Los miserables o la oposición apátrida

"El humano sometido a la necesidad extrema es conducido hasta el límite de sus recursos y al infortunio para todos los que transitan por este camino.

VICTOR HUGO

Volví a llegar tarde. Debo reconocer que siempre me puedo excusar con lo del tráfico debido a las barricadas en la vía, cuando en realidad debí haber salido más temprano para cumplir a tiempo. Lo demás es cuento y melodía. "¡Son miserables! Y no me refiero a la obra de Víctor Hugo", decía Anacleto al momento de mi arribo, "obra por cierto que trata del bien y el mal, la política, la ley, la justicia, la ética y la religión, de una sociedad muy conservadora, clasista y machista, por allá por "la France" de mil ochocientos treinta y pico. Me refiero a esta oposición carroñera y apátrida, no a todos los opositores, que como anteriormente he dicho, tienen todo el derecho a no estar de acuerdo con las políticas del gobierno y con su manera de pensar. No es fácil retratar la realidad tal como es con el bombardeo mediático, y la guerra de quién sabe ya de que generación es, a la que estamos sometidos. Estos miserables son resentidos sociales, con un sentimiento de odio y violencia tan fuertemente arraigado que han puesto a sus mujeres a defecar en la vía pública, a mostrar sus senos al aire, a desnudarse y marchar, a que los hombres muestren las nalgas, por cierto horrendas, que utilizan "puputovs" (bombas de excremento) como arma de guerra bacteriológica, y que cargan sus armas de fabricación rústica con pedazos de cabillas, balines, metras y cuando objeto tengan a la mano, para hacer daño a los cuerpos de seguridad y a sus mismos simpatizantes. El colmo al que han llegado, visto el fracaso de todos sus intentos de "tumbar" a Nicolás, es usar a niños, a menores de edad como primera línea en sus actos terroristas. ¿Dónde estará la Fiscal General de la Nación? ¿Qué será de la vida de la LOPNA? ¿Quiénes se responsabilizarán de esto? ¿A quién imputarán si un niño o niña pierde la vida en esa línea de acción terrorista? Son las preguntas que debemos hacernos, ante los acontecimientos del momento, para saber las acciones a tomar. No, no son miserables… son TRI-miserables."

Lo primero que nos hace falta en Venezuela es recuperar la cordura, echar la mirada hacia los valores morales y aprender de nuestros errores. En ello ayudarían mucho verdaderos obispos y religiosos, del tipo de "Bienvenue Myriel", que en verdad se preocupen por la feligresía hasta el punto de despojarse de bienes materiales para ayudar al necesitado y no un partido como la Conferencia Episcopal dedicado a la politiquería y en desacato con el Papa, que sólo piensa en su propia prosperidad. Todos esos "prelados" tienen sus vidas y alimentos asegurados, no por Dios, que lo ve todo, sino por sus aliados terrenales que les han comprado sus conciencias. De que hay buenos sacerdotes haciendo su labor pastoral, los hay. A esos los vemos hablando de paz, del amor de Dios y del amor al prójimo. A los de la CEV los vemos es hablando de temas políticos de manera sesgada y aupando al terrorismo.

Otra cosa que nos hace mucha, pero mucha falta, es reconocer a los miserables que nos han conducido por el despeñadero del odio, la muerte y la violencia entre hermanos. Es un deber ciudadano señalarlos para que el pueblo los vaya reconociendo. Así no les permitirá jamás acceder a puestos de gobierno o poder, que es lo que más les duele. Su ambición desmedida no trata de ninguna otra cosa que no sea un llamado a la renuncia del presidente o en su defecto a elecciones generales, porque piensan que la fruta está madura y por caer. Recordémosles lo que diría CAP: ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Yo agrego: dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada.

La cabeza de los miserables es Julio Andrés, quién usurpando el cargo de Presidente de una AN en desacato, anda viajando por el mundo difundiendo mentiras, medias verdades y amenazas, para ver si logra aislarnos comercialmente y así no podamos obtener los alimentos y medicinas necesarias para solventar las necesidades del pueblo. Le sigue Lilian Adriana, que nadie sabe quién le financia tanta viajadera, pero que vive montada en un avión haciendo el mismo trabajo sucio del anterior. Su único verdadero interés, aunque muchos lo dudan, es que suelten a su esposito "porque ese será presidente de Venezuela". Se quedará con las ganas.

Después tenemos a Henrique a secas pero con "h" para que suene como "Jenry", al que se le acabó la viajadera porque le anularon el pasaporte, pero que en vez de ocuparse de gobernar en su estado, anda de berrinche en berrinche y lo tiene olvidado, así como lo tienen a él. ¿Será que la revelación de su guiso con Odebrecht lo enloqueció? Los Juan Guillermo, Miguel Alejandro, Juan Gerardo, Ramón Alberto, Henry Lisandro y otros tantos que se autodenominan "líderes", son igualmente miserables, pero de menor calaña.

No crean que haya olvidado a Freddy, el de la voz cantante, el que dijo que a él lo "habían elegido para tumbar esta dictadura". Ese es uno de los miserables mayores porque anda reclutando a niños, niñas y adolescentes para utilizarlos en las líneas de vanguardia en los actos terroristas. Los niños, lo más sagrado de la familia, utilizados para sus fines politiqueros. ¿Usted lo ha visto alguna vez en el frente de acción? Escuché a unos muchachos decirle que mientras él los mandaba al frente, como carne de cañón, descaradamente los dejaba solos y se mantenía como a dos cuadras de la actividad. Ellos mismos colgaron ese video en "youtube", donde lo puedes ver.

No sé lo que usted pueda pensar, pero encender a un ser humano con una molotov, atacar salvajemente en patota para golpear a un contrario, apuñalear a uno que están quemando para que no los delate, asesinar a balazos a quién ha sido destrozado a golpes con cabillas y tubos, asesinar con pistola de percusión de perno retornable a uno de los suyos, matar con morteros caseros cargados de balines, metras tuercas y quién sabe que otra cosa más, sólo puede ser obra de miserables irrecuperables, enfermos de odio y resentimiento, inducidos a hacerlo. Los llamarán "héroes de la resistencia" y cuando caigan presos dirán: eran espontáneos, eran infiltrados, yo no los conozco, y los dejarán solos.

Víctor Hugo en su obra presentó la miseria por la que tuvo que pasar Jean Valjean, su vida, sus sacrificios, pero también su humanidad; la terquedad en el cumplimiento del deber en el inspector Javert, que lo persiguió sin cesar, pero con dignidad y una época de la Francia clasista y machista en la que se desenvolvió todo. ¿Qué podríamos hoy presentar como la epopeya de Venezuela en este torbellino de acontecimientos? ¿La inhumanidad de unos miserables o la resistencia heroica de un pueblo acosado por una oposición intransigente y miserable? Lo quieran aceptar o no, estamos ante una lucha de clases, en la que unos con dinero se aprovechan de otros, que lo necesitan y no tienen, para que hagan el trabajo sucio que ellos no se atreven a hacer y arriesguen sus vidas por cuatro lochas. ¿Ves ahora quienes son tus verdugos?



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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

 luissemp2003@gmail.com      @luissemp

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