Más locos que nunca

La oposición es tripolar

Los adecos capitalizaron las candidaturas de la oposición a la AN, de la forma capitalista salvaje y socarrona que ellos y solamente ellos representan. Carajazos, zancadillas, billete, ninguneo, “viveza criolla” y la trampa para pendejos que eufemísticamente llamaron “mesa unitaria”, conformaron sus tretas y artilugios para, a pesar de ser como los cuartos en ese micro cosmos político, quedarse con casi todas ellas.

O sea, tomado del adagio popular, más sabe un adeco por sus viejas mañas que por adeco, aunque en honor a la verdad, una cosa es inherente a la otra. Se han asegurado que de coger unos curules, sea su estirpe dictióptera la que continúe y no la de los lechuguinos, manitos blancas, culilocos, brinca talanqueras o cualquier otra especie de advenedizos de cortos pergaminos en la cofradía de los tartufos. Polo número uno.

La cúpula del PPT sintiose robustecida por el régimen de cebada y lúpulo administrado por papá Eugenio. Cual cánidos de quinta, fieles, mofletudos, manganzones y afeitados por el mismo peluquero, movieron la colita desde Barquisimeto hasta la AN. Claro, de acuerdo al entrenamiento, sin ladrar para pasar desapercibidos. Tal vez ahítos de polarcitas, lo hicieron antes de tiempo; eso les cambió el juego y ni aun su diestro chofer atinó a subir los vidrios de la camioneta azul derech-oso antes del concierto canino. Bueno, también en honor a la verdad, él ladró que jode.

Eugenio, quien se las da de genio, se hizo el loco y ahora se dedica a lo que realmente su árbol genealógico sabe siglos ha, especular y acaparar cuanta vaina produce, mientras en cuñas enternecedoras, se clava a la clase media. Como buen oligarca, mantiene a la jauría pepetosa por si acaso alguno se cuela. Polo number two.

La segregación aglutina, si no lo creen pregúntenle a los atrapados de la trampa mesa. El guayabo político los reúne para lamerse entre ellos las heridas de un amor que les fingieron, de un compartir donde comenzaron como comensales y al final no les dieron ni migajas. No llegan a rabo e´ cabuya en ese mundo de cínicos.

Es decir; dentro del mar de cascajos políticos que cunde en la oposición unos son más roñosos que otros aunque sean modelos de los 90´s. El desprecio y la depreciación fueron juicios de valor para meterle ojo clínico a la mercancía. Chigüirito, ni en Semana Santa; Yongo, yo me opongo; culilocos, que se lo vayan a lavar; lechuguinos, ni en ensalada. Sacados de la carretera, asumen la cuneta como trocha electoral. Polo tercero, polo polito polo é.

Digresión

Una doñita, “aliada” de una franquicia de helados y con ínfulas pequeño burguesas, me aborda en un estacionamiento y me dice con una mezcla de asombro e indignación: ¿Qué te parece que ahora van contra la Polar? Esto es inaudito ¿Qué vamos a comer ahora los venezolanos? ¿Mierda? Me quedé mirándola y pensé: de ser así, ella no moriría de hambre, por aquello de que no es lo que entra a tu boca lo que te hace daño, sino lo que de ella sale. En el vidrio posterior de su carro llevaba el grafiti: Polar y Friosa somos todos, defiéndelas. Lo dicho, compa: terminan, en su ignorancia, agradecidos de la oligarquía.

Si lo miras bien, el proyecto político de la oposición va del reciclaje de sus excrecencias hasta el tropiezo con sus propias cagarrutas. Difícil la tienen los disociados esta vez, quienes deben escoger en cuál de esos polos ahorcan sus delirios de salir de la revolución.

En septiembre, con dos tercios que les metamos por el buche, seguro agarran una pea cuyo ratón les durará hasta el 2013.

pladel@cantv.net


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Plácido R. Delgado


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