Cada vez que puede, la MUD ratifica su genuflexión ante el gobierno estadounidense. No pierden tiempo en presentarse siempre como voceros de los intereses yanquis en el país. Ni siquiera se percatan que electoralmente esas posiciones no les son favorables. Y hablo de “electoralmente” porque ésta es la única realidad que importa tanto al gobierno como a la oposición, lo que margina claramente los intereses de la nación venezolana. Lo hemos dicho muchas veces: Los polarizados de hoy, al igual que el bipartidismo del pasado, no tienen un proyecto nacional de desarrollo.
Ante los acuerdos entre Santos y Chávez, la MUD no emitió opinión pues realmente los apoyaba, aunque electoralmente no podía manifestarlo. Por lo tanto, estuvo de acuerdo con la firma de un TLC con Colombia, el pago preferente de todas las deudas con la oligarquía colombiana, la entrega por nuestro gobierno a Colombia de toda persona solicitada por su gobierno, la libre navegación por el Orinoco y el Golfo de Venezuela y la suspensión de los reclamos y protestas venezolanos por la instalación de siete bases estadounidenses en territorio del vecino país.
No se pronunciaron sobre el acuerdo de “cooperación” de Colombia con la OTAN, a pesar de constituir un peligro para la soberanía de nuestro país y en relación con las pretensiones inaceptables de Colombia sobre el Golfo de Venezuela, así como la determinación de nuestra plataforma submarina, con varias de las potencias que integran esa alianza militar. Ante una amenaza que debería unificar a todos nuestros nacionales, la MUD calla en forma traidora y el Gobierno acepta unas explicaciones pueriles dirigidas a restarle importancia al asunto.
Ante la humillación del presidente Evo Morales por cuatro países europeos, acción violatoria del derecho internacional, la MUD ha permanecido callada demostrando que carece de convicciones latinoamericanistas y que justifica las actitudes de países poderosos contra los pequeños y débiles. Otro tanto ha ocurrido con la decisión de Maduro de dar asilo a Snowden, la cual ha sido adversada electoralmente por Capriles Radonski. Mientras Latinoamérica defiende la institución del asilo, Capriles la niega si el perseguidor es EEUU, pero la defiende para los golpistas de abril asilados en el exterior.
