150 aniversario de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin

Intentar valorizar la magnánima figura histórica de la revolución proletaria mundial del siglo XX, es sin duda un trabajo que por más acercamiento al estudio de su imprescindible obra, esta no podría estar desvinculada ante el compromiso político y los principios comunistas militante demostrado en creces por su formidable y consecuente praxis vigente, indudablemente que la práctica y la teoría, su indisoluble unidad nos coloca frente a una inacabada deuda que debería de comprenderse ante la significación materialista histórica en su devenir al traste de estos tiempos decrépitos de la más terrible crisis del sistema capitalista y decadente hegemonía global del capital, es decir del imperialismo que propicia la escalada embestida sistemática de dominación, recuperación, apropiación y control de las fundamentales regiones estratégicas del planeta donde se concentran las más potenciales biodiversidad y materiales preciados determinados para el mantenimiento volátil de la anarquía de la producción que ejerce el desarrollo del mercado corporativo de la industria tecnológica capitalista reemplazante de importantes commodities que están siendo fulminados por la lógica metabólica del capital y al otro lado la incesante expoliación de reservas naturales energéticas previstas de agotamiento. Consecuencia del estado terminal que enfrenta el actual desequilibrio medioambiental, la reproducción indiscriminada de agentes contaminantes, el deterioro del tejido orgánico de la tierra, en suma, la proclive destrucción inminente de la biosfera que nos conlleva al suicido colectivo ejercido por nuestra propia especie humana.

Son algunos de los factores objetivos que entran en la óptica mundial de las contradicciones de clase, poder, hegemonía, modo de producción, en tanto, de la actual lucha de clases dinamizada en un contexto literal de hacer viva la consigna de Rosa Luxemburgo de "socialismo o barbarie" a la que equiparíamos de exigencia trascendental en "Comunismo o muerte". Cuando ciertamente vivimos la travesía de la máxima pauperización sobre la existencia de cualquier forma de vida del planeta, ya lo pronosticaría por medio del materialismo histórico Carlitos Marx "El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros". Encontrándonos en una inclemente crisis del capitalismo de 2020 que nos azota en su plena magnitud devastadora expuesta tras el rostro de una pandemia viral que viene cobrando el deceso de millones de vidas humanas, demostrándose el inalienable fracaso del modo de producción capitalista que en una nueva configuración de condiciones orgánicas dialécticas de seguro lograra recomponerse por nuestra incapacidad como proletariado de lograr transformar la realidad; separando las diferencias sustanciales en otro pasado contexto histórico, V. I. Lenin le habría atendido con aquel particular folleto "La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla".

 

La obra y el legado más prodigioso entregado al futuro de la humanidad

 

El gran hereje del zarismo ruso, el genio del asalto al cielo en el saber de la experiencia inspiradora de las rebeliones de los pueblos como lo es la guerra de guerrillas, líder de la conspiración insurreccional, diseñador de la propaganda política en la agitación de las masas obreras, estratega táctico del uso de la arena parlamentaria, ilustrador de la materialización del marxismo, del ideario científico y revolucionario contribuido por la colosal herencia de los maestros Karl Marx y Friedrich Engels, del pensamiento y la acción transformadora de la realidad, artista de los antiguos trazos presocráticos en la consumación de la praxis, el campeón olímpico de los pesados de todos los tiempos en el combate contra los reformistas/revisionistas/populistas/socialdemócratas, todo ello es Lenin y nos quedamos reducidos bajo cualquier examen político biográfico, encontrándonos muy lejos a años luz de cualquier pretensión de alevosía, fanatismo ideológico o culto a la personalidad, el palco de la historia en su constante movimiento resulta la absolución precisa acorde a los anales de los registros historiográficos, en las toneladas de concreto afianzadas por monumentos dictados a la memoria de la erudición incalculable a quien amalgama el seudónimo de Lenin, Ulianov.

Alfarero del partido proletario más grande que se haya conocido en cantidad y cualidad revolucionaria, el Partido Comunista de la URSS que lucho por alcanzar a liberar a los pueblos del mundo de la cadena esclavizadora del imperialismo, que fecundo insondables hazañas para llegar al Comunismo.

