La oligarquía no está temblando

Nuestro país, gracias al proceso bolivariano y al Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, existe una ley contra el acaparamiento, el boicot económico, el desabastecimiento y otros males. La ley existe desde hace algún tiempo y en ese mismo lapso de tiempo los especuladores y acaparadores han hecho de las suyas. Se ha pescado gente acaparando y a unos cuantos especulando. Y se han dado casos de la anunciada, vivida y padecida Guerra Económica, que parece tener al gobierno sitiado en un callejón sin salida: la guerra se acentúa y el gobierno suelta más dólares.  

Lo particularmente curioso es que existe la ley, los acaparadores y especuladores andan con el moño suelto, CADIVI  debe anotar aunque sea en una servilletica los nombres de los empresarios a quienes  entrega los dólares, pero no hay nadie preso. Ah, y nadie explica por qué. Uno -¿será que somos tan inocentes en estas vainas de la economía?- se pregunta por qué si se le entregan tantos dólares a un señor que tiene un negocio no se le visita para verificar que vende esos productos al valor del dólar adquirido por vía legal y no al valor de llamado dólar del mercado negro. ¿Será que es muy difícil? ¿Será que no tenemos un empleado, aunque sea un empleado, para esta tarea?

Resulta curioso que se hagan tantas subastas, se entreguen tantos dólares, pero todos los negocios venden al dólar del mercado negro. Y piden más dólares y más dólares entrega el Estado. ¿O será que no anotan el nombre del beneficiario de los dólares ni siquiera en una servilletica, en un papelito que esté suelto sobre el escritorio?

¿Hay alguna ley, acuerdo internacional, artículo en los convenios de los derechos humanos, que sé yo, una vaina de esas, qué impida que el Estado actúe en defensa del pueblo y pueda encanar a un especulador? ¿Será que nuestro Estado no está lo suficientemente fortalecido para actuar contra un especulador?

No sólo la oligarquía no tiembla, sino que se está gozando al proceso revolucionario. Pero más allá, hasta los pequeños propietarios se la están gozando a costillas del pueblo. Mientras que el gobierno luce sitiado, indefenso, débil, dando más dólares.

Es hora de ponernos en una posición de ofensiva, de asumir posturas que definan las situaciones. Nuestros parlamentarios, por ejemplo, deben de dejar de ver golpes o vainas raras en la orientación sexual de los adversarios,  el asunto es más serio.

A decir verdad, hasta ahora nos salva el recuerdo de Chávez.

psalima36@gmail.com



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Pedro Salima


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