Cada individuo forja su propia "ley personal" o "ley de vida", valida solo para cada persona, es su ley, como un producto de las contradicciones y resoluciones entre las fuerzas internas del ello, el yo y el superyó, junto con las experiencias externas que enfrentó y que resolvió o no resolvió.
Siguiendo el marco psicoanalítico de Freud, estas tres instancias de la mente influyen profundamente en la manera en que las personas interpretan y responden al mundo, como se confrontan y como cooperan y cuando compiten y cuando cooperan en sus entornos sociales. Así que estas leyes condicionan a quienes consideran que no tienen nada que celebrar en la vida, mientras que otras leyes personales llevan a los revolucionarios a luchar para que otros tengan algo que celebrar. También es cierto que los empresarios, burgueses y sus políticos están siempre celebrando.
Así que por un lado, el Ello representa los impulsos instintivos y deseos primarios, mientras que el Superyó impone líneas de conducta basadas entre otros aspectos por las personas cercanas, internalizando lo moral y lo social, condicionado este último a su vez por la clase social a la cual se pertenece. El Yo, como mediador, busca equilibrar estos elementos en la práctica cotidiana.
Pero no crean que estos 3 personajes internos son insensibles, ya que son parte de nosotros, como el hígado o la nariz, y por lo tanto a lo largo de nuestra vida sufrirán o reirán y nosotros con ellos, lo que pasa es que nadie dice: mi superyó tiene fiebre, o mi yo tiene artritis, y mucho más profundo nadie dice tengo el principio del placer satisfecho, que alegre estoy por eso y el placer no es solo el pipí, y nadie lo dice porque no se nos enseña, y aquí aparece la ley personal donde cada uno tratara sus aspectos internos y externos de determinada manera, con nuestras reglas internalizadas, que incluye los instintos, lo emocional y lo racional. Ley.Verdad-
El conflicto surge inevitablemente, los deseos intensos del elloplacer pueden chocar con las normas del superyó que es una imagen individualizada de lo social, lo familiar, lo experiencial, generando tensiones internas.
La forma en que una persona maneja y resuelve los conflictos, ya sea mediante represión, sublimación o adaptación y su fortaleza para mantener su respuesta, juega un papel central en la configuración de su ley personal. A este proceso interno se suman los embates externos.
Sin embargo, esta ley personal no es fija, como todas las leyes menos algunas en Venezuela, necesitan ser actualizadas regularmente para que podamos dar respuestas ajustadas a los tiempos, aunque quedan secuelas que no se superan por algunos y algunas. Evoluciona la ley a medida que la persona enfrenta nuevas situaciones, reflexiona sobre sus vivencias y ajusta sus estructuras psíquicas, aunque sin embargo a la mayoría le queda un remanente sin explicar o conocer. La capacidad de adaptarse y cambiar es una característica esencial de esta construcción.
En última instancia, esta idea refuerza la noción de que cada ser humano tiene el potencial de ser legislador de su propia existencia, tomando decisiones y creando reglas que equilibren sus deseos y posibilidades internas con las demandas y posibilidades del mundo exterior, lo que puede implicar asumir las responsabilidades y consecuencias de sus actos. ¡Ay ¡cuando ni lo interno ni lo externo te ofrece posibilidades!
Así que legislamos sobre nosotros mismos. En otros artículos además del Poder legislativo personal, me referiré al Poder Ejecutivo personal. Esta ley personal es la forma, la manera, los resultados a obtener, como se deben portar los demás, etc. que nosotros manejamos para que ocurran según nuestra ley.
Esta Ley Personal tiene 3 manifestaciones básicas que identifican nuestro modo de ser y actuar, que son la manifestación Sádica o Masoquista, enfocándose en infligir o recibir dolor/sufrimiento. La manifestación Constructiva o Destructiva, la constructiva promueve el crecimiento y el bienestar personal y relacional, mientras que la Destructiva conlleva acciones dañinas para uno mismo o para otros. Finalmente, la manifestación Social/Anti social, la social impulsa la cooperación y el acercamiento al grupo, contrastando con la Antisocial, caracterizada por la desconfianza y el uso de mecanismos violentos para lograr objetivos personales. Todos estamos polarizados con una tendencia hegemónica.
En última instancia, además de las grandes categorías socioeconómicas como clase, organización, etc. la sociedad está compuesta por la suma de individuos, cada uno con su ley personal, predominando en el capitalismo las leyes personales individualistas y las religiosas, esta última que convierte las supersticiones en verdad. Para la real independencia de la mente y el pensamiento humano es necesario el socialismo para entrar en espacios nuevos de liberación de la mente de forma coercitivas que toman la dirección de nuestra respectiva ley personal.