Los muros de la vergüenza de la MUD

El golpe de Estado, ya ni tan suave ni tan despacito, impuesto por el imperio y gravitado por factores políticos fascistas, no cesa. El plan para tumbar a Maduro y a la Revolución Bolivariana continuará hasta que la derecha consiga su propósito, todos los fines a usar justificarán los medios ante la comunidad internacional para validar una intervención extranjera. Frases como la de Capriles "debemos descargar la arrechera", de María C. Machado "Si queremos que Venezuela no explote, Maduro se tiene que ir", o de Freddy Guevara "la única vía posible es la calle. No queremos elecciones ni Constituyente"; palabras de carácter irrespetuoso, antidemocrático, violentas y guerreristas, se transformaron en los hechos más brutales que se hayan vivido desde la cuarta república donde los gobiernos puntofijistas para tener el control de las protestas estudiantiles y de campesinos gobernó suspendiendo las garantías constitucionales con toque de queda incluido, lo cual le permitió desaparecer personas, asesinar a los izquierdosos y cometer cualquier atrocidad. Cualquier parecido con la realidad con las tácticas de los que se autodenominan "demócratas pacíficos", es pura coincidencia. Los muertos, producto de la violencia al que nos sometieron representan más de 150, sin contar los heridos de gravedad cuyas secuelas son impredecibles; así como los daños psicológicos causados a las personas que fueron sometidas a secuestro involuntario, a barricadas, a paredes de concreto cual si fuesen los muros de la fronteras entre Israel y Palestina o los EE.UU con México, y finalmente la prohibición de ejercer tu derecho al voto porque representaba la expresión de que los venezolanos estábamos en contra de su guerra silenciosa, hizo desgastar hasta sus propios seguidores. Realmente la MUD construyó los muros de la vergüenza contra cada acción que intentó el gobierno para llamar al diálogo, y en ellos se fundieron. Esos muros fueron derrumbados por su propia gente y por la paz que se impuso frente a su odio.

Gracias a una salida inteligente que aplicó el presidente obrero de convocarnos a una cita para elegir a la Asamblea Nacional Constituyente, despertamos de una película de terror al mejor guión de Hollywood, el 31 de julio. No obstante, los líderes de la derecha, principales voceros del imperio, expresaron que el ciclo de marchas y los trancazos se agotaron, que van hacia un nuevo camino de acción crítica, que las calles están completamente vacías y la MUD no cuenta con el apoyo popular; que la única salida a la crisis son las elecciones e irán a votaciones para gobernadores —con el mismo CNE que ellos criticaron en este último proceso por considerarlo fraudulento—. Son unos verdaderos irresponsables pretender si con esas actitudes llegarán al más humilde, su cinismo no tiene límites. Se les olvidó que en algunos estados del país como Mérida y Táchira, las guarimbas comenzaron desde enero; es decir, nos sometieron durante seis meses, en acciones violentas constantes, al peor terrorismo psicológico. Ahora ellos tratan, con su cara tan lavada, a decir que ya todo se acabó, que vamos a elecciones, que aquí no ha pasado nada; entonces ¿hacemos borrón y cuenta nueva así de fácil? La oposición se está quedando con menos seguidores, por acciones tan contradictorias como éstas. Se burlan de Maduro por ser obrero, le llaman maburro, subestimaron su inteligencia. Sin embargo, todos ellos unidos, eruditos como se creen, con todos los títulos universitarios que puedan tener, con tantos idiomas que dominan, con tanto dinero que tienen y que le han dado, no han podido derrotarlo; por el contrario Maduro salió airoso en su propio terreno en este evento electoral y ha demostrado quienes son en realidad los ignorantes supinos. Pretender ahora la MUD ir hacia el camino de la acción crítica puede ser tarde, porque Venezuela está demasiado lacerada con sus conductas. Esa acción debe ir acompañada del respeto a la institucionalidad, al reconocimiento del presidente, del CNE y de la ANC, así como la intencionalidad de la búsqueda del diálogo y el cese de la violencia. La negativa como mínimo a estos aspectos es continuar en la ruta del papel que impone el magnate Trump.

No es de extrañar que los hechos violentos vuelvan a suscitarse en el país, en lugares extraños y no en territorio donde habitan los que menos tienen, en volver a colocar los muros de la vergüenza, del separatismo, del antipatriotismo. Los fascistas se identifican en los modos de vida de sectores sociales como burguesía asalariada y ricos, desconectados de los lazos o vínculos sociales nacionales. Basados en el odio a la democracia, al bien común, al bienestar colectivo. Su rostro es fácil de identificar, difícil de reconocer es el de los traidores que hoy se codean entre zorros y camaleones, fueron vacas sagradas de la revolución, como Luisa Ortega y Gabriela Ramírez. Sentarse al lado de los enemigos de Chávez, de los que le dieron un golpe de Estado y de los que desearon su muerte, es imperdonable, es la negación a sí mismo, por eso la depuración de este proceso desde adentro será doloroso pero necesario para conquistar la revolución Bolivariana. Aún nos falta por conquistar muchos aires de victoria.

(*)esmeraldagarcia2309@yahoo.com

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Esmeralda García Ramírez

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