La macdonalización imperial

Mucho se está discutiendo sobre la supuesta nueva doctrina de seguridad de la administración imperial, y digo supuesta, porque al imperio no se le puede creer "ni tantico así", menos si el administrador imperial es un mafioso neoyorquino con ínfulas de reyezuelo no solo respaldado, sino también manejado, por las grandes corporaciones de la muerte y el sionismo internacional.

A pesar de todas las fallas y contradicciones, en esta nueva doctrina se pueden leer perfectamente las intenciones de la administración imperial en esta etapa de la gran guerra que apenas comienza, una guerra entre dos sistemas económicos que determinará, si no destruyen todo al final del conflicto, la nueva arquitectura económica global.

El imperio admite que, por ahora, no puede combatir militarmente de forma frontal, ni contra China ni contra Rusia, por lo que decide replegarse y reimplantar la doctrina Monroe, que siempre fue América completa, desde la Patagonia hasta Alaska, para las corporaciones de los Estados Unidos.

Esto por supuesto implica expulsar a china de toda el área de Centro América, Sur América y el Caribe, lo que no significa que el imperio occidental vaya a abandonar sus esfuerzos para mantener su hegemonía global, ya evidentemente debilitada por los BRICS y otras nuevas alianzas, sino que la redefine de forma diferente, con una mirada de negocios mafiosa pero sin abandonar las tácticas militares, como lo estamos viendo en el mar Caribe.

A nivel internacional esto implicaría lo que algunos llamamos la macdonalización imperial, o sea las franquicias. Regiones como el Medio Oriente, la Union Europea y países como Japón, Filipinas, Corea Del Sur o Australia tendrán que pagar franquicias al imperio y sacrificar sus economías para ayudar a "volver América Grande otra vez", además de ayudar a mantener conflictos regionales, guerras proxy y demás marramucias que sirvan para seguir sembrando el caos y la muerte, algo que sin duda podemos ya observar claramente en el conflicto entre la Federación Rusa y la OTAN.

Además, estas franquicias se verán obligadas a trasladar sus principales industrias a tierras estadounidenses ayudando así a esa re-industrialización tan cacareada por el payaso anaranjado, dejando de lado, claro está, que la principal causa de la desindustrialización gringa fue impulsada, más que nada, por las grandes corporaciones de la muerte en su insaciable afán de lucro y por el empeño de pasar de una economía productiva a una economía financiera de casino que hoy ya se ha expandido casi por todos lados.

El gran despliegue de la armada gringa en el Caribe es parte de todo este plan. El apoderarse de los inmensos recursos de la Nación venezolana le proporcionaría el respaldo suficiente para seguir creando deuda y mantener vivo por algún tiempo más un sistema económico que no es más que una gran estafa Ponzi. Además el bloqueo indudablemente debilitará aún más a la economía venezolana y perjudica directamente al golpeado pueblo de Cuba.

Venezuela, Brasil y Colombia son los tres enemigos principales en la mira del poder imperial. Desestabilizar a Brasil es un ataque directo a los BRICS y el ataque Venezuela es un ataque directo contra Rusia y China – principales miembros de esta organización - naciones que vienen haciendo grandes planes de inversión y han firmado numerables acuerdos de todo tipo con este nuestro querido país caribeño.

Este nuevo "corolario Trump", sugiere entonces que China y Rusia tienen que marcharse totalmente de su área de influencia, o sea todo el continente americano, mientras el imperio corporativo gringo sigue metiendo sus asquerosas y sangrienta pezuñas, directa o indirectamente a través de sus agencias de inteligencia, léase CIA, MI6, MOSSAD y demás, en las áreas de influencia de estos dos grandes poderes, todo para tratar de mantener la hegemonía del imperio occidental, algo que todos sabemos no es más que un sueño mojado de las elites corporativas y su maniático en Washington ya que los cambios por venir son imparables, a no ser claro está que lo que se busca en un conflagración directa entre la OTAN -incluyendo a los gringos por supuesto- y Rusia, conflicto que indudablemente se expandiría a nivel global muy pero muy rápidamente y todos sabemos lo que eso significa. Recordemos que en una escalada constante como la que mantienen los guerreristas europeos con Rusia, un simple error, un pequeño accidente nos pueden llevar a una conflagración nuclear.

En mi condición de Conspi-paranoico incurable, humildemente pienso que las elites occidentales buscan una crisis económica global que conduzca, entre otras cosas, al caos y la desestabilización total del sistema mundo y la creación de guerras aisladas de menor y mayor escala, que eliminen a una gran parte de la población mundial y traigan una destrucción generalizada de infraestructuras importantes y la ruptura total de las cadenas de suministros, lo que obligaría a un gran reseteo para mantener vivo un sistema capitalista que en palabras de Marx siempre ha llevado consigo "las semillas de su propia destrucción".

Ante esta posibilidad tan oscura y como antídoto al corolario Trump le robo a la compañera @Juliabuenaventura, su extraordinario slogan " OPTIMISMO O MUERTE"!



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Gustavo Corma


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