Sobre la llegada de Ramos Allup Venezuela

¿Quién es más grosero, el funcionario o el presidente?

Un video sobre el arribo del Sr Ramos Allup, presidente temporal de la Asamblea Adeca, el apátrida mayor, quien debe ser enjuiciado por traición a la patria, está recorriendo las redes sociales por obra y gracia de los medios opositores.

Muestras de indignación por “la humillación a la alta investidura” que representa el susodicho acompañan los comentarios de quienes publican el mencionado video vía redes sociales.

Es una lucha de poderes; se podría decir que el trato dado al presidente de la Asamblea y sus diputados acompañantes es inapropiado, pues las instituciones y sus funcionarios deberían tener ciertas prerrogativas; fue un trato despótico y se podría tildar de abusivo, a cualquier persona y más aun tratándose del mismísimo presidente de la Asamblea Nacional.

Pero siendo una lucha de poderes, se podría decir que en ese capítulo se le dijo en lenguaje llano y claro al presidente de la AN que aquí manda el poder ejecutivo respaldado por un pueblo y que los apátridas no son bienvenidos; se le dijo que podrá mandar en su casa (quizás) o a sus empleados en la AN pero no tiene la mas mínima autoridad fuera de esas paredes.

Ellos tienen el poder económico y están siendo groseros con todos nosotros, poniéndonos a hacer cola para comer, nosotros tenemos aun el poder ejecutivo que anda como gato panza arriba tratando de detener la guerra económica que nos tiene al borde de la desesperación. ¿Cuál podría ser el trato que le debemos dar a esa calaña de personajes, que no conformes con el saboteo interno, de paso se van a buscar alianzas extranjeras contra su propia patria?

Ramos Allup, mas allá de cualquier cosa se sintió ofendido en lo que considera su estatus (excelentísimo presidente de la Asamblea Nacional), Ramos Allup se sintió mal tratado pues en su círculo le ponen alfombra cuando camina.

Pero la realidad es que no es una grosería revisarle las maletas a una persona que fue a un país enemigo a solicitar la intervención de su país; no es una grosería recibir con mala cara al mal hijo de la patria que fue a negociar nuestra tranquilidad a cambio de sus negocios, intereses  y apetencias personales.

Revisarle las maletas a ese mal ciudadano no es nada comparado con el daño que él le intenta causar a su país; revisarle la conciencia sería necesario (si el mencionado la tuviera).

Han debido pasarlo por la máquina de rayos X: uno no sabe si le metieron alguna capsula de algún virus pa que lo riegue en la patria al poner la cagada, o un chip, o alguna de esas vainas que los gringos le ponen a sus aliados.

El diputado imperturbable “no me van a provocar”; estalló en maldiciones al ver abierta su maleta: “Cabron, Cabron!!! Le gritaba sin control al GNB que estaba en plan de resguardo a la integridad de los funcionarios del SENIAT.

“Señor deje las groserías que aquí nadie le está diciendo groserías a Ud” le decía el funcionario con un autocontrol envidiable.

“Es una grosería que me revisen la maleta a mí, eso es una grosería” explicaba Allup y yo pregunto: ¿Por qué es una grosería revisarle las maletas a un ciudadano que fue y regresó de otro país en un avión privado a solicitar la intervención de su país? ¿Por qué es una grosería revisarle la maleta a un ciudadano que está incurso en una investigación por el delito de traición a la patria?

Es una lucha de poderes entre el poder político y el poder económico. Ramos Allup, político financiando por el poder económico, no merece ningún trato preferencial; Ramos Allup merece todo el desprecio que se le pueda dar a lo peor que tiene una sociedad: el vendido.

A la salida del aeropuerto lo esperaban sus aliados, un grupito de personas que lo aplauden y vitorean, eso lo hizo volver a su realidad a su ego alimentado (se olvidó por cierto del resto de los compañeros a quienes el “régimen” seguía revisando detrás de él). La cámara se vino con él, atrás quedaron los otros cuya suerte no vimos en el susodicho video pues no importan tanto

Ramos Allup es un grosero, es un falta de respeto a toda la patria, incluyendo sus seguidores que son venezolanos también, revisarle las maletas es un deber de cualquier alcabala por donde pase.

El ridículo que hizo Ramos Allup en Washington, al salir con un megáfono en la acera frente a la OEA es de una muestra de cómo pierden el sentido de la realidad ante la desesperación que cargan.

El ridículo que hizo Almagro al someter a consideración un informe que después de escuchado fue engavetado, es otra muestra de que la OEA sigue los dictámenes de Estados Unidos, quienes antes de enviar a Shannon a Caracas estaban comprometidos en el apoyo a Almagro, a quien ordenaron solicitar la aplicación de la fulana carta que ahora ordenaron archivar hasta nuevo aviso.

Por ahora seguimos venciendo pero mientras no logremos la paz interna no habremos logrado nada y esa paz necesaria es la de un estomago lleno y una salud campante; lo demás es lo demás.

 

 

 

 

 

 



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Oscar Jiménez


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