Crítica ácida

De la arrogancia a la escasez de hombría, enfermitos y cobardes

Un opositor detenido por su participación en la desestabilización nacional, cómplice del magnicidio en grado de frustración el 4 de Agosto del 2018, está "pidiendo cacao". Dirigente contrarrevolucionario presuntuoso, que se operó de "cirugía bariátrica" para lograr pérdida de peso, por ser obeso. Tras las rejas padece trastornos metabólicos, problemas de tensión arterial, y precisa insulina afectado de principios diabéticos. Este tipo de individuos arrogantes ante micrófonos y cámaras, son cantarinos imparables al ser detenidos, desembuchando nerviosamente sus irresponsabilidades en materia política. Convertidos por algunos medios de agitación social en personajes, han quedado en evidencia filmada por sus amenazas y vulgaridades en tiempos de güarimba destructiva de piromaníacos homicidas, amenazando la revolución socialista dentro y fuera del país, o descalificando a Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Luego son abandonados por sus organizaciones políticas, y casi huérfanos de la prensa que los exaltaba.

Igual que en el caso de Leopoldito López, que cumple casa por cárcel, aquel desafiante "niño bomba" que prometió calentar el ámbito nacional "hasta que Maduro se vaya", y al permanecer detenido en Ramo Verde su esposa manifestaba que no se lo dejaban ver ni a ella ni a sus dos primeros hijos, pero, salió embarazada, nos deja en claro que son gente descuidada, quienes minimizan al pueblo todo como si fuésemos irracionales, e insisten se en sus asnadas, -con el perdón de los cuadrúpedos, y pretenden que su prisión bien merecida, por irrespetar las reglas de la democracia, sea un sitio de operaciones politiqueras disfrutando de computadora, celulares, TV, visitas familiares diarias, celebración cumpleaños publicitados, y abogados casi que conviviendo con su defendido, además es una mangüangüa, que el Estado venezolano los alimente y cuide. Venezuela los conoce mientras ellos se creen héroes…, pese a lo palpable de su actitud cobardona, al verlos que no saben enfrentar con gallardía sus irresponsables acciones. Evoco a Hugo Chávez el valiente Comandante que afirmaba orgulloso, "nosotros fuimos a prisión por la rebelión del 4 de Febrero de 1992, y no le chillábamos a nadie".



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Luis Sánchez Ibarra


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