Clase Media Revolucionaria

El artículo 16 de la Reforma Constitucional

Los cambios propuestos por el Presidente Chávez en este artículo son fascinantes e inmensamente revolucionarios. Llama la atención cuando revela la importancia de adquirir conciencia del significado profundo de las palabras “ciudad”, “comuna” y “comunidad”.

“Las mismas palabras lo dicen” − señala el Presidente − cuando se refiere al término “división político-territorial” y nos las han “metido en la cabeza”... Creo que fue Rafael María Baralt quién decía, a mediados de siglo XIX, que Venezuela no era “un país, sino un gentío”, reflejaba lo que también llegó a decir Bolívar cuando se quejaba de la falta de “virtudes políticas” de nuestros conciudadanos.

El país tenía “gente” pero no tenía “ciudadanos”, al carecer de la necesaria “conciencia” para serlo. El “ciudadano” en la Grecia antigua se ocupaba de los “asuntos públicos” y contrastaba con el “idiotes”, origen de la palabra “idiota”, que era aquel que desdeñaba la vida pública y sólo se preocupaba de su vida privada.

Esto nos remite al concepto marxista de la evolución social y de la vida material como determinante de la evolución de las ideas y, por lo tanto, de las palabras. La diferenciación semántica, cualitativa, entre “lo público” y “lo privado” se fue diluyendo en la sociedad moderna e, incluso revirtiendo, en la sociedad capitalista, dándosele preponderancia a lo privado sobre lo público.

Lo mismo pudiéramos decir de la palabra “comunidad”; una “comunidad” no es cualquier cosa, viene definida por el conjunto de relaciones que se establecen entre las personas que la conforman. Una comunidad une, no divide. De hecho, una definición acertada del hombre individualista de la sociedad capitalista es justamente “la del hombre que ha perdido la capacidad de relacionarse”.

El significado de las palabras debe revisarse en un proceso revolucionario. El artículo 16 nos lleva a reflexionar sobre la “organización” social como una necesidad, y esta idea nos conduce, de nuevo, a las palabras “relaciones” y “conciencia” entre los miembros que la conforman. Las “misiones”, distritales o locales, responden, a su vez, a la coincidencia de elementos históricos, socioeconómicos y culturales que se traducen en el vocablo “identidad”, palabra menospreciada por el capitalismo, pero punto de anclaje de un individuo, de una comunidad o de un país.

No muy lejos de todas estas palabras necesarias, trastocadas y desvirtuadas por el capitalismo, están los conceptos espurios, en una Revolución, de “autonomía” de un Banco Central o de “no reelección” presidencial. Conceptos y palabras que son del sistema capitalista y que sólo al capitalismo pertenecen…


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Reinaldo Quijada


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