Primero que nada, Israel comenzó esta guerra de agresión contra Irán, atacando sin que existiera ninguna provocación de la Nación Persa, y lo hizo con el conocimiento y el apoyo total de la administración del Imperio Corporativo en Washington. La entidad sionista y sus patrocinadores no solo están atacando centrales nucleares, con el peligro que esto significa para todo Oriente Medio, sino que han atacado edificios residenciales, estaciones de policía, canales de televisión, ambulancias y hasta el edificio sede de la Media Luna Roja. Ataques que sin duda pueden ser considerados crímenes de lesa humanidad.
El Payaso anaranjado hoy al mando de esa administración imperial, personalmente autorizó al mataniños de Netanyahu para que atacara a Irán, suministrando datos de inteligencia y entregándole a la entidad sionista 300 misiles Hellfire tres días antes del ataque, con pleno conocimiento de que serian utilizados para ese fin.
Todo esto, mientras Trump y su administración distraían a los persas con la posibilidad de llegar a un acuerdo, en una próxima reunión a realizarse en Catar.
Trump se convierte así en un criminal, pues en caso de guerra, engañar a un enemigo con promesas para ganar su confianza y luego obtener una ventaja militar ilegítima, es considerado Perfidia, y es una violación del Derecho Internacional Humanitario y un crimen de guerra.
En un artículo del Wall Street Journal se admite descaradamente que, inmediatamente después del primer ataque Israelí, las fuerzas Estadounidenses actuaron desde tierra, aire y mar para detener los misiles con que los Persas respondieron a la agresión sionista.
Los planes son claros y para nada son nuevos. La guerra contra Irán no tiene nada que ver con su programa nuclear, el plan es lograr la caída del gobierno legítimo de Irán para instalar un gobierno títere, totalmente genuflexo a los designios imperiales. Esto implicaría por supuesto la destrucción total de la infraestructura Iraní y brutales bombardeos a sus principales ciudades. Algo que acabamos de ver en Gaza y que ya vimos hace años en Beirut en 2006.
El Imperio necesita mantener su hegemonía en el Oriente Medio y para lograrlo, tiene que obligatoriamente acabar con el eje de la resistencia destruyendo a Irán, colonizando totalmente a Palestina, para luego terminar de destruir al Libano y a Siria y así completar el anhelado proyecto sionista del "Gran Israel".
Como les dije estos planes no son nuevos. Según las declaraciones de un ex comandante de las fuerzas de la OTAN, el Coronel Wesley Clarck, justo después de los auto atentados del 11 de septiembre le fueron revelados planes para atacar y cambiar los regímenes de siete gobiernos comenzando con Irak, luego libia, Siria, Líbano, Somalia, Sudán y la joya de la corona la República Islámica de Irán. Como ven todo va de acuerdo al plan. Un plan que, en su ultima entrevista en el podcast del guerrerista Steve Bannon, el General retirado Michael Flynn, quien sirvió como asesor de seguridad nacional en el primer término de Trump como presidente y además fué director de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA por sus siglas en inglés) durante el gobierno de Obama, confirmó plenamente, recalcando que el principal motivo de la guerra contra irán era lograr un cambio de régimen y que el blanco final de estos ataques es en realidad la República Popular de China.
Algo de lo que no se habla mucho, es la similitud en el modus operandi de los ataques con drones realizados contra la tríada nuclear de la Federación rusa y la arremetida terrorista del Mossad contra las defensas aéreas de Irán justo antes de las respectivas reuniones para llegar a acuerdos y evitar más conflictos. Esperemos que los servicios de inteligencia y contra inteligencia de nuestro país, tengan en cuenta este tipo de actos terroristas, y estén muy pendientes de que aunque la nueva guerra fría es con China, las fuerzas imperiales no cesarán en su empeño por apoderarse de nuestros recursos.
El Imperio Corporativo no busca la paz, todo lo contrario. Todas las crisis del capitalismo moderno han sido solucionadas con guerras y esta no será la excepción. Debemos entender que el Imperio Occidental está derrumbándose, la llamada civilización eurocéntrica se pudre en una decadencia total. USA tiene una deuda impagable y los países de la Unión Europea, junto al Reino Unido, van camino a una profunda recesión, liderados por personajes impresentables y totalmente incompetentes.
La guerra contra Irán es en realidad una guerra contra los BRICS y la Organización de Cooperación de Shangai. Es una guerra contra el nuevo mundo multipolar que hoy se levanta indetenible ofreciendo soluciones posibles a los problemas creados por casi un siglo de un poder hegemónico imperial, ejercido a mansalva por los dueños del poder financiero Occidental y sus lacayos de turno.
Recordemos otra vez las palabras del profesor Rafael Bautista Segales: " un imperio no lucha por algo, lucha por todo y si no lo consigue, luchará para que nadie tenga nada".
El pueblo venezolano debe mantenerse firme y constante en su lucha anti imperialista y en el proceso de cambio hacia el estado comunal. Debe también mantenerse unido y atento para evitar los actos terroristas y otros métodos de desestabilización que muy probablemente intente el Imperio en su afán por mantener su hegemonía y lograr finalmente el dominio global total.