Opiniones imparciales sobre el proceso Revolucionario

Muchas veces en mis escritos desde casi toda la vida, he dicho que estamos en un país en el cual, para muchos venezolano politiqueros, escasos de talento, la verdad duele i la mentira complace. Desde la caída de Pérez Jiménez en el 58 i la llegada definitiva de Rómulo Betancourt a la presidencia, intuí que llegaba al poder un partido que tuvo cierto mérito en la resistencia, donde perdió a sus mejores hombres en la lucha o en el exilio (como Andrés Eloy Blanco), i aunque se autocalificaba “el partido del pueblo” realmente no tenía pueblo, sino votos, igual que el partido COPEI. Al poco tiempo del inicio de eso que llamamos luego la IV República, me sentí extraño a los partidos políticos, especialmente a AD i COPEI i nunca recurrí a grupos pequeños porque todos, no eran otra cosa que buscadores de votos, de oportunidades, de poder i de riquezas (quizá excepción el PCV). Los distinguí a todos como “colas o sectas de busca puestos” i desde un principio uno de los lemas de los adecos era, “no me den, pónganme donde haiga” (del verbo “haigar” creado por el académico Alfaro Ucero). Los cambios de gobierno sólo resultaron, cambio de puestos públicos i privilegios, pero el pueblo fue siempre excluido i los indígenas no existían; eran seres extraños del monte, no ciudadanos, i eso no cambió jamás, hasta que llegó Hugo Chávez a la presidencia de todos los venezolanos. Por eso, pasada una vida de exclusión de los partidos gobernantes, me siento feliz de mi posición existencial que, siendo político en el sentido de querer i sufrir por mi patria i de sentir fervor o devoción por nuestra gesta de independencia i sus héroes, especialmente la trilogía Bolívar, Sucre i Urdaneta, ya en el otoño-invierno de la vida, he tenido la dicha de hallar un hombre que pensara como he pensado siempre. Quien no ama la patria, no ama ni a sus seres queridos porque ¿Qué legado universal les deja? Mis escritos por más de 45 años, hasta cuando me han cercenado mi libertad de expresión escrita, prueban esta posición política. Fui a la Constituyente, no pensando en “un cambio de gobierno”, sino en una cambio radical del país, pues durante la campaña electoral el presidente nos habló mui claro, cual era ese cambio revolucionario i todo cuanto nos ofreció lo ha cumplido, planificado con verdadera inteligencia i los resultados están a la vista, así una estúpida, pero bien estúpida oposición irracional, quiera negar los hechos i los logros.
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Viendo entonces esta evolución del proceso, observando que ha tenido de todo (desastre natural, paros, golpe de estado, guarimbas, paro i sabotaje petrolero, guerra mediática mortal, vende patrias, i ataque continuo del Imperio del Norte, etc.), entre lo que podemos mencionar primero es el desconcierto de los perdedores al pensar que “los supuestos encantos del capitalismo” iban a transformar al Comandante Chávez en un pelele más como todos los presidentes de la IV República; i casi enseguida las deserciones de muchos constituyentes que, como fueron con la idea de aspirar a cargos, al no obtener lo deseado, empezaron a saltar la talanquera o protagonizar grandes traiciones, la más notoria la del Traidor Mayor, Luis Miquilena, un pobre inculto que recibió una distinción que no merecía. Empero, otros que tuvieron sus intentos de deserción, entre ellos gente del PPT. En una ocasión mientras presidía la Comisión Legislativa del Estado Zulia, los disuadí de sus extravíos, aunque poco después hubo un llamativo caso de paso a la oposición como el de Pablo Medina. Así ha sucedido con muchos miembros de partidos pequeños que no desean abandonar sus mini-cogollos porque le sacan oportunidades i privilegios (García i Albornoz) i de ese modo, creo que hai muchos falsos revolucionarios de camisa i boina roja que, por ser de “adentro” (antes se llamaban quintacolumnas) son los que más daños pueden hacer al proceso, como bien coincido con Francisco Sierra Corrales en un reciente artículo en APORREA. Si queremos ser miembros de un partido socialista revolucionario, tenemos que llegar como soldados rasos. Luchamos por la soberanía de la patria, por la igualdad i justicia para pueblo, por la lucha incansable contra el imperialismo i por la paz del mundo. Eso en bueno, digno i sublime para todos, no para gente o intereses particulares. Es más, hoi se nos exige luchar por salvar la vida del planeta i de la raza humana.
