"Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes"
Truman Capote
Los eternos negadores, terminan más porfiados, que la pareja de un llanero, que se ahogó en un rio muy cerca de la vivienda donde vivían y cuando empezaron a buscarla, el marido, conociendo por demás con quien estaba, rápido le dijo al grupo de rescatistas ¡Búsquenla rio arriba, esa era muy porfiada! A la par se presenta un grupo de opositores, el cual nunca les falta un pretexto o una crítica venenosa para negar cualquier acción y posición del gobierno; son los propios reaccionarios, el cual llegan, hasta negar los arrebatos de la madre naturaleza, cuando no respeta, sin ni ningún distingo político, religioso y en menor grado la situación económica, como quedó demostrado recientemente en el estado portuguesa por la arremetida de las aguas en su veloz carrera, al arrastrar a un finquero en su propiedad finca.
Desde Trump, para abajo andan en una de aniquilación, hasta llegar al sobresaliente opositor de Oscar Figuera, quien al percatarse del fracaso de Guaidó y la inhabilitada de María Corina, se ha lanzado por la calle del medio desesperado recogiendo los emblemas de estos frustrados, pero las ha conseguido tan desvalorizados, que no le ha quedado otra, si no presentarse haciendo el papel de un extravagante mortal, con el mismo discurso repetido una y mil veces por el arrinconado autoproclamado y la no menos desorbitada, la calificada por sus persistentes acciones, como la propia "Sayona", quien sigue con la misma torpeza, pero en estos momentos son pocos los asustados, ya que, ella ha terminado con la ayuda necesaria para conocerla al lado de sus seguidores, que a pesar de estar totalmente a la desbandada siguen siendo peligrosos, porque árbol podrido siempre está largando ramas.
El grave problema, por el cual están pasando muchos de estos negadores, es, que son vistos por su máximo jefe, Donald Trump, como unos eternos aduladores, pero a pesar de su condición vergonzosa se siguen guindándose, desde arriba, sabiendo que, al empezar la lógica resbalada, terminan agarrados –ustedes saben el sitio exacto– algo propio de los que brincan a la acera del frente, creyendo hacer una gracia. Estos perecederos son capaces de hacer de la noche a la mañana, un proceso revolucionario, sin una mácula con el farol encendido totalmente visible, para que todas las mujeres y hombres de buena voluntad no se equivoquen, ya que, ellos son los verdaderos constructores del socialismo en el mundo.
La lista está integrada por varios bufones, pero con la particularidad, que algunos tienen las alforjas repletas de dólares, otros se las cargan, mientras se aparecen los que consiguen las bolsas para que las llenen y cuando aparece un gobierno enfrentado a esos defensores del capitalismo salvaje –el imperialismo– salen los que tienen la solución a la vuelta de la esquina: los propios, los verdaderos, los que no han pecado ni van a pecar en ningún momento, porque después de Marx, Engels, Lenin, Fidel Castro, El "Che Guevara" y el comandante Chávez, solamente ellos conocen y tienen el arma en la mano para echar abajo, el sistema capitalista salvaje y levantar las banderas del socialismo en Venezuela, sin que el actual mandatario Donald Trump, vea para estos lados ni siquiera soñando en hacer turismo.
Me perdonan estos eternos soñadores, pero más ingenuos es imposible conseguirlos en todo el mundo, porque a pesar de la grave crisis en los Estados Unidos, el cual no hayan por dónde frenar, siguen creando los conflictos bélicos o atizándolos en todo el mundo, como ha quedado demostrado sin ninguna duda, cuando el desquiciado de Donald Trump, haciendo uso de su poder, como presidente, sin consultar con el congreso, atacó las instalaciones nucleares de Irán, cuando estaba en pleno enfrentamiento defensivo antes Israel. Esta acción descabellada terminó por crear el pánico en el propio país imperialista, pero todavía en el nuestro encontramos muchos dirigentes, creyendo, como Mao Tsetung, que el imperialismo es un tigre de papel. Da risas, como dijera, Charles Chaplin, porque ¡El día que no ríes, pierdes el día!