Él impugnó e impugnará cada vez que quiera

Como la cosa va en serio con Capriles impugnando hasta que el TSJ aguante. No queda más que esperar, porque siguen llegando casos raros a su comando de campaña en contra del candidato Maduro, explicaba, Capriles frente a las cámaras de Globovisión con el Matacuras tragándose el cuento.

Son tantas las situaciones adversas que hay por delante que faltan días de este año para meterlas todas y, como todo está a su favor van a ir despacio, para no atapuzar de cansancio de solidez a los magistrados si es que al final de cuentas queda alguno que decida, ya que a todos los van a recusar y, así queda la mesa servida para su apetitosa pantomima de que él ganó las elecciones pasadas por falta de decisión judicial y, por apoyo oportuno de Obama.

El maremágnum de desatinos inoportunos en los centros de votación fue de tal magnitud que, Capriles los ahíla taimadamente como él solamente lo sabe hacer y, en esa sorprendente tarea, hay casos más que suficientes de votantes muertos activos que entraban y salían con su dedo bien embarrado de tinta y, lo que más le molesta es que todos votaron por Nicolás de acuerdo a las actas de defunciones que él posee y, hasta hubo un amigo de los muchísimos que tiene en el interior de su imaginación que con sus lentes de contacto vio al presidente Chávez cuando votó y lo grabó.

Pero el caso más espeluznante le sucedió a Guillermo Aveledo al entrar a votar: que cuando pulso en el tarjetón por Capriles se puso nervioso por demás con los pelos del alma erizados, ya que en la pantalla de la máquina de votar le salió un ciempiés vestido de rojo con la cara de Maduro que se le esfumó sin tocarlo y, pensó que era un mareo espontáneo y ahora está dudoso por tantas mañas descubiertas por su candidato, por lo que el caso pica y se extiende entre tantas sorpresas por averiguar.

En Carúpano en una mesa cerca de la playa voto “pez de burro” que no estaba inscrito y, aparece firmando en el cuaderno de votación sin dejar ninguna escama que lo comprometa, lo que los tiene metido en un acuario de agonía de tanta tramposería junta, porque eso de que voten los peces no es de cristianos ni de demócratas, pero como todo está bien argumentado y reseñado sin tutela no queda sino apelar a la impugnación hasta el fastidio que también está incluido en casos especiales sin determinación.

Hay sucesos tan insólitos como fantásticos que sólo Capriles y su comando están al tanto de detallar con valentía y, además está en veremos que las máquinas en vez de sumar restaban de él para el otro. Por lo que elección limpia no fue ni tampoco cabe en la cabeza de la oposición que olfateo el fraude desde lejos y antes.

La contienda que se está y se seguirá librando en los tribunales va viento en popa a buen resguardo, porque todo a su tiempo con pruebas contundentes por demás, ya que el que no votó y tenía que votar debió votar y si no lo hizo: aparece votando y allí está la tramoya de esa ecuación peligrosa de incógnitas por demás que asustan al más pintado de los humanos que quieren la paz que concede la CEV como santos custodios de dios en la tierra por la burguesía que debió o tiene que ganar en las nuevas elecciones por realizar. O sino seguiremos de fraude en fraude y, difícilmente eso tiene que quedar bien claro: o gana Capriles o se repiten las elecciones o se elimina el CNE.

Y como un detalle de gran envergadura en que el ex candidato tiene en la reserva de su fecundidad mediática por si acaso, es que cuando, María Corino votó por él le salió en la boleta una nariz partida en cuatro pedazos con un letrero que decía nose (nariz) come.

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Esteban Rojas


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