¿Guaidó se tragará nuestras Navidades?

Ahora sí nos fregamos con el autoproclamado: que en vez de reflexionar cómo mejorar la situación económica actual del pueblo venezolano que, bastante ha padecido en parte por la humillante participación de sus compañeros de PJ y VP que cogieron la manía de salir al mundo a pedir medidas económicas en contra de Venezuela y, ahora viene él a querernos meter en su oasis de dificultades oportunistas que se expande en su mente y, nos quiere poner a padecer quitándonos nuestras alegres Navidades que aunque, por más chimbas que sean, tenemos el derecho de hacer de ellas lo que mejor nos parezca sin importar si pedimos aguinaldo con maraquitas y furro que, a él le llegará Santa Claus en el mes de diciembre con un maletín lleno de dólares que le mandará san Trump en atención a sus serviles servicios al imperio por perturbar la paz del pueblo venezolano. Y como él cosecha para guardar, nada le importa someter un pueblo a vivir de ilusiones sordomudas.

Por lo que si la progresión de guerra de jodernos la paciencia que tiene como imposición Guaidó y su combo de alfiles guarimberos que tienen pensado hacernos tragar pan de jamón solamente con la vista, nada de tocar ni de agarrar, sin pasitas ardientes de dulzura y, pernil ahumados de odio rancio que, nos estropee la buena dicha además, de no ver ni una hayaca volando en primera clase en nuestros estómagos sin mezcolanza de caprichos titánicos de rabia y, como su imposición no es demagógica, pasaremos más hambre de vergüenza en estas Navidades que atrofiará por su porfiado estilo de gobernar y, nos quiere dejar desnudos sin que tomemos un roncito aunque de ponsigué para matar los parásitos que ahora son de la oposición, por lo que iremos a parar en locos rabiosos sin agallas de salud que nos acompañe.

Y en vez de ir de mal a mejor, vamos en sentido contrario a encontrarnos con lo que él considera políticas de un ahogado y como están de moda los golpes de estado y los alborotos diarios de trancas y huelgas y paros, juega con su suerte a ver si pega una y de una vez encaramarse en Miraflores como todo un poderoso que, más bien parece un dictador que si seguimos detrás de sus acuerdos, Dios que nos agarre confesados, porque son tan ardilosos en acomodar todo a su forma de pensar que vendrán los paredones de más miseria, donde nos fusilarán de más hambre y, lo peor de todo es que los niños y ancianos que en el mes de diciembre le escriben al Niño Jesús para que se acuerde de ellos ,y les tire su aguinaldo no va a ser posible y, aunque año tras año no les llega nada, este año menos con Guaidó montado en su 220 voltios de energía capaz de electrizar a cualquier gobierno,. pero como las esperanzas son las últimas que se pierden pueda revirar, con más comodidad y se vaya de paseo al Norte a quitarse ese estrés de inconformidad que lo tiene buscándole las tres patas al gato en este mes que abre paso a diciembre, en que los pobres, aunque sea por un día dejan de serlo.

Lo que nos queda como lo más fácil: es un rosario en familia por todas las familias que impregne de sabiduría saludable sin desperdicio de una diarrea colectiva de unos pocos que no los lleve a ensuciar las calles de Venezuela que Guaidó quiere contaminar tragándose nuestras Navidades que, aunque sea un pedacito de armonía en familia nos comeremos, claro si él quiere, de lo contrario no sabemos si habrá tiempo de contar los acontecimientos que habrán de suceder -siempre y cuando- agote con franqueza qué es lo que quiere y cómo lo quiere dentro o afuera al aire libre de hablar, no importa que, no diga nada importante que basta con su buena acción de comprendernos.

Así que después del 16 de este mes de noviembre amanecerá y veremos de lo que es capaz Guaidó, que si no cumple, entonces es un mentiroso y, el que habla por hablar Dios no lo escucha y, eso a él tiene que darle vergüenza de meter a los suyos a desgraciarle la vida o, de quitarle un pedazo de tiempo de felicidad a los venezolanos. ¿O acaso quiere pescar en río revuelto y más con lo que está pasando en Bolivia? Donde Evo Morales demostró que lo que quiere es la paz de su país y no crearle más situaciones que comprometan el estado de derecho de sus paisanos y, dejó el cargo que tenía que de nada le servía sino era por el bien del pueblo pobre. Pero Guaidó no es Evo y, Evo no querrá parecerse a Guaidó, creo que ni por un segundo y, menos tragándole las Navidades que se avecinan.



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Esteban Rojas


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