Adalid de la gran revolución socialista de octubre, quién encendió las ruinas de la vieja sociedad del imperio ruso, en favor de la exigente transformación de la inmundicia de la opresión al modo de vida de la emancipación.

Motor y estadista del primer estado socialista del mundo, la URSS, irradiando una nueva etapa social de la Humanidad.

Sagaz virtuoso de la tinta orientadora de increíbles batallas triunfantes por la superación de la cultura burguesa y de la ignominia del mundo atrasado con miles de escritos condensados en 55 tomos, vehemente orador de la palabra encendida de inspiración y coraje penetrante infundido de consciencia de clase entregado a los soviets, un ser humano fuera de serie de una cultura espiritual y moral para crear la nueva mujer y el nuevo hombre.

Pensador ensayista del futuro ser humano, donde las relaciones entre la diversidad étnica de los pueblos y nacionalidades se fundiesen en el reconocimiento de su gama cultural universal, con el aplastamiento progresivo de las jerarquías sociales del arcaico mundo.

La vida de Uliánov es una asechanza constante por la edificación de prácticas reales para un nuevo tipo de sociedad. Brindo la luz de la emancipación y encauzó a la humanidad hacia el socialismo comunismo.

La revolución social hecha por las y los trabajadores bajo el liderazgo de Lenin y su partido bolchevique, es un alcance evolutivo que se pueda llegar a conocer en los registros históricos del estudio sobre la génesis del desarrollo de los seres humanos, sus sendas proezas transformaron la cultura, los hábitos, las formas degeneradoras del salvajismo absoluto imprimido por el viejo régimen feudal por nuevas leyes para conformar el ser colectivo, íntegro y dignificante.

La planificación y cimentación del primer estado de consejos (soviets) trabajadores y agricultores del mundo no dejo ninguna duda por medio de la práctica que otro sistema político, económico, social sin propiedad privada de los medios de producción es auténticamente posible y no una utopía.

Fue por primera vez en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) donde se conozca que se haya logrado transformar las relaciones sociales por fuera de las convenciones del capital, para que los seres humanos no fueran explotados, sus fuerzas de trabajo no fueran robadas, y las producciones fuesen gozados por millones de proletarios.

Ha sido en la URSS de Lenin y los bolcheviques donde se levantó una sociedad plenamente libre, impulsora de los grandes avances del desarrollo científico y tecnológico, energético nuclear al servicio de la defensa de la dignidad de los pueblos que luchan por su liberación y autodeterminación, haciendo entender que la abolición de la propiedad privada es posible, que sin la explotación de unos seres humanos por otros seres humanos, significa la salvación de las nuevas generaciones y del planeta.

Lenin y el marxismo

Para Lenin el sistema científico de Marx que devela el significado objetivo no es otro que "el concepto de las relaciones de producción" y el Materialismo crítico no es otra cosa que "la explicación de las formas sociales por las condiciones materiales". En su primer texto importante de 1894, "¿Quiénes son los Amigos del Pueblo?", Lenin cita muchos textos desconocidos de Marx en la época de la Rusia zarista donde estaban prohibidos los textos de Engels y Marx, así como sus Cartas a Arnold Ruge de 1843, la Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel de 1843, la Misére de la Philosophie (en francés) de 1847, la maldita Die deutsche Ideologie de 1845, la Una contribución a la crítica de la economía política (Zur Kritik der politischen Ökonomie) de 1857-1859, la correspondencia de Marx con la redacción de la revista rusa Otetschestwennyje Sapiski (El memorial de la patria) a causa de un artículo del liberal Michailovski, además de El Manifiesto del Partido Comunista, obra que en la Rusia zarista solo podía conseguirse bajo edición alemana de contrabando; según Krupskaia confiesa que recién pudo leerlo en el año 1898 y en el exilio. Cabe destacar que Lenin traducía del alemán aprendido de su madre y el francés cuando estudiaba con su hermana Olga los textos de Marx que le interesaban. Das Kapital (primer volumen), el Anti-Dühring, los textos de Engels sobre Las tesis de Feuerbach y El origen del Estado y la familia. Lenin además había leído varias obras de Feuerbach, como Grundsätze der Philosophie der Zukunft (1843) y Vorlesungen über das Wesen der Religion (1851).

