GUATEMALA -
El 20 de octubre del año pasado (2009), en un pueblo al occidente de
Guatemala, departamento de Huehuetenango, llamado San Antonio Huista,
se develó la placa de un monumento a todos los compañeros y compañeras
muertos y desaparecidos en Guatemala durante el conflicto armado.
Este es el caso de mis hermanos Gisela Irasema López y Carlos Ranferí
Morales López, quienes fueron asesinados en 1982 en Nicaragua, por
órdenes de la Dirección Nacional del Ejército Guerrillero de los
Pobres –EGP- ahora miembros de la URNG de
Guatemala.
Desde esta fecha comenzó para la familia un tormentoso camino buscando
sus
restos. Luego de la firma de la Paz en Guatemala en 1997, las madres
de Carlos
y Gisela comenzaron a exigirle a la dirigencia del EGP una explicación
de lo
sucedido y la entrega de sus restos.
Tras muchas
conversaciones con ellos y con el apoyo de instituciones defensoras
de los
derechos humanos guatemaltecas, se logra que la URNG el 19 de febrero
de 1998, saque un comunicado aceptando públicamente su responsabilidad
en la autoría de hecho.
En una de sus
partes el comunicado dice textualmente así: "es nuestra decisión
y voluntad contribuir a reivindicar la memoria de combatientes revolucionarios
muertos injustamente y, hasta donde nos sea posible, establecer los
hechos y circunstancias en que murieron, entre ellos, Gisela Irasema
López (Beatriz) y Carlos Ranferí Morales López (Otto René), jóvenes
guatemaltecos miembros de unidades guerrilleras que dieron su contribución
y valioso aporte a las filas de la Revolución y a la lucha armada,
pero perecieron víctimas de prácticas y procedimientos indebidos e
injustos".
Sin embargo, tras esta declaración lo que ha seguido es un manto de
silencio
ocultando el paradero de sus restos. Los involucrados en el asesinato
se han
negado a dar el lugar donde los ocultaron. Las madres han recorrido
miles de kilómetros
buscándolos, han tocado muchas puertas con el objetivo de encontrarlos.
Como
ellas dicen, “no descansaran hasta encontrarlos y puedan de estar
manera vencer
la batalla que desde hace 28 años libran contra la impunidad y el olvido.
La falta de
voluntad de los autores de este asesinato hace más largo el sufrimiento
de las madres y familia de Carlos y Gisela, su salud, su moral se ve
afectada día con día en esta búsqueda a ciegas, sin embargo, “la
verdad siempre triunfa, por muy oculta que se
encuentre, un día se descubre, se levanta y triunfa” y ese día sabemos
que llegará, tenemos la fe y la convicción que así será.
No nos queda más que seguir el ejemplo de Marta y Antonia López Herrera,
madres
de Carlos y Gisela y de tantas madres que buscan amorosamente a sus
seres queridos, esperando ansiosamente el momento de encontrarlos y
no dejarlos en el olvido.
Les invito a compartir la develación de este monumento en memoria de
nuestros héroes
y mártires. Un agradecimiento especial a nuestros queridos amigos y
hermanos Los Guaraguao, que viajaron desde Venezuela a este rinconcito
de Guatemala para develar junto a la familia este humilde monumento.
Estos videos
han sido producidos por Ana Bueno, periodista española, amiga de la
familia.
PARTE1: http://www.youtube.com/watch?v=ea9jWGXj_78&feature=channel
PARTE2: http://www.youtube.com/watch?v=Y2QRpjV3X2Q
anabuenobayo@yahoo.es