Los piratas de la oposición

Francis Drake, John Hawkins, Henry Morgan, Walter Raleigh….quien conoce algo de historia los nombres anteriores obligatoriamente tiene que asociarlos con la piratería de los ingleses, algunos de ellos verdaderos depredadores de los poblados ubicados en las costas del Caribe. Estos seres despreciables actuaban con aquiescencia de la azarosa Corona Británica con la única intención de evitar que las riquezas, sustraídas por el imperio español en América, arribaran a la península ibérica. Era preciso, por parte de los ingleses, impedir que tales fortunas llegaran a manos de los nobles españoles con el fin de paralizar la compra de armas y naves para combatir a la pérfida Albión. Era tal la desfachatez de los británicos que esos perversos hombres de mar fueron galardonados con un título de nobleza, dado los fabulosos servicios que tales piratas prestaron a la Corona Británica. Es el caso de Drake y Raleigh, quienes fueron laureados con el título de “sire”. Ciertamente, los siniestros piratas no eran desprendidos en sus actividades rapaces, dado que ellos se quedaban con una parte del botín y otra, la entregaban a los jefes de la monarquía inglesa. De allí viene la frase “patente de corso”, era la autorización concedida por las autoridades del Reino Unido para el ejercicio de la piratería.

En nuestro siglo XXI, todavía, en los mares que rodean a África se practica la piratería donde algunos pequeños buques atacan grandes barcos comerciales imperiales para sustraerles lo que de manera insolente le roban a los pueblos ubicados en esa región.

Lamentablemente, no sólo la piratería se ejerce en el mar. Ahora vemos a infaustos personajes pertenecientes a esa destartalada MUD buscando una autorización en el imperio norteño para atacar a un país donde existe un régimen democrático. No cabe duda, la conversación telefónica entre dos ominosos personajes de la oposición venezolana, revela como la diputada María Machado forcejea con el “señor” Ramón Aveledo para obtener de sus patrones la patente de corso para conspirar contra el presidente legitimo MM. Tales ominosos ven a Venezuela con un trofeo y acuden con frecuencia al norte para negociar con sus amos el reparto del botín, en el caso impensable de apoderarse del poder. Puedo asegurar, que en aquellos siniestros hombres de mar se revelaba una gran valentía, dado que tenían que desafiar personalmente y con armas al imperio más poderoso del mundo, como era el español. Contrariamente, los funestos personajes de la MUD citados, son unos rastreros traidores, cobardes y unos mentirosos contumaces, dado que acuden al imperio para solicitarle dinero para tacar a su país, actúan a escondidas y se presentan frente a los canales televisivos como unos adalides de la democracia y de la paz. Es evidente y visible que algunos miembros de la oposición venezolana han colocado el ejercicio de la política en una verdadera letrina.

Se podría hacer un simple ejercicio de ensueño y pensar en un supuesto negado que tales piratas llegaran al poder: tendrían en su mano un botín llamado Venezuela que deberán repartir con los amos que le facilitaron el dinero para conspirar contra su propio país. Con estos intrigantes vamos a perder la patria, es la obligación de todos los venezolanos salvarla y evitar que llegue a las manos de estos ladinos corsarios. Si la María Machado y Ramón Aveledo hubiesen vivido en la época de Bolívar, no me queda duda que ambos estarían colocados al lado de las hordas que dirigían Boves, Morales y Monteverde.

El incienso de la adulación mercenaria envuelve a los nefastos María Machado y a Ramón Guillermo quiénes le rinden pleitesía a su amo, acuden al imperio para obedecer resoluciones y recibir dinero para la traición, para así postrar nuestra nación al servilismo más degradante. Bien lo dijo Francesco Petrarca: “Todo el mal que puede desplegarse en el mundo se esconde en un nido de traidores”

Cuando mi comandante llegó al poder encontró a un país independiente pero no libre, redimida por la libertad pero todavía dependiente de factores económicos extranjeros. Con la Revolución Bolivariana tenemos un país independiente y libre, una nación donde la revolución está en los labios, en la mente y en el corazón de los chavistas. Por fortuna, de esas aguas turbulentas de la cuarta república surgió Hugo con una fe inquebrantable, con un carácter y temple diamantino en los cuales las diversas adversidades no le hicieron mella. Por Venezuela entregó su vida y en pago de esa noble causa debemos evitar, por todos los medios, que nuestra nación caiga en manos de hombres y mujeres como Guillermo Aveledo, Leopoldo López, Capriles y María Machado, quienes ven el ejercicio de la política una manera de enriquecerse mucho más a consta de los recursos naturales de un país que le pertenece a todos los venezolanos. Honor, gloria y eternidad a mi comandante Chávez.


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Enoc Sánchez


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