La verdad sobre la mortalidad del COVID-19

La última información sobre la mortalidad y peligrosidad es que en Brasil las víctimas del COVID-19 SUMAN YA LA TRÁGICA CIFRA DE 72 MIL MUERTOS. Así, puesto en grandes titulares. Es lamentable, pero hasta donde se sepa los brasileños por muy jactanciosos que sean aún no aspiran a la inmortalidad y en cualquier mes del año puede haber 72 mil difuntos en Brasil. Solo que algo más adelante se lee que el total de personas infectadas llegó a la ASTRONOMICA cifra de un millón ochocientos mil. Lo malo y grave de una enfermedad es que mate un porcentaje alto de las personas que la contraen.

Ahora bien, esas mismas cifras, por más que sean dichas con titulares y con altavoz demuestran matemáticamente que el COVID -19 Está muy lejos de tener una alta peligrosidad como enfermedad mortal; pués la simple operación de dividir 72000 por 1800000 arroja 2,2% una cifra muy baja de mortalidad para hacer tanto alboroto y restringir tantas libertades, garantizadas por las contituciones, con el pretexto de proteger la salud pública. Para colmo se habla de una nueva normalidad, como si de alguna manera puede ser normal el uso general de bozales . En Suecia, en pleno invierno sueco; hubo apenas una mortalidad del 8% de los infectados. En Suecia, el país que se negó a imponer restricciones a las libertades de sus ciudadanos por el cuento del COVID-19. Es bien sabido por los terroristas que cuando se quiere imponer a la población algo que no aceptaría de buen grado hay que aterrorizarla. Sospecho que con la deliberada campaña de atemorizar a la entera población mundial con exageraciones sobre un peligro que la aritmética de letalidad demuestra que no es más peligrosa que una gripe corriente hay un objetivo inconfesable. Por ahora creo que se trata de un secuestro de libertades ciudadanas para condicionar su devolución al sometimiento de la población a ciertas medidas como dejarse instalar programas de espionaje en sus teléfonos móviles o dejarse inyectar vacunas sospechosas para devolver el derecho ancestral humano a circular a rostro descubierto.



 



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Umberto Mazzei

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Florencia (Italia ) y Profesor Emérito de Relaciones Económicas Internacionales del Instituto Sismondi de Ginebra (Suiza)

 umbertomazzei2@mail.com

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