En ese texto sobre Las tesis de Feuerbach, además Lenin por primera vez se acerca de manera detallada al problema de la Dialéctica, al señalar que "lo ideal no es más que el reflejo de lo material" y estableciendo una fórmula materialista que tendría gran futuro: "La Verdad abstracta no existe, la Verdad es siempre concreta". Lenin utiliza en muchas oportunidades el estratégico segundo prólogo de Marx a Das Kapital que aclara malentendidos sobre su Método y donde explica la diferencia entre el Modo de Investigación y el Modo de Exposición. Asumiendo que se debe razonar, pero en "forma dialéctica", ya que Lenin consideraba a la sociedad burguesa como "un Organismo vivo, que se halla en continuo desarrollo (y no pensarlo como algo mecánicamente enlazado y que, por ello, permite toda clase de combinaciones arbitrarias de elementos sociales aislados) y para cuyo estudio es necesario realizar un análisis objetivo de las relaciones de producción que constituyen una formación social determinada, estudiar las leyes de su funcionamiento y desarrollo". En ese sentido, da cuenta que el análisis materialista debe ser especial en cuanto debe considerar las condiciones en las que debe aplicarse en forma concreta los principios dialécticos generales esbozados por Marx. Es el que debe establecer objetivamente "el principal campo de batalla político".

Recuperar el espíritu de Lenin es recuperar la lucha por el comunismo

Mediante la densa agonía cavada entre los pasajes de la historia que se han cruzado por el siglo pasado imbricado de guerras mundiales que abrió paso del capitalismo de libre cambio a la expansión de la concentración de capital monopólico en la que es fiel servil los Estados permitiendo la atenuación de eslabones de cadenas de dominación político-militar-financiero que han dado lugar al vigente imperialismo que vislumbra Lenin en su virtuoso apronte Imperialismo fase superior del capitalismo (1916). De tal manera que es sobre estos resortes históricos que a su vez crujen los estallidos de la lucha revolucionaria desde mitad del siglo XIX a las convulsiones en toda Europa a inicios del siglo XX.

Justamente va a ser en este contexto histórico el período del auge del reformismo. Luego que se produjera el descalabro miserable de la II Internacional en 1914, de la cual nada más y nada menos que Karl Kautsky fue uno de sus prominentes líderes. Personaje que va ser enfrentado directamente a través de la dura y merecida refutación que le hace V. I Lenin, a quien llego a ser secretario de Marx, Karl Kautsky, éste escribió un folleto denominado La dictadura del proletariado, aparecido en Viena en 1918, al que Lenin, le responde con otro folleto, La revolución proletaria y el renegado Kautsky, señalándolo abiertamente de la siguiente forma: "El folleto de Kautsky constituye un ejemplo evidentísimo de la más completa y vergonzosa bancarrota de la II Internacional, de esa bancarrota que hace tiempo está en los labios de todos los socialistas honrados de todas las naciones. El problema de la revolución proletaria se pone ahora prácticamente al orden del día en bastantes países. De ahí que sea imprescindible analizar los sofismas de Kautsky, propios de un renegado, y ver cómo éste abjura por completo del marxismo".

Lenin pone al descubierto al revisionismo y lo confronta de manera vehemente sin medias tintas ni hartazgos desde su primer asomo en el ring de la batalla de las ideas y de la lucha de clases intentando mantener a raya a aquel adefesio al que recurría la burguesía para atacar al marxismo. Y es que va a ser el revisionismo la ideología que se interpondría sobre este escabroso camino. La ofensiva contra el revisionismo bernsteiniano que encabezaba Kautsky fue contundente de su parte.

