En la historia contada, el pensamiento crítico fue parte de la búsqueda de la respuesta filosofal a las demandas de cada época, constituyendo el mismo, un hito desde el cual avanzar en el conocimiento.
Ese eje de construcción domina aun hoy los conceptos académicos del saber, pero que está siendo alterado desde la incorporación de la pos-verdad, de ésta post-modernidad materialista del presente, que encuentra otros mecanismos de construcción del pensamiento, pero basado en las emociones, como elemento central de diagnóstico de la realidad.
Algunas preguntas y reflexiones surgen cuando se quiere profundizar el eje sobre el cual construyen las nuevas generaciones, su percepción de la realidad. Una primera aproximación nos lleva a comenzar por el lenguaje binario, de las nuevas tecnologías como plataforma para comenzar a disecar una etapa diferente en los comportamientos humanos, que se verifican en sus concepciones sociales y de vinculaciones, que tienen parámetros no interpretados por generaciones anteriores. Ejemplo el relato histórico mitrista colonizador, aceptado como verdad y naturalizado.
No es menor, un tema no incorporado hasta ahora, del colonialismo cultural, que se ha hecho dominante por invasión persistente de modelos y tecnologías, que ha llevado a la diáspora social, basada en el individualismo. Asociado a esa realidad, se da un análisis del manejo de las emociones como determinantes de los comportamientos sociales, fuertemente influenciados por redes y medios, al servicio del poder real de dominación. Ejemplo las plataformas de redes y datos manejados por intereses dominantes a nivel mundial, en general de objetivos imperiales, como Google, Fondos Buitres, Amazon y otros.
La contradicción dominante entonces no es sólo en lo cotidiano, no es ideológica en su concepción de conjunto de ideas, que constituyen la mirada de los pueblos sobre la realidad, sino es la ecuación binaria de amor-odio, basada en la información o desinformación generada por los dueños del poder, que van construyendo en las nuevas generaciones, una naturalización, de concepciones que hasta ayer, eran rechazadas socialmente. Ejemplo el insulto, la denigración, la estigmatización, el racismo, la homofobia, la xenofobia, todas expresiones de una época de generación de la idea de la anti-política, como herramienta de un nuevo orden único, amparado en el ocultamiento de la información mundial.
La crueldad como expresión política, junto a la denigración y el destrato, el sufrimiento como concepción de vida, en conceptos casi religiosos, basados en la macro economía, generando un endiosamiento del Mercado, como base del ordenamiento social, son elementos sobre los cuales se mueven las pasiones sociales epocales. Ejemplo el consumismo como proyecto de vida asociado al dinero como generador único de felicidad, es decir una sociedad materialista y desafecta de amor al prójimo
Habiendo capturado el relato histórico como una verdad absoluta, sin lugar al revisionismo, junto a una naturalización del derrumbe de los pilares nacionales, que dan identidad y fortalecen la memoria del pueblo, constituyendo un objetivo primordial del colonialismo, ya que su destrucción es la base necesaria de la dominación y subordinación del pueblo. Ejemplo borrar la identidad y la memoria junto a los avances científicos tecnológicos y sociales, de los modelos solidarios construidos por años en el seno de la Comunidad.
Ese disciplinamiento social que ha sido generado por la acumulación en el tiempo, de los elementos que hemos relatado como constituyentes, de nuevas construcciones de pensamiento, que terminan siendo impermeables a las discusiones y explicaciones racionales, basadas en otras perspectivas históricas, no sólo no conocidas por las generaciones actuales, sino reforzado su desconocimiento por una actualidad, que responde a otros parámetros, que generan expectativas y proyectos de vida diferentes a los planteados hasta ahora. Ejemplo en la docencia es como hablar en idiomas diferentes con los alumnos jóvenes, dar como sabidas cuestiones que responden a nuestros tiempos, no entender los idiomas expresados en la actualidad y dejar en manos de los enemigos, las herramientas que irrumpen sobre las emociones, derrumbando el pensamiento crítico, desde parámetros propios de hoy.
Habrá entonces un pensamiento neutro en apariencia, ya que sabemos que es producto de un proceso de desculturización provocado por un colonialismo dominante, que se ha apropiado no sólo del relato histórico sino de una actualidad, manipulada, tergiversada, en gran parte de información ocultada y generando desde la mentira, un mundo de buenos y malos, que poco tiene que ver con la realidad, sino que responde a intereses específicos del poder real. Ejemplo es que cada guerra a nivel mundial no responde a conceptos religiosos o ideológicos sino a intereses concretos de proyecciones estratégicas de quienes las ejecutan.
Significa esta situación actual, una derrota histórica de la conciencia colectiva de un pueblo, que pasó de un modelo solidario de construcción, a uno egoísta, del éxito hoy sin un mañana posible, es la pregunta a responder, desde un análisis superior a la simple estigmatización de la juventud o a la culpa sobre las conductas del pueblo, acusándolo de no reconocer valores anteriormente construido. Nada menos aconsejable, sin una batalla que ubique al verdadero objetivo a combatir, para restituir el sentimiento patriótico, con conceptos que renueven el amor a la Patria y reinstalen la solidaridad social compartida como elemento aglutinador de voluntades dispersas. Ejemplo es la pérdida progresiva de los símbolos nacionales, no sólo aquellos que expresan sentimientos como la bandera o el himno nacional, sino de la cartografía que ignora Malvinas y Antártida argentina, hasta la desaparición de la historia en los pesos de uso cotidiano y su reemplazo por animales.
Esa construcción es Comunidad Organizada, sin sectarismos. ni dogmatismos, ni canibalismos, de sectores que siendo tentados por el enemigo, son la expresión local de las oligarquías elitistas, que siempre han sido funcionales a la dominación, no sólo económica sino ya en el hoy, se ha hecho institucional.
Dicha situación sólo puede revertirse desde la convicción profunda de defensa de la Patria y el Pueblo, actuando con humildad, paciencia, persuadiendo y predicando, multiplicando los panes del saber histórico como forma de reconstruir la memoria compartida en la comunidad, derrotando el binarismo amor-odio, a partir de la solidaridad social activa y militante.