Si Santa falló, no lo culpe, Chávez le pudo expropiar el trineo

Increíble que haya alguien incapaz de reconocer la labor que hace el Gobierno bolivariano durante este desastre natural, en el que un ejército de opositores se lanzó a la calle no para ayudar y colaborar con los miles damnificados que dejan las lluvias y las inundaciones, sino buscando errores y desaciertos que se pueden cometer en el imprevisto, con la finalidad de atacar y denigrar del presidente Hugo Chávez.

Es un seguimiento tan minucioso que todavía en Navidad andaban opositores de refugio en refugio viendo a ver si un carrito de los que les regalaron a los niños no obedecía al control remoto, o alguna muchachita le haló la cuerda a una muñequita de pilas y no caminó ni pidió tete. Esto lo subrayo porque hubo titulares de la prensa nacional que en lugar de destacar el hecho, si se quiere como noticia, lo que buscaban era desmeritar la gestión revolucionaria.

Es asombroso tanta ceguera, tantas ganas de hacer daño. No critico que señalen algunos problemas puntuales que son propios de una tragedia de tal magnitud, pero sería sensato reconocer también el trabajo que hace el Gobierno bolivariano. Yo me imagino esta emergencia en manos de Rafael Caldera o Carlos Andrés Pérez.

En diciembre sólo les faltó reseñar lo del chiste que circuló por mensajito de texto el cual expresa: “Si Santa no llegó, no lo culpe, es probable que Chávez le expropiara el trineo”, y que con toda la mala intención que puede contener, yo humildemente comparto porque el presidente Chávez es capaz de eso y mucho más por los niños de este país.

Si en Venezuela no hay regalos para los pequeños, estoy absolutamente convencido de que el comandante le ordena al vicepresidente de la República, Elías Jaua, que le expropie el Trineo a Santa Claus, envíe los renos al Sur del Lago de Maracaibo y los juguetes a los niños de los refugios. Todavía no se descarta que lo haga antes del Día de Reyes. La oposición llena de odio le va a caer encima, pero el grueso de la población lo apoyará, de eso no hay duda.

Chávez se crece en las circunstancias difíciles y adversas. Lo demuestra cada día más. Actualmente terminó utilizando el rencor y las frustraciones de los enemigos como un termómetro a su favor.

El odio vertido por los opositores haciendo señalamientos, le indican al Presidente donde pueden prevalecer las dificultades que de inmediato ordena solventar. Por supuesto, eso tampoco es una tarea fácil, primero hay que verificar la veracidad de las denuncias, porque bien sabemos que los antagonistas del proceso siempre han basado su estrategia en la mentira.

Pero al fin de cuentas, esa actitud de los oponentes no hizo más que demostrar el excelente trabajo realizado por el Gobierno bolivariano durante la emergencia. El ejército de enemigos detectó muy pocas fallas, y la mayoría de las que publicaron asoman la costura: se les ve por encimita la actitud tendenciosa y la manipulación descarada.

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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