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Como fui profesor de Filosofía del Lenguaje, una rama fundamental de la Filosofía Contemporánea, por más de 20 años, aunque muchas universidades del mundo no la dictan i creo que la del Zulia, traída por el inolvidable maestro, amigo i gran profesor mexicano Adolfo García Díaz, es única en el país; i una de las cosas por las cuales valoro la inteligencia de un intelectual, es por la distinción que hago entre el lenguaje objeto i los rasgos lógicos del lenguaje, pues muchas veces lo que se expresa en la opinión o el discurso, se contradice con esos rasgos lógicos. Brevemente pongo un ejemplo. Anoche en un canal de TV de oposición, se entrevistaba aun señor de pelo desordenado, cejas puntiagudas, arrugas de terror, gestos de odio concentrado, expresiones de violencia medio contenida, (lo he visto otras veces) de quien tomé el nombre i su profesión: Carlos Raúl Hernández, Doctor en Ciencias Políticas i Sociólogo. Vociferó todo el tiempo contra el gobierno i el presidente Chávez. Nada sirve; nada se ha hecho. Convocaba para una marcha de protesta i decía más o menos así: “será una marcha que haremos con seguridad porque tenemos todo el DERECHO (constitucional) para hacerla”. I al mismo tiempo dijo repetidas veces estar en un régimen TOTALITARIO. Aquí no hai libertades i todo el poder reside en una sola persona. ¿Cómo puede concebirse decir todo lo que exponía con furia, con la noción de un DERECHO? ¿Cómo hablar así, convocar i tener derechos democráticos, en un gobierno que más de cinco o seis veces insistía en ser TOTALITARIO? ¿El lenguaje común o lenguaje expresivo u objetivo, puede concebirse con los rasgos lógicos de la situación del país? Sin embargo, estos señores, se califican de “analistas políticos” i se ofenden si uno duda que lo sean, cuando hablan puros disparates i hasta el leguaje maltratan. ¿Se concibe un científico que ignore las matemáticas? ¿Se concibe un sociólogo que ignora la sociedad?
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Creo que quienes no vean cada noche LA HOJILLA, corren el riesgo de morir intoxicados por las mentiras, las depravaciones, las estupideces o hasta las locuras (las crisis paranoicas) de Miguelito Granier, hijo putativo i malandrín de Marcel Granier. Ayer presentó a uno de esos economistas de la oposición, quizá uno de los menos escandalosos, lo que no importa porque el escándalo sin fundamento lo hace este “periodista” de pacotilla. La noticia que debería celebrarse en todo el país, de haber cancelado las deudas con el Fondo Monetario Internacional i con el Banco Mundial, para este cretino no tiene ninguna importancia (porque no sólo es la deuda, sino la dependencia e imposición de esos organismos, de lo que nos hemos librado), porque existen otras deudas (que por cierto vienen de atrás, léase IV R). Deudas internas que tienen todos los países del mundo, principalmente los Estados Unidos. Ya Mario Silva i Rodrigo Cabezas aclararon bastante bien la situación, pero con todo, aunque el ahora opositor Pablo Medina, no habló de otra cosa en la Constituyente que se debía pagar la deuda externa del país; resulta ahora que eso es una insignificancia para “la inteligencia podrida” de Granielito. Si él tenía una deuda de años por su casa i la acaba de pagar; si tenía otra deuda agobiante con un Banco o por un auto de lujo (o una lancha como dicen que tiene este argonauta) i las acaba de pagar i por adelantado para ahorrarse intereses, eso no tiene importancia, porque tiene otras deudas con la farmacia, con el odontólogo o con el abasto de la esquina. ¡Que de genios financieros tenemos sin darnos cuenta!


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Roberto Jiménez Maggiolo


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