamarse presidente, es Juan Guaidó; púber barbilampiño que emergió de la mano de la derecha colombiana y estadounidense y que ha conseguido, al menos en 2019 una relevancia negativa para el país, incluso para él mismo, que bueno, lo ubica con una papel preponderante en la historia reciente de Venezuela, ¡Y qué Papel!, pero que en definitiva, no termina de cuajar en los corazones de la gente y sus convocatorias, la más reciente del 10 de marzo de 2020, son fastidiosas, nadie les para, no convence y por supuesto nadie asiste, salvo los mal hijos de la patria, que albergan la esperanza de que se produzca el primer caso del coronavirus, para frotarse las manos e inculpar al gobierno nacional, por los desmanes que ésta, pueda ocasionar en el país.

Guaidó da flojera; cansa, su estrategia comunicacional es nula, la arrogancia de los periodistas que lo siguen, no está demás aclarar que lo hacen por dinero ¿no?, lo hacen par en vez de construir una imagen política, destruirla; han sido torpes al pretender posesionar una figura como el “presidente encargado”, que lo mínimo, que tiene de encargado, es de mal poner el gentilicio de los y las venezolanas por todo el mundo. Juan Guaidó, es un tipo que conminó a la juventud a irse de Venezuela, parte de ella lo oyó, y a la que queda aún en el país, ahora le pide que “retomen la calle” para salir de régimen, no creo que, ni que vuelva a pelar las nalgas en la calle, volverá a masificar las propuestas en contra de los revolucionarios.   



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Édgar Alexánder Morales

SEO / Especialista en Neuromarketing Político Acarigueño de sepa

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