La Tierra plana

Un científico español, Alberto Nájera, se niega a debatir con una persona que sostiene que la Tierra es plana, "por tres razones, la primera es que está en un libro de primaria".

Pues yo le contesto, sin creer ni dejar de creer esa teoría que está ya pidiendo a gritos que se refute de manera clara la tesis, pues en general, viendo y oyendo en YouTube razonamientos que da la impresión de ser de auténticos científicos, aunque no se diga, muchos estamos deseando el encuentro o el desencuentro definitivo para despejar el asunto y clarificarlo. No nos conformamos con las explicaciones de primaria, queremos las de Secundaria. Pues, en primer lugar la Ciencia no es una religión dogmática ni una ideología. Los científicos son los más humildes. Saben que, como dijo el Einstein de edad avanzada, que "dos y dos son cuatro hasta nueva orden". Pero también conocen el dramatismo histórico que acompaña a la antinomia geocentrismo-heliocentrismo, considerados los conceptos desde la ciencia vaticana. Hoy la ciencia no está en el Vaticano, hoy está en organizaciones prácticamente privadas, como la OMS. De aquí nuestro interés…

Con motivo del COVID-19 era impresionante el número de veces que se ponía en la televisión como pantalla, a la "comunidad científica" para que toda la población soportase la "tesis" oficial y luego las vacunas. Los periodistas y parte de los científicos hablaban ex cátedra, como si la Ciencia estuviese en un edificio, una sede social o fuese una institución. Son muchas las veces que la Ciencia, considerada por este caballero de otra forma, ha tenido que rectificar. Stephen Hawkings sostuvo gran parte de su vida la tesis creacionista, refutando la generación espontánea. Al final de su vida, dijo lo contrario. Consultar hemerotecas…

No está dispuesto este científico a "debatir una certeza científica como ésta, capital, en el ámbito de las opiniones". Parece saber mucho esta persona, pero ignora por lo que veo, la diferencia entre doxa y episteme, opinión y ciencia, que distinguían los antiguos griegos. No existe nada "apodíctico", que significa "lo necesariamente verdadero", salvo el dogma: "lo que queda de una idea después de haber sido aplastada por un martillo pilón", en palabras de Ortega y Gasset. Rehuir, desdeñar, despreciar un debate o coloquio como éste, o es no saber cómo replicar la sustancia del asunto razonada antes por un disidente, o es temor a no ser capaz de persuadir.

Me avergüenza la mayoría de la población española, sobre todo la del centro geográfico, al seguir escrupulosamente las "verdades" oficiales puestas en circulación a través del periodismo, por minorías que se imponen en Universidades, en Academias o en Oráculos. Pues todo, toda "realidad", no es más que el resultado del acuerdo entre unas minorías, la mayor parte de las veces las menos dignas de credibilidad en asuntos delicados como éste. Pasa lo mismo que con las conversaciones y tertulias: es muy difícil que no discurran al nivel del menos inteligente de los presentes….



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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