El crimen no paga

Lo revelado por el Comando Político de la Revolución, en voz de Jorge Rodríguez, no sorprende mucho. Al fin y al cabo son los mismos personajes de quienes se viene hablando sobre sus fechorías dentro y fuera del país. Con la excepción de Pedro María Burelli y Gustavo Tarre, quienes se habían mantenido en bajo perfil. Los demás siempre han sonado. Ahora, lo dije antes, y lo vuelvo a decir. ¿Cuál es el Santo que protege a María Corina Machado? Esta dama desde hace tiempo abandonó la lucha política democrática, en concordancia con nuestra Constitución, para coger atajos. Asumió un rol de “soy la macha de la oposición”, los demás son unos cobardes y conciliadores. Y aprovechando que Leopoldo López está preso, se creyó la sucesora del liderazgo que tenía López, dentro de la derecha radical, una vez que desplazaron a Henrique Capriles, y empezó a hacer y a deshacer.

2. ¿Por qué no está entre rejas esta dama?
Ignoro. Me da la impresión de que en ciertas circunstancias el gobierno revolucionario y la Fiscalía, se hacen los locos, y dejan hacer. La señora Machado tiene más motivos para estar presa, que el mismo Leopoldo López. Sin embargo, por allí anda echando vaina, dentro y fuera del país. Se ha comprobado que es la motivadora de los guarimberos y de la violencia que se desató en varios lugares estratégicos del país. Aún hoy, persisten focos de estos perturbados mentales, haciendo daño a los bienes públicos y privados y a los vecinos de esos lugares. Mientras tanto, la dama maravilla, viaja de un lado a otro del país. Habla con los guarimberos, los incita a seguir y a no rendirse. También vemos a esta excelsa representante de la burguesía, paseándose por los Estados Unidos, Europa y algunos países latinoamericanos, buscando apoyo para su proyecto en marcha: desestabilizar el país y facilitar la intervención del imperio.

3. Los traidores desean “vender” a Venezuela
Han llegado al colmo de los colmos los conspiradores. Los responsables visibles del golpe continuado. Ya no es suave. Mucha sangre ha corrido. Y seguirá corriendo, por los aires que soplan. ¿Dónde están la mayoría de los complotados? En los Estados Unidos. Allí está el banquero prófugo y uno de los financista de las guarimbas y la violencia, Eligio Cedeño. Más concretamente se encuentra en Miami. La capital de la gusanera cubana y ahora venezolana también.

Los otros residen entre los Estados Unidos, Europa, Panamá, Perú y Colombia. Siempre en su trabajo: buscar apoyo financiero y de otra índole, para llevar a cabo sus pretensiones criminales. Ahora hablan, descaradamente, en los correos por internet, tal y como los mostró Jorge Rodríguez, de liquidar al Presidente Maduro. Es decir, cometer lo que se conoce como un magnicidio. Logrado eso (que Dios nunca lo permita) ellos, los traidores, entregarían el país al imperio.

4. Las fuerzas revolucionarias esperan mano dura
Los venezolanos, especialmente los chavistas y quienes militan en el campo revolucionario, esperan justicia. Justicia verdadera y oportuna. El gobierno tiene que actuar con mano dura. No puede haber contemplaciones con quienes tienen en mente ensangrentar a nuestro país, con tal de satisfacer sus caprichos y sus agallas. No más impunidad. Por favor, no más impunidad. Porque si no, ¿saben lo que va a suceder? Lo siguiente: “Yo no fui”. “Yo no estaba en el país”. “Ese correo no lo escribí yo”. “Ese no es mi correo”. “Eso es una infamia de la dictadura”. Etcétera. Y la dama en cuestión seguirá, como lo ha hecho hasta ahora, paseando de un lado a otro. Motivando a sus muchachos. (¡Qué suerte, la de esta dama!) A sus “estudiantes”. Carajo, bueno es el cilantro, pero no tanto. ¡Se cansa uno!
¡Volveré!


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1471 veces.



Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

Visite el perfil de Teófilo Santaella para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Teófilo Santaella

Teófilo Santaella

Más artículos de este autor