¿Quién podrá defenderme?

Ante la inminencia de la contienda electoral del 8D y convertida por la oposición en un evento plebiscitario, arrecia la confrontación mediática. Trabaja arduamente el sector opositor para tornar la convocatoria a las municipales en una coyuntura donde peligra la soberanía popular y se demanda al “pueblo” que defina su destino que, de seguir en manos de Maduro, se encamina hacia el caos, la destrucción, la censura, la violación de los derechos humanos, el totalitarismo… Se desdibujan las municipales y se intenta convertirlas en instrumento de deslegitimación de un poder personal de corte autocrático que “sigue el camino de su antecesor hacia un sistema totalitario.” En estrecha colaboración con los medios, convertidos en instrumentos del accionar político, cualquier acción o medida oficial automáticamente se deslegitima y se presenta como lesiva para la ciudadanía.

Ante la inminencia de las municipales, se enfrenta la política comunicacional oficial a una planificada agenda del caos, crisis y conflictividad, que se pasea por inseguridad, desabastecimiento, alto costo de la vida, desempleo y fallas eléctricas. Se detiene en el”cheque en blanco” de la Habilitante, que otorgaría a “Maduro… poderes para imponer control económico y judicial”. Describe una “capital convertida en infierno” y casi todas las vías de mayor circulación colapsadas por “accidentes, violencia o protestas”; denuncia que “Acciones de grupos anárquicos se multiplican en Caracas”; afirma que “Las protestas agitan la pradera” y el malestar se siente “no solo en las colas del autobús, del supermercado o en los madrugonazos para realizar algún trámite en cualquier oficina pública.” Cierra con datos de encuestadora según la cual “Mayoría le da máximo un año a Maduro para acabar con los problemas”

Especial atención merece la creación del Cesppa, con denuncias de totalitarismo, sociedad espiada, violación de derechos consagrados en la constitución y eliminación de la disidencia. Aseveraciones de que el decreto con “clara vocación totalitaria, parapolicial y paramilitar conduce a una “militarización del Estado”. La SIP, cual “vengador errante”, presente “donde el peligro amenace y la miseria oprima”, repudia la creación del Centro”, afirma que “el presidente Maduro sigue el camino de su antecesor hacia un sistema totalitario” en el que el Gobierno establece qué se puede informar, criticar u opinar.

¡Oh! Y ahora, quien…


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Maryclen Stelling


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