Del artículo en el año 2007 al 2010

Si yo fuera diputado

Confieso que debe haber sido éste sino el primero, uno de los primeros “artículos” que me atreví a colocar en APORREA y que ellos publicaron bondadosamente.

Y cobra una gran vigencia no sólo por el tema que aborda, sino por la sencillez y el trasfondo que conlleva escribir sobre una institución que debe de una vez por todas convertirse en un espacio popular, lleno de pueblo y que agudice las contradicciones para romper con el Estado Burgués y construir el Estado Comunal.

Y es que quien revise este artículo del año 2007, http://www.aporrea.org/actualidad/a41240.html, encontrará las apreciaciones de un joven batallador que desde afuera veía y percibía el accionar de algunos diputados nuestros, de los cuales a Dios gracias ya algunos se marcharon y dejaron libre el camino para que sean los mejores hombres y mujeres quienes asuman dicho rol.

Explicaba Alberto Aranguibel en una conversa que si este año el pueblo no toma por asalto la Asamblea Nacional, sería muy difícil que volviera a ocurrir una coyuntura que permitiese hacer realidad el llamado, la concepción y la aspiración del presidente Chávez cuando nos decía “ ME LA JUEGO CON EL PUEBLO”.

De ahí en adelante que estemos experimentando el más sagrado proceso de consulta popular a nuestra propia militancia, desde una perspectiva no de competencia y deslealtades sino de compartir y medición entre camaradas para que sea el pueblo quien decida cuáles de sus cuadros políticos podrán optar a ser diputadas o diputados en la Asamblea Nacional.

Estamos atravesando un estelar momento en la definición de la estructura, reglamentos y estatutos del PSUV, que aspira a convertirse en el más popular de los partidos políticos y en instrumento clave para las luchas que están por venir. Nuestro partido debe consolidarse en los próximos tiempos en una referencia de expresión popular no controlador del pueblo, no fragmentado en estados y municipios sino vigilado, revisado y dirigido por el mismo pueblo que no permitirá que sea secuestrado por bandos o tendencias.

Más allá de los argumentos esgrimidos por algunos dirigentes del partido sobre la diversidad de pensamientos y corrientes dentro del partido, no debe convertirse esta apreciación en una máxima para aplicar el divisionismo, la fragmentación y las parcelas por controlar ciertos espacios del mismo.

Nuestro PSUV, encarna como lo refleja su himno, alumbrar caminos por la libertad, y es esa la práctica que debemos profundizar en aras de dotar a la revolución, al proceso como un todo de un instrumento para la profundización del socialismo bolivariano.

De aquel mi viejo artículo a este en la onda bicentenaria, no me queda otra alternativa que ratificar nuestro compromiso de construir partido, de hacer del PSUV el mejor formador de cuadros revolucionarios y comprometidos con la causa del socialismo y que sea esta la oportunidad sagrada de “asaltar” con los legisladores populares la Asamblea Nacional.

Nadie ha nacido aprendido, confío y creo en la irreverencia y lealtad de nuestros nuevos cuadros, no aceptamos los chantajes que sólo pueden estar ahí los que han cultivado experiencias en el quehacer político o legislativo. Llegó la hora del poder popular, no hay vuelta atrás…

Pueblo, a gobernarse, pueblo, a dotarse de las mejores leyes, pueblo a sumir el histórico rol …

Patria socialista o muerte.


jesus.ortega@venalum.com.ve





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