Quizás sea Capriles el más genuino representante en cuerpo, alma, espíritu y corazón que ha tenido la burguesía nacional, hijo de empresarios representantes de la gran burguesía; dando sus primeros pasos en una escala ascendiente y acelerada, desde finales del año 98, cuando fue electo diputado por COPEI, con los votos del Zulia e inmediatamente designado Presidente más joven de la extinta Cámara de diputados del Congreso Nacional; pasando por la fundación de Primero Justicia en el año 2000, alcalde de Baruta en dos oportunidades(2000-2004 y 2004-2008), gobernador de Miranda en el 2008; ya en el 2002, en el golpe de estado contra el Comandante Chávez, había da muestras de sus pocos conocimientos en Derecho Internacional( aprobó con 11 en reparación) y asalta la embajada Cubana en Caracas, por cual estuvo recluido en el Helicoide durante cuatro meses, absuelto finalmente en el 2006.
En febrero 2012, la MUD simula unas elecciones primarias donde la burguesía con sus clásicos artimañas de la politiquería tradicional colocan a Capriles como el ganador frente a Pablo Pérez; este evento representa el punto máximo de una curva de ascenso de Capriles que a partir de ese momento inicia en declinación en caída libre y sin paracaídas que se debe estar estrellando a mediados del año 2014, su gran reto es recuperar lo perdido por una mala administraciones de sus saldos políticos durante 2013.
Sin que ello necesariamente implique un desmerito de las fuerzas bolivarianas, la mayoría de las derrotas de Capriles estuvieron marcadas al menos por cinco autogoles; en primer lugar, el manejo de la tesis de que la familia del Presidente y gobierno habían engañado al país, ya que, según él, el Comandante había fallecido antes de la fecha anunciada por el ejecutivo nacional; en segundo lugar, el sectarismo practicado al interior de la MUD; en tercer lugar, la impugnación de las elecciones que perdió con Maduro con estrecho margen, allí provoco una ola de violencia que enluto a varios hogares venezolanos; en cuarto lugar, la previsión de un plebiscito en las elecciones municipales del 8 de diciembre 2013, que resulto completamente en su contra; y en quinto lugar, no haber asistido a la histórica reunión con el Presidente Maduro y la oposición, luego de estar pidiendo dialogo durante dos años.
El panorama para Capriles y la MUD en los próximos dos años luce altamente complicado, ya que, la caída de Capriles se lleva por los cachos a la mayoría de las bases y cuadros medios de la MUD, por otra parte, su esperanza en profundizar la guerra económico subestimó la capacidad de reacción del Presidente Maduro y su equipo de gobierno; en todo caso, con independencia de lo que hagan Capriles y la MUD para recuperarse a partir de las cabezas de playas que aún mantienen y que tienen un peso específico, todo va a depender de la capacidad de gestión tecno política e ideológica de las fuerzas bolivarianas a nivel local, regional y nacional; principalmente lo relacionado con el modelo de desarrollo económico, la gran deuda de la revolución bolivariana, para consolidarse como una gran fuerza social en Venezuela.
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