Se perdieron esos reales

Resulta difícil entender que una gente que se parece tanto, como los candidatos de la llamada MUD, compitan entre sí para que uno de ellos los represente como candidato a la presidencia. No está demás decir que los motivos de su similitud ni siquiera los disimulan. No ocultan nada. Se comportan como guapetones, por lo que el malandraje se les cuela por los poros. Son exageradamente descarados y ridículos. Su propuesta programática, que no tienen, nada tiene que ver con aspiraciones populares. Ellos desde hace tiempo andan en otra onda. La de los atajos. Y si de agenda se trata, ya los venezolanos se las conocen.

El empeño de esta oposición, que más que tranquila, es tensa y nerviosa, por las elecciones primarias que realizarán el venidero 12 de febrero. Dicen lo mismo en sus discursos y declaraciones. Cuesta encontrarles diferencias, por lo que uno no se imagina qué elementos toman en cuenta sus seguidores para votar por uno o por otro. A lo mejor es quien es más antichavista. Eso sí, Chávez los une. Si alguna intención tenían quienes les hicieron el supuesto “programa”, eso fue pura pérdida. El fulano “programa”, que casi descerebra a sus tecnócratas, es plato de segunda mesa. Ni pendiente. El problema para ellos es Chávez. Y de verdad lo es. No hay pregunta que respondan en la cual no mencionen al líder Bolivariano. Por eso es muy actual aquello de que Chávez los tiene loco.

Otro empeño, macán o manía, como decimos, es la constante descalificación al Consejo Nacional Electoral, CNE. Esta institución les está organizando sus elecciones primarias. Les ha dado plenas garantías de un profesional uso de toda su plataforma tecnológica. Todo se les ha puesto a la orden. Les abren las puertas. ¿Y qué hacen ellos? Bueno, se portan como lo que son. Los propios desestabilizadores. Todo ha sido una campaña agresiva y grosera contra el CNE. Que quede claro: ellos no se creen el cuento de sus primarias. Eso es un tarugo, porque la palabra elección, así sea entre ellos, no existe en su diccionario.

Allá ellos. Ya veremos los reclamos, la buscadora de culpables y los arrepentimientos por haberse metido en eso de elecciones primarias, en la cual tampoco creen. El escenario de ellos es la guarimba y su deseo es el marco de desestabilización para pedirle al Tio Sam, que por favor intervenga. Y aunque a sus amos no les faltan ganas, se quedarán con los crespos hechos. Que se preparen porque lo que viene es candanga con burrundanga. ¡NO VOLVERÁN!

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Juan Azócar


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