En el verano de 1917, Lenin redacta El Estado y la Revolución, que es un balance general de la experiencia histórica del proletariado internacional y una actualización del marxismo como teoría revolucionaria, depurada de muchas de las inconsistencias que se le habían añadido a lo largo de décadas de práctica reformista. El Estado y la Revolución es un retorno al marxismo originario y una revivificación de su espíritu revolucionario.

Después de caracterizar al Estado como instrumento de opresión de clase y de establecer la necesidad de su destrucción por el proletariado y su sustitución por un Estado-comuna, Lenin aborda en su libro la cuestión de las "bases económicas de la extinción del Estado". Al final de este capítulo, cuando se dedica a esclarecer las peculiaridades de la "fase superior de la sociedad comunista", Lenin recurre a una cita de la Crítica del Programa de Gotha de Marx:

"...En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo y, con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y fluyan con todo su caudal los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: ‘De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades'" .

El pensamiento volcado de Lenin durante 1918, entonces, todavía cabía la interpretación marxista de la sociedad de transición de la sociedad rusa comprendida como conjunto complejo de relaciones sociales de producción en el que conviven lo viejo y lo nuevo: todas las formas económicas heredadas -desde la economía natural, hasta el capitalismo de Estado-, junto con la posibilidad y la capacidad del proletariado, desde su posición económica de clase dominante, de revolucionarlas en la dirección del comunismo, en la dirección de destruir las premisas que las convierten en relaciones de reproducción de la sociedad de clases, con el fin de transformarlas, como conjunto, en la base económica de la sociedad sin clases, del comunismo.

Considerando que durante todo este tiempo el debate político e ideológico en el seno de la dirección del partido sobre temas fundamentales programáticos en el desarrollo de la transformación de las esfera económica, el desarrollo de las fuerzas productivas, y sus aspectos inherentes a la relación social, el desenvolvimiento de las fases del modo de producción, el encontrar las formulas de concreción sin perder la perspectiva transformadora ulterior de extinción de las clases sociales, se encontraban al orden del día en medio del hostigamiento de los ejércitos de las potencias imperialistas que luego acompañaron al nazi fascismo luego del deceso a otro umbral leve que le fue arrebatado en poder vivir muchos años más puesto al servicio más noble de conseguir el anhelo de la consagración del comunismo.

Sin embargo, en aquellos vaivenes de álgida consternación en la resistencia y el avance por la persistencia de tratar de mantener a flote la obra de la URSS. La lucha en el debate político como parte de la lucha de clases era realmente incesante. Las pugnas y las contradicciones eran expresión del ardor ferviente de toda sociedad que empuja sobre sus espaldas a la gran roca de la dominación burguesa y el conjunto de sus formas de Estado.

La máxima enseñanza de Lenin en el combate contra el reformismo y el revisionismo, siempre fue la de no renunciar a la lucha de clase proletaria, a la dictadura del proletariado (la democracia más plena de las clases explotadas donde se extingue la división social del trabajo que abre paso a un sistema de condiciones políticas, sociales y económicas de igualdad sobre sus relaciones sociales y de propiedad).

Homenajear a Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, es comprender la ineluctable exigencia que nos convoca trascender al régimen del capital, llevar al entierro al imperialismo y al modo de producción capitalista. Es concebir la crítica y la autocrítica sobre los acontecimientos históricos que penosamente llevaron a la desintegración a la URSS. Conlleva a entender que la tarea de los militantes comunistas y los partidos comunistas no es la conciliación de clase con las burguesías en connivencia con el capitalismo de Estado, las socialdemocracias y los reformistas. Es asumir las contradicciones de clase en el contexto histórico actual de la época y sus realidades determinadas sin traicionar al pensamiento original de Marx, es no claudicar en la prostitución de la revolución proletaria por la falsedad teórica de los oportunistas, los pequñoburgueses, los renegados de la ciencia filosófica del marxismo, y los aventureros de los adefesios del progresismo y del socialismo del siglo XXI.



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Sergio Smith Gil

Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

 sergioconbolivar@gmail.com

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