¿Es una Cuestión de Nombre?

No se tiene en el corto plazo un nuevo evento electoral y seguramente, se observará cierta inactividad en las filas del PSUV. La movilización y participación en el caso de los bolivarianos ha estado dependiendo de los actos electorales sucedidos en el país o en el PSUV. Esta pendiente el Congreso, mientras tanto, las circunscripciones y batallones ya esperan prácticamente por una misa para recordar que hubo un cosa que identificamos con esos nombres.

Suena ahora la instalación de los frentes de masas y los comités socialistas, como las instancias organizativas que no permitirán hacer efectivo (supone uno) el sentir de los militantes sobre los problemas nacionales o las situaciones particulares del PSUV. El documento de fallecimiento de los batallones y circunscripciones está en el registro civil y simplemente espera por su certificación para decirle: Q.E.P.D.

Frente a este acontecimiento, es importante que nos hagamos muchas preguntas y sugiero las siguientes: ¿El problema es que no hemos encontrado un nombre adecuado para identificar correctamente una determinada organización de base? ¿El problema es que el nombre de “batallón” no se correspondió con lo que se hacía? ¿El Problema es o fue que el nombre “circunscripción” no permitió concretar lo que se quería? ¿El problema se reduce simplemente a cambiarle el nombre a las organizaciones de base?

Pareciera un contrasentido decir que en el PSUV hemos estado en una permanente pasividad. Es probable que muchos camaradas confundan la asistencia a marchas y concentraciones electorales, como una manifestación práctica de una democracia participativa y protagónica. Es probable también, que algunos piensen que ciertas actividades realizadas previamente a los eventos nacionales de fundación del PSUV hayan estado marcadas por ese concepto, pero un análisis más detenido de las situaciones que se sucedieron muy abruptamente, son parte de una ilusión que no incidieron en las decisiones que se tomaron.

Muy a pesar de las grandes marchas y concentraciones que el PSUV ha organizado en cada uno de los eventos electorales, la pasividad parece ser una constante que no se percibe claramente porque los eventos dan otra sensación y los nombres que le han colocado a ciertas instancias, dan una idea de lucha y movilización constante. Batallón es un nombre que rápidamente nos coloca en un plano de confrontación, lucha y movilización, sin embargo, los batallones no pasaron de ser una iniciativa vacía, porque aunque se ofreció o sugirió un perfil, su liquidación fue abordada previamente y hasta con alevosía.

Antes de crearse fueron desmoralizadas y paralizadas en alguna instancia de su organización. Su conformación en vez de estar circunscritas a un determinado territorio, se incluyeron militantes de diferentes zonas o sectores y eso no facilitó su conformación, integración, comunicación y funcionamiento. El concepto de “batallón” fue dejado a un lado y privó la idea de reunir gentes para verse las caras un día a la semana. No hubo una asistencia y la rutina dejó a los batallones a merced de los que idearon y organizaron unas listas de 200 0 300 “militantes” que posiblemente muchos de ellos no habían participado ni estado nunca en una reunión política.

Por las versiones que circulan, a los batallones le darán cristiana sepultura y tendremos ahora los frentes de masas y los comités socialistas. Se dispondrá ahora de juguete nuevo y nos colocarán en la ruta de una nueva expectativa de participación protagónica, que si no logra corresponderse con un concepto y no es acompañada con una voluntad política desde arriba, es muy probable que tenga la misma suerte de los batallones, circunscripciones y de aquellas UBE.

Si no se dan esas circunstancias y continuamos pensando que la movilización y la participación es un asunto que se agota con asistir a marchas, concentraciones o meter en un autobús a 20 personas, los frentes de masas y los comités socialistas serán nuevas ilusiones que servirán para hacer bulla o para demostrar que se tienen pueblo, pero sin la fortaleza política e ideológica que se desea y NECESITA. No es el nombre camarada, es el concepto y es una pasividad que está camuflada con las jornadas de marchas y concentraciones que mata todo lo que intenta hacer efectivo el proceso de participación protagónica.

evaristomarcano@cantv.net


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Evaristo Marcano Marín


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