Müller, Henry Falcón, Samán y Nuestro Periodismo Revolucionario

La realidad que siempre es muy compleja se nos transforma en datos que observamos, leemos y valoramos. Esos datos son señales que nos facilitan comprender o bloquear la comprensión de un determinado fenómeno o circunstancia. Sabemos que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) miente y manipula no porque carezca de capacidad para leer la realidad, sino porque tiene interés en ocultarla y le ofrece mentira a sus seguidores para que esa “realidad” aparezca como ellos desean. Ese es el papel de esa sociedad y de los medios que son socios. Se “informa” lo que esos medios desean “informar”, pero que sabemos que esa “información” no se corresponden con datos de una realidad.

Se cae un periodista de El nacional y sea aporrea un tobillo y la SIP prepara una conferencia para transforma la caída en una violación de la libertad de expresión. Asesinan a varios periodistas en Honduras o Colombia y nada pasa. Esas muertes no existen o mejor dicho no pasaron, aunque los periodistas se encuentren sembrados dos metros bajo tierra.

Un periodismo crítico y revolucionario pudiera convenir que hay realidades no fácil de comunicar por las implicaciones políticas que posee, pero no imposible de llevarla a los lectores, porque se estaría de alguna manera asumiendo el comportamiento de la SIP, El Nacional, Globovisión y otros medios.

Se fue Henry Falcón y tuvimos la oportunidad de tener mucha información sobre esa huída. Sin embargo, hace muy poco, Alberto Müller Rojas “decidió” retirarse de la actividad política y en los medios públicos la nota en cuanto a columna y a centímetros fue muy parecida a la que coloca El Nacional (por ejemplo) cuando se refiere a una nota positiva del gobierno que le cuesta mucho ocultar. Los “red” de medios públicos no mienten ni manipulan, pero unas veces se apuran por sacar la situación del status de noticia y en otras, imponen una censura total y silencian. Los datos están Ahí, “fresquito: Samán y Alberto Müller Rojas.

No creo que Müller haya decidido efectivamente dejar la política, aunque en su artículo de este sábado 03/04/2010, puede leerse: “mi decisión de abandonar el oficio de político”. Si lo decidió, puedo suponer que fue una larga y tensa lucha con su consciencia, producto de pequeños empujoncitos, que fueron convenciéndolo que el “nido de alacranes” está multiplicándose con la variedad de los más venenosos.

Hubo mucha bulla por la huída del Henry Falcón en Lara. Conocimos de algunas razones de su huida y si somos verdaderamente críticos y solicitamos el juicio crítico de los periodistas revolucionarios, sabemos que Falcón tenía las maletas preparadas porque no “aguantaba más” o no “daba más”, pero también sabemos (¿ o no?) que Falcón se tropezó con algunas excusas (datos) no muy fuera de la realidad que le sirvieron para emprender la salida.

Hubo muchos análisis para el caso de Falcón, pero nuestro periodismo revolucionario no ha sido capaz de reflexionar sobre el retiro de Müller Rojas y peor aún, para los medios públicos este retiro no tuvo ningún significado. Son dos perdidas o mejor dicho; aconteció una ganancia (la huída de Falcón) y una pérdida, sin embargo, tratamos la ganancia con mucha fuerza (como debe ser), pero ninguna lamentación reflexiva, interpretativa y analítica sobre un retiro, que no es cualquier retiro, pero se trató como un retiro cualquiera.

En el artículo de este sábado de Alberto Müller Roja cuyo título fue: “Me corté la coleta”, manifestó una situación que ahora debería estar produciendo reflexiones, contraloría social, análisis y activando todas las capacites criticas de nuestros periodistas y analistas, pero desafortunadamente no es mucho el esfuerzo intelectual para descifrar el desencanto y decepción. Müller en una entrevista publicada recientemente y este artículo del sábado, expreso lo siguiente:

“Me siento totalmente decepcionado ante el cuadro actual presentado por la revolución. Y por ello, ates de transformar en odio esa privación relativa de mis expectativas, prefiero recobrar la racionalidad perdida”

En verdad, en el artículo y en la entrevista Alberto Müller Rojas sólo precisa de una decepción, pero no agrega muchos elementos para conocer los detalles o razones de esa decepción y ahí, es donde al periodismo y a los analistas revolucionarios se les revientan los tapones y el “sentido crítico” y pueden ( o no quieren) descifrar ese código: decepcionado. Nos queda la esperanza, que al Comandante salga un pelo su emocionalidad e imponga echarle tierrita y esa emocionalidad que tiene sus ventajas y desventajas, imponga echarle tierrita al asunto. Este caso, no parece pertinente sostener: “Müller no daba más”. Esa no cala, mejor estaría: Müller no aguantaba más.

Por ahora, Eduardo Samán debe andar infiltrado en una ONG de esas que son financiadas por la CIA en la misión especial que le asignarían. Es una Misión especial supersecreta porque efectivamente Samán es un desaparecido. Esperemos (por ahora) que Alberto Müller Rojas prepare rápidamente sus memorias de atrás pa`lante para cono cerlos detalles de su decepción.

NOTA1: Es importante echarle una nueva lectura de la entrevistas que Samán le ofreció a Gómez (Coordinador de Aporrea). Leí esa declaración una vez más y me dejó otra preocupación: Samán está como impotente. Simplemente obedece y eso suena poco revolucionario. Aún obedeciendo, anda desaparecido en una misión especial.

NOTA 2: Menos mal que existe Aporrea. Aquí leemos y escribimos sobre las situaciones que vemos en el ámbito de la oposición y de la revolución.


evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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