El declive de El Intermedio

Tras el esplendor y la buena fama del humor de un artista que ha durado mucho tiempo, llega inevitablemente su declive. El Intermedio y su humor actualmente me recuerdan al Chaplin de "Candilejas", el triste proceso del ocaso del artista...

La ironía, de la realidad rebaja o atenúa lo desagradable. La sátira pulveriza lo desagradable, lo odioso o lo abominable hasta hacerlo grotesco y ridículo que nada tienen que ver con el humor. El Intermedio ha terminado siendo un telediario, un noticiero, una gaceta más de las mismas noticias que distribuyen las mismas Agencias a todos los medios. Y resulta que, además, la noticia en este tiempo y en España es cualquier cosa menos agradable. Le quedan al programa unas gotas de chispa, eso sí, pero más basada la chispa en la personalidad, voluntad y énfasis que pone el presentador en la gracieta, que propiamente en verdadero humor. Creo que El Intermedio ha tocado fondo. No por El Gran Wyoming, hombre de grandes ideas y razonamiento, de gran desparpajo y de humor inteligente y al tiempo ingenuo que me recuerda al incomparable Groucho Marx, al que tiene de manera casi permanente como referente. Ni tampoco por los demás que forman parte del equipo visible. No sé si por los guionistas, o porque sencillamente todo está condenado al desgaste y al envejecimiento. La flojedad y los altibajos son inevitables. Se comprenden. Y por eso se disculpa su deriva. Pero me sospecho que del Intermedio debe estar harto hasta el mismísimo Wyoming.

A las situaciones ridículas que a menudo generaban los políticos les ha sucedido otras desmesuradas envueltas en un clima convulso, de tensión creciente que, por más que se intente, no se presta a la broma. Y uno se pregunta: ¡cómo puede hacerse humor, ironía, sátira o sarcasmo del drama de la inmigración en las pateras, del drama de la violencia machista, del drama de las víctimas visibles e invisibles de la enfermedad! Sobre todo, ¡cómo hacer humor del drama de un partido político que, debiendo estar en lo más alto de la valoración del pueblo porque España necesita un rápido revulsivo, lleva camino de convertirse en comparsería de unos políticos y de unos partidos que debieran ser tratados en Europa cómo indeseables! Cada día queda menos espacio para la sátira. Cada día hay menos luz y más oscuridad. Y si las circunstancias que atraviesa el mundo y especialmente España no invitan precisamente a reír, qué decir sobre lo que cada vez más difícil es hacer reír... No creo en absoluto que al agudísmo e inteligente Wyoming se le escape todo esto.

Todo se pone en contra del humor en El Intermedio: el envejecimiento, la situación sanitaria y un clima en la calle y en las instituciones que parece conducir a una estampida o a un estallido. Y bien que lo siento, pues habiendo cerrado mi día a día con el programa durante muchos años, cada día me levanto antes del sillón...



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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