La metódica postburocrática: estrategia maestra del Partido Socialista Unido o de la Unión de Socialistas de Venezuela (USV)

Al tratar el tema de la política maestra del Partido Socialista Unido o de la Unión de Socialistas de Venezuela arribamos a la conclusión de que el ejercicio de la subjetividad colectiva se convierte así en el propósito esencial de dicho instrumento político. Y el logro de este magno anhelo se viabiliza mediante el progresivo e inacabable despliegue de la conciencia y la creatividad mediante el cual entran en comunión las individualidades humanas cuando pulsan la fibra de su esencia más sublime y profunda.

La naturaleza gregaria del ser humano lo encamina al encuentro con una ideología, una ética y un sistema de información profundamente antiburocráticos, ya que en el ambiente competitivo de una organización burocrática, los niveles jerárquicos y la formalidad cuentan significativamente, las decisiones son impersonales y objetivas y la jerarquía y la retribución están ostensiblemente determinadas por lo que cada quien sabe, a la vez que se subestima esa intimidad de las interacciones personales mediante la cual, en primer término, se tiene acceso a conocimientos cruciales y fiables; en segundo término, se evita el que alguien se pase de listo con nadie; en tercer término, se logra la sana incidencia de la subjetividad, la intuición, la pasión y el amor en el tratamiento y solución de los conflictos y, en cuarto término, se consigue que los títulos y la formalidad no tengan una influencia decisiva.

Esta entrada a la época de la metódica posburocrática nos induce a ojear el futuro flexible que amerita el libre albedrío revolucionario en razón del cual el señorío de una serie de diferentes esquemas organizativos suplante la estructura formal de cubículos de esa burocracia teñida con una firme y rígida estructura y esa especie de imperialismo que gobierna los ocultos grupos extraoficiales, reprimidos o subterráneos que, al tener su propio liderazgo, sus propios sistemas de comunicación y su propia estructura informal de poder, rara vez es reflejo de la jerarquía.

En consecuencia, el PSUV o USV debe concebirse como una criatura viviente que implica, entre otras cosas, que ha de pasar por un nacimiento, una madurez, una vejez y un renacimiento a una nueva forma. Incorporar formatos diferentes, entre los cuales se encuentren aquellos de tipo neural y reticular, dentro de un solo marco organizativo, poner en contacto las personas adecuadas con la información precisa, utilizar la comunicación como catalizador del cambio a cualquier nivel, aupar el estilo de organización familiar, posibilitar la toma de decisiones rápidas, asumir riesgos muy atrevidos, cambiar de prisa y adaptarse mejor a nuevas circunstancias, aupar la comunicación mediante un constante contacto cara a cara que permite rápida y enriquecidamente expresar mucho con sólo un gruñido o un gesto, evitar el desgaje entre el lugar del trajines político y familiar y entre la familia y la entidad política, son algunas de las acciones cotidianas que garantizarían a la membresía de dicha organización el disfrute de un profundo sentido de pertenencia, una gran motivación, una lealtad a toda prueba y, con frecuencia, un trabajo sin fin.

La etapa de supervivencia de la humanidad que se inicia con el Socialismo del Siglo XXI exige la óptima combinación de múltiples organizaciones, entre las cuales sobresalen: la pulsátil que se dilata y contrae a un ritmo regular; la bifacial que puede mantener el mismo tamaño, pero cambiar de mando jerárquico a no jerárquico a medida que lo exigen las necesidades; la a cuadros que refuerza el poder del pináculo con una continua corriente de ideas que surgen de muchos estratos a la vez; la del comisario que es elegido por la dirección y asignado a unidades subordinadas para que estén al tanto de todo e informe a dicha instancia superior a través de canales ajenos a la estructura normal; la buro-baronial que, al permitir el comportamiento llamado “ir al rabo de alguien”, reduce considerablemente la necesidad de comunicación debido al mutuo y tan a fondo conocimiento que les da la capacidad de prever las reacciones del otro; la autónoma que encarga a un equipo la resolución de un problema o el logro de un objetivo especificado a grandes rasgos, dotándolo de recursos y permitiéndole operar al margen de las reglas normales de la institución y, el equipo autoiniciado que brota cuando las personas profundamente interesadas en un problema común se encuentran electrónicamente y empiezan a intercambiar información independientemente de las posiciones o categorías que ocupen.

A su vez, la intrínseca y alta diversidad de la organización flexible exigirá unos nuevos estilos de dirección, ajenos por completo al directivo-burócrata. Un liderazgo de quienes tienen la autoridad natural que brota del conocimiento y de las habilidades psicológicas y políticas que les aportan unas buenas dosis de sensibilidad intuitiva, de empatía, de astucia, de agallas y de sentimientos, redundará en una heterogeneidad de aquellas individualidades y equipos que ejerzan los roles de mayor grado de complejidad y en una imagen mucho más compleja, pasajera y vaga de las líneas de autoridad.

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Nicolás Urdaneta Núñez


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