¿Por qué cuando tienes un puesto en la administración pública cambias tu esencia por la arrogancia burocrática y déspota?

¿Por qué este título mis queridos compatriotas? Sencillamente porque a pesar del los esfuerzos por cambiar el viejo sistema burocrático sembrado raíz adentro desde hace muchos años en nuestras instituciones administrativas del estado venezolano.

Vemos con preocupación que aún se mantienen los mismos vicios de Acción Democrática y COPEI, donde se cumplía un horario, se limitaba la cantidad de personas en las oficinas de atención al público, los trámites administrativos donde se evidencia el amiguismo y la famosa” palanca” o el nuevo término “padrinos mágicos” quienes protegen a personas que no cumplen con el perfil necesario para asumir una responsabilidad en la administración pública.

A pesar de esos cambios efectuados en la Revolución Bolivariana, se sigue practicando el maltrato y explotación al empleado, por aquellos individuos que asumen cargos de coordinadores, directores de línea, de operaciones, y se guardan en el bolsillo derecho su humildad, de donde vienen, sabemos que muchos son preparados y formados, pero en su mayoría en el viejo sistema educativo mercantilista, capitalista, donde solo se les enseña a explotar y a maltratar a ese compatriota y esa compatriota que para ellos son inferiores.

Otro factor es la mala gerencia, por ineficacia, por falta de seguimiento y control de las autoridades, y el asumir posturas erróneas que tientan contra las leyes administrativas, como los estatutos de la administración pública, la Ley Orgánica del Trabajo, actitudes de maltrato verbal hacia los funcionarios o servidores públicos.

Esto con la intención de retrasar este proceso de cambios estructurales para la verdadera democratización de las instancias y mecanismos del Estado.

Es por eso que hacemos ese llamado a la contraloría social, a los entes encargados de procesar información, denuncias, el respeto a las normas y reglamentos internos y su cumplimiento.

Y es necesario evaluar a esos ciudadanos y ciudadanas que asumen cargos públicos que respeten dichas normas, que predomine el compañerismo, la camaradería, la humildad y honestidad con su equipo de labores.

Que los jefes pasan pero la gente queda allí, y es mejor ser justo e imparcial que creer que tiene a Dios agarrado por la chiva y tomar decisiones donde perjudican injustamente a los compatriotas.

Esos que se hacen llamar “revolucionarios” que solo viven de ella y no la practican.

*Militante del PSUV


rufinazam@hotmail.com


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John Duarte*


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