Juanes ¿Paz con golpes, bases y bloqueo?

¿Cómo, acaso desconcierta la Paz? Pues, entonces ¡muy bien! (aplausos) ¡Congratulaciones! ¡Éxito total! A pesar del insólito, enfermizo y ridículo destrozo de tus discos por los mayameros. Pero, el Concierto por la Paz sin fronteras en La Plaza de la Revolución, en la Habana, por encima de todo prueba una vez más la inmensa tolerancia que la Revolución Cubana ha demostrado siempre por la diversidad cultural y las manifestaciones artísticas, vengan de donde vengan. Sobre todo demuestra que el pueblo cubano (culto, lector, luchador), pueblo de grandes músicos creadores de ritmos, estilos y tendencias musicales, es tolerante y comprensivo de las dudas, dualidades y ambigûedades de quienes mayaméricamente no comprenden la Revolución.

Hasta ahí el espectáculo. En eso estamos de acuerdo. Pero es que, además, ¿dónde está la novedad? En la década de los años sesenta-setenta también se hicieron conciertos de protesta en el mundo entero y, por ser uno de los cantantes pacifistas de época alguna vez le preguntaron a Bob Dylan qué pensaba sobre la guerra de Vietnam y no dudó en responder: "Creo que el presidente de los Estados Unidos debe cagar en su casa" (?)...
Entre otros, el Concierto por Bangladesh en el Madison Square Garden (1971) metió el dedo en la llaga hipócrita de la cultura occidental gobernada por USA imperial que gastaba multimillonarias cifras en armamento bélico para arrasar los pueblos del mundo y olvidarse después de tan abominables crímenes de guerra (pues incluso contaba de antemano con la aprobación de los organismos internacionales y por supuesto, la bendición del Vaticano y del Pentágono).

Esas hambrunas y matanzas las provocaba y las sigue provocando la explotación económica capitalista que aún se apodera de los recursos naturales. Y, en aquellos años 60 y 70, la devastación militar gringa en Vietnam y el hambre de Biafra produjo conciertos y canciones. Por eso el poeta John Lennon escribió Dale un chance a la Paz, quizás la canción más breve y subversiva de todos los tiempos. Y aquellos conciertos se hicieron en el corazón del monstruo, donde también hubo grandes manifestaciones de cientos de miles de ciudadanos que -a pesar de las duras agresiones de los cuerpos represivos- expresaban su absoluto rechazo a la guerra de Vietnam (que perdió Estados Unidos).

Por eso, sería interesantísimo un concierto frente a la casa blanca para pedirle a Obama-Bush-Hilary-Condolezza que le ordenen a Israel el cese inmediato de la destrucción y la masacre sistemática contra Palestina. Y que salgan ya de Irak, Abganistan y... ¡por Dios, QUE CESE LA GUERRA CONTRA EL OZONO.

¿Qué tal entonces un concierto en la casa blanca por la paz del mundo agredido por Narco-USA? ¿Y qué tal sería un concierto frente a la Casa de Mariño para exigirle al Narco Uribe 83 que no llene a la martirizada Colombia de tanta guerra? Porque en la Habana se pidió la libertad de los secuestrados por las FARC. Eso estuvo bien para empezar, de acuerdo. Pero por qué no se dijo ni una palabra (ni una estrofa o un verso). ¡Ni siquiera una metáfora encubierta en eufemismos! ¡Por qué se silenció la ocupación militar y la instalación de las bases yanquis en Colombia. ¿Será que no es una guerra el sangriento sufrimiento de Colombia? ¿Y qué tipo de paz le traerán a Colombia los miles de soldados narcodependientes (¡drogadictos!) que ocuparán las bases militares en la tierra de Ricaurte, Girardot, los dos Camilos Torres y el gran latinoamericano Gaitán? ¿Será que a la par de las bases instalará Israel colonias de usurpación como en Palestina?

¿Y por qué en el concierto de la Habana no se pronunció ni una sílaba contra el cerco (bloqueo) criminal que desde hace décadas mantiene Estados Unidos contra la república de Cuba? De todos modos tengo la remotísima esperanza de que en alguno de los futuros conciertos (en el de Nueva York, por ejemplo) algún cantante (¿Alejandro Sánz, por ejemplo?) se atreva a decir ni ñe contra USA-Israel, narco-guerreristas y enemigos de la Paz...

¿Será que mientras no haya sinceridad ni valentía "La Paz será una guerra perdida" (que sin embargo produce dividendos, como dice A.F. en La rebelión de los disjuntos, novela, 1ª Ed. MPPCultura, 2005). Y no olvides, amigo Juanes, la verdadera Paz es sincera, honesta y revolucionaria. Lo demás es estrategia comercial para multiplicar las ventas. Claro, los mayameros hicieron el show de martillar tus discos. Eso demuestra lo que son, aberrados y psicópatas. Pero si en el concierto hubieses censurado el bloqueo a Cuba y las bases militares de USA en Colombia te declararían "amigo de Chávez y Fidel" y mientras produzcas dinero a empresas mayameras fingirían que sólo les interesan tus discos. Así son los "exiliados" de allá...


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Amable Fernández

Escritor surmerideño.

 amablefernandezs@gmail.com

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